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La columna de Facundo Campazzo: “Ahora soy un mejor jugador, pero creo que debería haberme animado un poco más”
Las sensaciones son buenas varios días después del final de la temporada. Me parece que todo lo que viví es parte de la adaptación y del aprendizaje. Fue una temporada larga, de muchos partidos. No esperaba jugar tanto, pero se dio por la lesión de Jamal Murray. Me sentí, al final de la temporada, más cómodo que al principio. No conocía a los rivales; me costaba entrar en juego, encontrar la confianza para intentar impactar con mi juego. A medida que fui enfrentándome con los mismos rivales me sentí mucho mejor. La verdad es que fue más que positivo lo que viví en este primer año en la NBA. Me equivoqué mucho y aprendí sobre la marcha. Ahora tengo muchas ganas de que empiece la segunda temporada.
Creo que en esta primera experiencia tendría que haber trabajado un poco más sobre la confianza, ir convencido de hacer algunas cosas. En general, mi cabeza se enfocó en analizar la situación en la que me encontraba y desde eso trabajar mi juego, construirlo. En realidad, me propuse hacer lo mejor en el rol que me tocara ocupar. En ese sentido creo que di un paso adelante y considero que soy un mejor jugador al finalizar la temporada. Obviamente, eso viene de la mano de equivocarse muchas veces, de tomar malas determinaciones, de animarme a más, de no temer que me tapen, de perder una pelota más. Creo que en eso tenía que hacer un clic. Crecí cuando me quité el miedo a equivocarme, me sentí más cómodo. Siento que al final me costó un poco, pero fui entendiéndolo y me solté todas las veces que pude. Creo que debería haberme animado un poco más.
Ojo: cuando hablo de animarme a más, hablo de detalles, porque sé que no voy a tener tanto la pelota como en el último partido contra Phoenix, que fue una situación especial por la expulsión a Jokic. Pero creo que quizá puedo trabajar más en mi “flotadora”, en el tiro de dos puntos, en mejorar en la toma de decisiones en milésimas de segundos. En no dudar cuando tenga un tiro para tomarlo solo, aunque creo que en ese sentido lo hice bastante bien. Me parece que la cuestión es encontrar el equilibrio entre lo que necesita mi juego y, en especial, lo que más puede servirle al equipo. Es tratar de encontrar mi mejor versión. Subir mi nivel de juego va a darse si tomo buenas determinaciones en menos tiempo y si soy eficaz cuando tengo la pelota en la mano. Contra Portland me sentí bien, y contra Phoenix no, porque el planteo de ellos fue muy bueno. Nos costó mucho entrar en juego en esa serie.
Al principio me tomé bastante mal la eliminación y la forma en la que se dio. Me gusta mucho competir y me dolió quedar afuera. No era el final que queríamos, porque fue con nuestra gente. Cuando llegué a casa… duró un par de días la bronca. Pero busqué calma en la familia. Me dolió porque me gusta llegar al final de la temporada; fue un golpecito. La forma en la que encaro el día después de algo así es pensar en cómo mejorar para lo que viene: qué necesita mi cuerpo, ponerme objetivos a corto y largo plazos y no pensar en lo que pasó sino en lo que viene y en el presente.
Aprendí mucho de Chris Paul en esa serie frente a Phoenix. Si bien parece que es más lento que los demás, lo que él hace es poner el ritmo del partido. Sentí que los cuatro partidos fueron al ritmo que él pretendía. Nunca le sacamos la ficha: cuando intentamos que no pasara la pelota, comenzó a hacer puntos; cuando le dimos el tiro, no falló casi nada. Lo marqué poco, pero se lo sufre y se lo disfruta al mismo tiempo. Es un jugador del estilo que estamos acostumbrados a ver: penetrar, pasar, marcar jugadas más lentas... En todo momento sentimos que íbamos detrás del él. Para ganar la serie había que anularlo y no lo hicimos. Porque la manera en la que juega hace mejores a sus compañeros. Siempre lo sufrí, en los Juegos Olímpicos y ahora, en esta temporada. Es un jugador que me gusta muchísimo. Y Devin Booker es tremendo, muy atlético y de mano increíble. Cuando nos acercábamos en el tanteador le daban la bola a él y tiraba de tres puntos o iba al aro con una velocidad impresionante.
Cuando terminó la temporada ya no hubo muchas charlas. No es como en Real Madrid o Peñarol, clubes en los que al otro día había una comida para cerrar el año. Después de los playoffs hubo un cierre más formal; nos mandaron un mensaje para que descansemos y estemos en familia. Quizá el tema de la pandemia no ayudó como para hacer otra cosa. Yo me tomé una semana para descansar en la playa con la familia y volví a Denver para comenzar a entrenarme. Voy solo a hacerlo; me sirve mucho para lo que viene en la selección, para la gira en Las Vegas y, después, los Juegos Olímpicos.
Si bien me fui a la playa a descansar, seguí un poco enganchado con los playoffs, aunque no mirando partidos completos. Si había alguna tele, me ponía a ver, pero no estaba muy pendiente. Quizá por las redes me enteraba más. Pero no es sencillo correrse de esa dinámica. Incluso un día llegamos a la habitación del hotel y Consu me pidió que pusiera la tele para ver básquet. Parece que le gustó el ambiente de los playoffs de la NBA.
🇦🇷 Señoras y señores: ¡DE NUEVO CON LA ALBICELESTE! 🇦🇷 pic.twitter.com/a3Hk60Z3pX
— TeamFacu (@TeamFacu7) June 28, 2021
Ahora veo la NBA como un fan, porque mi cabeza está en los objetivos nuevos. Todo es parte de una temporada: lo que me pasó en esta primera experiencia va a ayudarme para lo que viene en la selección, los Juegos Olímpicos, y lo que logremos en Tokio va a servirme para lo que venga después en Denver. Tengo en la cabeza mejorar detalles del juego para la próxima temporada; el año de experiencia va a ayudarme.
Lógicamente mi meta ahora es hacer el mejor trabajo posible en la selección. Ahora tenemos una gira acá, en Estados Unidos, y después vamos a los Juegos, que son lo máximo a lo que un deportista aspira. Será una experiencia increíble. Vamos con mucha ilusión, aunque sabemos que no somos los favoritos, más allá de lo que sucedió en China. Pero tenemos en claro que nos ganamos el respeto del resto de las selecciones. Sabemos que si alcanzamos nuestra mejor versión podemos competir con cualquiera.
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