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Nikola Jokic: las burlas ácidas contra el MVP más resistido de la NBA
El Joker no cumple con casi ninguna de las condiciones que definen al estándar del jugador norteamericano; a pesar de la resistencia de muchos, se llevó la máxima distinción individual que pueda conseguir un basquetbolista
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Se empezaba a hablar de la posible elección de Nikola Jokic como el jugador más valioso, hace poco más de un mes, y Nick Wright, conocido crítico de la cadena deportiva Fox, lanzó el comentario filoso, hiriente: “Será el peor MVP en más de 35 años de historia en la NBA”.
El básquetbol norteamericano es el mejor del mundo. Esa es una verdad que difícilmente alguien pueda discutir. Y en su historia se distinguió no sólo por su talento, sino por su velocidad, intensidad, elasticidad, explosividad física, ritmo frenético. Es más, muchas de esas virtudes se potenciaron en la última década, con una combinación de vértigo y precisión admirable. Un público cada vez más dependiente de esa espectacularidad vibra hoy con récords de todo tipo gracias a súper atletas moldeados como héroes de comics, capaces de alcanzar hazañas sobrehumanas en los saltos, la fuerza o la eficacia de sus tiros. LeBron James, Kevin Durant, Stephen Curry, Russell Westbrook, James Harden… y se puede armar una larga lista de basquetbolistas que destruyen registros estadístico noche tras noche. Que alcanzan lo que se creía imposible.
Pues este serbio, compañero de Facundo Campazzo en Denver, de traslado lento y que parece que hasta exagera cierta torpeza en sus movimientos, es el mejor jugador de la NBA y, por ende, del mundo.
Mike Malone, entrenador de los Nuggets, se presentó en la último conferencia de prensa con una camiseta con una imagen del pivote de 2,11 metros, en la que se podían leer algunas de las críticas que la prensa le hizo a Jokic desde que llegó a la NBA en 2014: “Tiene sobrepeso” (cuando llegó, estaba algo excedido), “Es demasiado flaco” (tras su primera temporada realizó un notable trabajo físico, pero nunca desarrolló musculatura), “No puede saltar”, “Es mal defensor”, “Tiene mala actitud”, “No es un All star”, “Sus pies son lentos”, “Es el 41 del draft…” (ese fue el puesto en el que lo eligió Denver).
¿Acaso todas esas son mentiras? Algunas, probablemente; otras, no. Lo interesante es que el personaje en cuestión se ríe de todas esas interpretaciones. Acepta su papel de antihéroe. Aun así, juega al básquetbol como nadie más puede hacerlo en la NBA.
Hasta las fotos de su infancia, fueron usadas para burlarse de él, por su sobrepeso. Alguna vez le preguntaron por qué se mostraba tan aletargado y poco efusivo en la cancha. “El físico no me ayuda, soy lento. Tengo que ser paciente”, respondió.
En estos momentos, en plenos playoffs, se lo puede ver muy serio y concentrado, y hasta enojado con los referís en varias oportunidades. Pero en la temporada regular es todo un bromista. No sólo por su apellido se ganó el apodo de Joker. La NBA, tan atenta a esas cosas, editó un video con todas las acciones divertidas de su carrera en los Estados Unidos. Desde sus gestos alocados después de romper sin intención un micrófono en una conferencia de prensa, hasta algunas acciones ridículas en la cancha, como saltar frente a un jugador simulando tapar posibles líneas de pase, cuando el rival ni siquiera tiene la pelota en las manos.
Baila, canta, se divierte. Y gana millones, igual que los súper atletas. Sólo que enfrenta todo desde una cultura diferente. Con un contrato de 30 millones de dólares por año, este MVP le permitiría renegociar desde la próxima temporada un acuerdo con Denver de 250 millones por cinco temporadas. Tiene apenas 26 años y una carrera enorme por delante.
Para los norteamericanos, que no necesitan mirar mucho más allá de la NBA cuando de básquet se habla, sus declaraciones pueden ser hasta malinterpretadas. “Para ser sincero, ni siquiera pensaba en ir a la NBA. Mi objetivo cuando empecé a jugar al básquet en mi país era jugar en la Euroliga. Podría jugar en grandes clubes de Serbia y ascender. Pero entonces Denver me drafteó”, dice Jokic con naturalidad.
Este año promedió 26,4 puntos, 10,8 rebotes y 8,3 asistencias). En toda la NBA, sólo cinco bases tienen mejor registro de pases gol que él... ¡que es pivote!
¿Qué es lo que hace a Jokic tan especial? Para empezar, que es un anotador muy regular, con buenos porcentajes de tiro. Más allá de sus 2,11 metros, es muy bueno lanzando triples. Claro que eso ya lo hacen muchos otros “grandotes”, especialmente en los últimos años. Pero él también es un pasador formidable. De los mejores del mundo. Es un pivote que también puede jugar de base. En esta liga no se veía un pivote tan alto y con esas habilidades desde que el lituano Arvydas Sabonis (2,21m), daba lecciones similares allá por fines de los 90. Jokic (y con perdón de los nostálgicos), lo hace incluso mejor que él.
Vale aclarar que esas excursiones multifacéticas en el armado del juego no interfieren ni un poco de en su calidad de pivote de poste bajo. Lo hace todo, en su debido tiempo, y de acuerdo a las necesidades de su equipo y las debilidades de su adversario.
Sabe jugar de espaldas al aro, de frente, como conductor o como centro. Puede anotar con bandejas, saltando hacia atrás, con tablero o con tiros de amplias parábolas. Domina completamente el juego. Es el más inteligente y no sufre la presión. Anota con la misma regularidad en los momentos del clutch y en el comienzo de un partido. En la temporada regular o en los playoffs.
Si se repasa la lista de los MVP de este Siglo, se verá que la mayoría responde al formato del show. Hay excepciones, claro, como el poco carismático Tim Duncan o el frío Dirk Nowitzki. Pero incluso ellos imponían respeto desde su contundencia. Jokic, con ese andar desgarbado, poco elegante, rompió todos los moldes en el básquet de los Estados Unidos.
¿Por qué genera tanta resistencia? Ni si quiera se puede pensar en su condición de extranjero. Giannis Antetokoumpo, el ganador de los dos últimos premios, es griego. Pero sus habilidades se asemejan más a las de un típico jugador norteamericano que a las de un europeo.
De los 35 jugadores que ganaron alguna vez este premio en la NBA, 21 fueron elegidos en el número 1 del Draft. Diez fueron seleccionados en el puesto 2. Y entre todos, los que más tarde habían sido captados por los equipos de la NBA hasta aquí, ocupaban el puesto 15. Jokic, como se dijo, acaba de quebrar todas las barreras con su lugar 41. Para muchos fanáticos del show, de un juego de más impacto, estuvo por debajo del radar. Incluso hasta ahora, cuando el merecido MVP ya no debería dejar dudas.
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