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Oberto extraña y desería jugar con Manu, Scola, Nocioni y Delfino: "Verlos desde afuera me da nostalgia"
El ex pivote está en Río como comentarista de TV; "día por medio tendremos una final", dijo
RIO DE JANEIRO.- Imposible no recordarlo con la mano derecha fracturada en Atenas 2004, insultando a más no poder por la acción flagrante del norteamericano Stephon Marbury en la semifinal frente al Dream Team. Inolvidable verlo, y eso incluido, colgándose la medalla dorada al día siguiente tras el triunfo sobre Italia y diciendo:"Si era la izquierda, jugaba con una sola mano". Fabricio Oberto marcó una era para los pivotes argentinos. Incluso, sirve una anécdota cuando un día, durante el Preolímpico de Mar del Plata 2011, un chico se quejaba ante el padre porque el jugador de Las Varillas no tiraba de 3 cuando recibía la pelota y lo dejaban libre. El hombre sonrió y le dijo: "Lo dejan solo porque tirar de afuera no es lo suyo. Oberto es el que tiene que ir a bajar los rebotes y pelear con los rivales debajo del aro". No pasaron muchos minutos hasta que el chico reaccionó visceralmente: se paró y aplaudió cuando la mole de 2m08 capturó la pelota que había rebotado en el aro. Y no fueron una, sino varias veces. Devoción por el gigante de la Generación Dorada, que también fue parte del equipo que logró el bronce en Pekín 2008.
De cancha en cancha, entienda mucho o poco del deporte en cuestión, Oberto transita por el Carioca Arena 2 del parque de Barra de Tijuca en la primera jornada movida de los Juegos. "A la Peque Pareto me gusta verla porque transmite una energía particular. Tengo algo de idea de judo por practicar algo parecido, el yuyitsu. Pero igual voy aprendiendo. Las veces que he estado en los Juegos Olímpicos pude ver poco y nada. Acá aprovecho mientras espero los partidos de básquet". A los 41 años, el cordobés ya no está en la cancha para pivotear. Su etapa como jugador le dio paso a la función de analista por televisión y explora Río 2016 desde un lado diferente.
-Deben ser enormes las diferencias entre ser atleta olímpico y verlos desde afuera.
-Son funciones completamente distintas. Cuando estás en competencia te abocás a los entrenamientos, los partidos, vas a la inauguración, a la clausura, pero básicamente estás jugando básquetbol. Algunos de mis compañeros iban a ver otras disciplinas. Depende también de las energías que tengas. A veces estás cansado y preferís quedarte en la Villa, recuperándote, porque las exigencias son enormes.
-Ginóbili, Scola, Nocioni, Delfino, la vieja guardia con la que compartiste tanto momentos de tu vida, están probablamente ante sus últimos Juegos Olímpicos. Va a ser un momento muy emotivo. ¿Qué sentís?
-Creo que verlos desde afuera te genera mucha nostalgia, sobre todo con los cuatro que he compartido más cosas. También con el cuerpo técnico. Para los chicos nuevos es la primera experiencia, algo que te marca, poder vivirlos de esta manera, con cuatro guías como son ellos. El de Carlitos Delfino es un caso especial por todo lo que tuvo que pasar con sus lesiones y el tiempo de inactividad. Pero la verdad, me genera ganas de entrar en la cancha siempre. Eso es lo más duro.
-¿Qué posibilidades les ves en esta zona durísima que les tocó, con Brasil, Lituania, Croacia, Nigeria y España?
-Hay que competir. Es lo importante. Como lo dijo el entrenador Sergio Hernández, hay que lograr un buen lugar y pasar la zona, que es durísima, con equipos difíciles. Día por medio va a haber una final. Y hasta puede darse que el partido que en los papeles considerás más accesible se transforme en el más peligroso. No pueden aflojarse.
-¿Cómo fue el reencuentro con otros atletas que han competido en tu época?
-Me vi con varios, cumpliendo mi misma función. Las sensaciones que tenemos todos son parecidas. Creo que lo más lindo siempre es lo que vivís como atleta. Entrenarte para poder lograr una medalla, llegar al podio. Eso no tiene comparación con nada.
-Ver a Ginóbili y a Scola como abanderados de la delegación argentina en las ceremonias de apertura de Pekín y de Río representa algo muy fuerte para esta generación, para el deporte que aman.
-¡Ufff, sí, completamente! Que en tan poco tiempo haya habido dos jugadores del básquetbol es increíble y habla bien de lo que significa, de lo que dejan los chicos en la cancha.
-El público brasileño está bravo. Se vio en la ceremonia de apertura, con un griterío reprobatorio marcado, y también en este estadio cuando se grita por "Argentina". Pinta para ser una constante en todos los Juegos, ¿no?
-Está bueno. Siempre está bueno, a favor o en contra. Es una gran motivación. Es muy lindo ganar en tu casa y es muy lindo ganar afuera en esas condiciones.
-¿Se te va a piantar un lagrimón cuando los veas jugar por última vez a tus viejos compañeros de aventura?
-No, a esta altura no creo que… no sé. Vamos a ver, voy a tratar de enfocarme en hablar de básquet. Y poner los sentimientos ahí.
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