Nadie esperaba demasiado. Si bien hicieron sonar la escena del básquetbol cuando pusieron en apuros al Dream Team de los Estados Unidos, el primer paso en los Juegos Olímpicos representaban otra historia. Tan extraño resultó que, incluso, la organización en París equivocó el himno que debían poner previo a la presentación oficial en la cita olímpica. Todos se miraron, confundidos, no entendiendo qué sucedía, porque en los parlantes del estadio Pierre Mauroy, en las afueras de Lille, sonaba la melodía de Sudán, cuando en realidad debían darle play al himno de Sudán del Sur, el país más joven del planeta, el que declaró su independencia el 9 de julio de 2011.