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Facundo Campazzo con LA NACION: “Me di cuenta de que todavía tengo muchas cosas por mejorar”
Feliz por protagonizar los playoffs de la NBA con Denver Nuggets, repasa su primera experiencia en una instancia semejante y cuenta detalles de cómo se preparó para defender a Damian Lillard y cómo espera el duelo con Chris Paul
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Relajado, recostado en un sillón, con una sonrisa (siempre tiene una a mano), Facundo Campazzo disfruta de un momento que imaginó mil veces, que garabateó en el aire en esas tardes de diversión en el Municipal de Córdoba: estar jugando en la NBA y una instancia de definición. Denver Nuggets lo acuna, lo mima, la gente lo adora y él responde dejando la piel en cada juego. Así lo hizo en la serie ante Portland Trail Blazers y cuando piensa que está en la semifinal de la Conferencia Oeste, que tendrá a Phoenix Suns por delante se le ilumina la cara.
Está enfocado, atiende cada detalle, no se permite dejar nada librado al azar. Su refugio es Sara, su hija, su guía es Consuelo, su pareja, y en ellas encuentra la llave perfecta para salir de la presión que implica jugar playoffs. Acepta el desafío y en la charla con LA NACION, se ofrece genuino, contando desde el asombro cada uno de los momentos que le tocan vivir en la NBA.
Campazzo sobre la NBA: “Acá todo es más a rajatablas”
–Más allá de haber jugado playoffs en otras ligas, ¿qué implicó para vos ser parte de uno de la NBA?
–Con la primera ronda ya terminada, la sensación que tengo ahora, comparado con otros que jugué, es que en la Argentina o en Europa estás acostumbrado a que las series sean al mejor de cinco o de tres y recién hay 7 juegos en la final, como sucede en la Liga Nacional. Y cuando te encontrás arrancando con un mano a mano a 7 es como sentir que es larga y te obliga a estar siempre a full. No te da margen para que te relajes ni un minuto. Hay sólo un día entre partido y partido, y dos cuando viajás. Es como que no hay tiempo para pensar en otra cosa que no sea la serie. Está trabajando la cabeza 24/7 y parece que será así siempre.
–¿Hay muchas diferencias más?
–Es mucho más táctico todo, nos dieron un libro con una gran cantidad de páginas, que te explica las tendencias de cada jugador, las jugadas que hace, un análisis profundo del rival. Es un poco lo que escribí en las primeras columnas de cómo se estudia al jugador durante la temporada, pero en playoffs es todo más detallado. Analizan por qué costado va a salir, cómo le gusta expresarse ofensivamente. En defensa también hay que saber en qué jugada se potencia más. Eso hay que estudiarlo y cuando vas a hacer el video del scouting, los asistentes te hacen preguntas para conocer si estuviste trabajando sobre el material que te dan. Y todo eso lo tenés que llevar después a la cancha. Fue algo nuevo para mí.
“Por momentos sentí que no le podía sacar la ficha a mi juego”
–Es un cambio grande
–Claro, porque en Argentina y España hay reglas también a seguir, planes estratégicos, pero hay una cuota de instinto del momento, acá todo es más a rajatablas. Ojo acá hay ciertas libertades para jugar, podés tomar ese riesgo, pero si vos salís del plan un poco y sale bien no te dicen nada, pero si no es así… Bueno, te lo hacen saber. Siempre te recomiendan que sigas todo a la perfección. Porque todo está muy estudiado. Ahora ya tengo a mano el book sobre Phoenix y tengo que estudiar a Chris Paul. Te dan todas las herramientas tácticas y vos después le tenés que poner tu intensidad y la energía. Con esos elementos, cuando lo hacemos bien en conjunto, nos permite sacar adelante una serie como la que ganamos con Portland.
–Contaste que tenías el deseo de defender a determinados jugadores y Damian Lillard era uno de esos. Por momentos fue dominante, ¿cómo viviste esa responsabilidad de tener que defenderlo?
–Era un desafío muy grande desde lo personal. De arranque haber comenzado como titular me obligó a ser más agresivo y tomar lectura rápida de cómo arranca él los partidos. De ver cómo viene, porque son jugadores que van a anotar sus puntos, que buscan ganar confianza desde los triples. Y si bien busco cambiar algunas cosas para defenderlos y no dejarlos estar cómodos en esa tarea, lo que estoy aprendiendo ahora es que estos jugadores te van a seguir tirando de igual manera. Es como un juego metal y táctico al mismo tiempo. Sabía que debía ser intenso y agresivo, sabía que iba a cometer faltas porque él es muy bueno sacando faltas y fue clave durante la serie que le cambiemos la defensa, porque si yo lo defendía todos los partidos, es como que te termina sacando la ficha, entonces ponerle diferentes jugadores, con distintas alturas y físicos, como Rivers, Gordon o Monte Morris, ayudó para incomodarlo. Si bien terminó promediando arriba de 30 puntos, buscamos desgastarlo lo más posible.
–En el estudio defensivo que hiciste, ¿también te propusiste dejar sin puntos a C.J. McCollum?
–Cuando no me tocaba defender a (Damian) Lillard, me tocaba hacerlo sobre C.J. o (Norman) Powell, son dos jugadores muy picantes. Con una tremenda capacidad para anotar, muy atléticos, muy fuertes. Creo que Powell es de los jugadores más fuerte que enfrenté hasta ahora. Por momentos era opuesto a lo que había estudiado para defender a Lillard, al principio me costó y después competía; intentaba desde la intensidad no dejarlos jugar su juego. Lo “cruel” es que no importa lo que hagas, te van anotar puntos. Hubo un partido de Lillard que creo que metió 4 de 15 en triples, aparecieron Powell y C.J. Ahí es donde tenés que estar atento para no dejarlos hacer su juego. Por momentos lo hicimos bien, en otros no tanto, pero en el balance sirvió porque ganamos nosotros la serie.
–En ofensiva también todo se advierte diferente en playoffs, más fricción, menos opciones, selecciones de tiros más incómodas… ¿Cómo te sentiste en ese aspecto?
–Tenés menos tiempo para tomar determinaciones. Se asemeja más a lo que estaba acostumbrado, con menos espacios, menos margen para el error y si te equivocás lo pagás caro. Cada detalle cumple una función importante. Por momentos sentí que no le podía sacar la ficha a mi juego, me costaba entrar en ritmo, por momentos me sentía bien, entonces intentaba ayudar al equipo en ese sentido, de atacar más el aro, atacar desde el tiro de tres puntos, hacer jugar, no perder la intensidad en la defensa… Así como los estudiamos, ellos lo hicieron con nosotros. Intenté jugar lo más inteligente posible, pero me di cuenta que tengo muchísimas cosas para mejorar y para lo que viene en esta serie.
Sobre los play off: “Es más lindo, se pone más picante el partido”
–¿Lograste medir la locura que se genera acá en el país porque hay un argentino jugando playoffs de la NBA?
–Intento un poco aislarme. En estos playoffs estoy aprendiendo mucho a pensar en las cosas que tengo que hacer en el partido, en pensar en el partido, no sólo ir cumplir horario de entrenamiento, de tirar extra y esas cosas. Me mentalicé de seguir analizando cada detalle, llego a casa y hago una rutina, el día del partido me pongo a pensar en el juego, me imagino mis situaciones de partido. No es fácil, porque no estaba acostumbrado a eso, pero me ayuda mucho a mantener lejos lo que sucede afuera.
–Se dan situaciones que tienen que ver con el juego y que eran diferentes para vos en Europa. En redes sociales, en el partido que fueron a dos suplementarios (el quinto), la gente pedía cortar con falta para que ganen y dejen de sufrir los tiros de tres puntos de Lillard. En el básquetbol FIBA se hace sin problemas, pero que en NBA suele darse la orden de no cortar con falta…
–Son diferentes puntos de vista, porque hay que pensar que este tipo de jugadores saben cómo vas a defenderlos, cómo poder sacarte una falta, cómo ponerse en una situación de tener tres tiros libres. En frío y desde la tele, lo primero que pensás es en cortar. Pero cuando estás dentro del partido, ves que te viene metiendo punto de todos los colores (por Lillard), que tira de step back, de step side, con tablero… Pensás, ¿me arriesgo a cortar con falta y que en ese momento haga un movimiento para sacar un tiro de tres puntos? Son diferentes miradas. Si mirás los cortes que buscamos, me parece que lo hicimos bien, lo defendimos de manera correcta, pero siento que es más mérito de él que fallas de nuestra defensa. Sabemos que podemos vivir con eso y en ese partido salió bien. Nos hizo sufrir un poco porque, así como sabe sacar buenos tiros, también sabe cómo recibir una falta. No quiero ser yo el que se arriesgue a tomar esa determinación de cortar, jajajaja.
–¿Cómo manejás el post partido de un playoffs, lográs salir de la locura, te ayuda que Sara (su hija) sea chiquita y te despeja?
–No lo siento tanto después del partido, porque cuando llego ya están dormidas, quizá me funciona al día siguiente, porque vas a un parque o a una plaza para poner tu cabeza en otro lado. Pero es complicado porque no podés olvidarte que al otro día tenés un partido que puede ser totalmente diferente, entonces, se vienen las jugadas a la cabeza, situaciones de partido… Y si perdiste, querés pasar de página y para eso tenés que pensar en cómo hacerlo mejor.
–Tenés mucha experiencia, pero en cuanto al manejo de los nervios o la ansiedad, ¿Te pasó algo diferente?
–Estaba igual de nervioso, de ansioso, de cagado, que siempre, jajajajja. Al ser una serie tan larga hubo partidos que estuve más ansioso que otros. El sexto allá fue el que más sufrí. Me costó dormir la noche anterior, la siesta no la dormí, era mucha ansiedad de querer cerrar la serie, porque pensaba que ir a un séptimo juego, estar 50 y 50 de posibilidades iba a ser súper peligroso. La verdad que tuve la misma ansiedad, el mismo dolor de estómago, que padecí cada vez que me tocó jugar un partido de esta magnitud.
–A nivel físico, cuando todo se vuelve más áspero, hay más exigencias atléticas, ¿te demandó algún cambio para soportarlo?
–Seguí haciendo lo mismo que hasta ahora, tengo una rutina de comidas, de horarios, de descansos, lo que me ayuda mucho los días de partido para meterme en el juego. A nivel físico entendí que debo competir, si en alguna acción había un choque y me costaba absorberlo, sabía que a la siguiente tenía que ir más fuerte.
–¿Notaste mucho que el roce era diferente?
–Sí, totalmente. Todo es más físico y táctico. Ya hay piques, hay mini peleítas, se habla más, hay más roce. Es más lindo, se pone más picante el partido. Se nota un poco la diferencia entre la temporada regular y los playoffs.
–Sos autoexigente y revisás cada detalle para buscar mejorar, ¿qué advertís que tenés que trabajar más para esta próxima serie?
–Los últimos dos o tres partidos míos contra Portland los estuve revisando, les pedí a los asistentes que me los pasen. Quiero exigirme en mis cambios de velocidad, de hacer mejores lecturas, de tomar decisiones más acertadas en los pick and roll, son cosas que tengo que dominar. Hay momentos en los que me dejo llevar por mis impulsos, por las emociones del juego y tengo que estar más frío en la toma de determinaciones. Y bueno, también tengo que ser más efectivo en el tiro de tres puntos porque va a ayudar al equipo y abriría mucho más la cancha. Son detalles que me van a hacer mejor jugador y más completo. Eso se entrena y es todo muy mental.
“Tenés que seguir usando mascarilla y no salir de los hoteles, no cambia lo estricto”
–¿Advertís un cariño especial de la gente de Denver para con vos, porque en la presentación del equipo titular se escucha un grito importante cuando te anuncian?
–En la presentación no espero a que me nombren y paso rápido porque soy el último, así no escucho nada. Pasa Gordon, escucho eso y después ya me mando. Es como que me olvido que me nombran y si gritan o no ya no me doy cuenta. Es como una forma de abstraerme de eso. Quizá guste ver a uno más bajito del promedio, que se pelee, que juegue así y eso a la gente le resulte interesante…
–Por fuera de la cancha, ¿la gente se te acerca a saludarte?
–Un poco más que al principio, pero no salgo mucho, así que no me doy cuenta de eso. Al comienzo era nada y ahora es uno o dos, no es que tampoco soy reconocido, jajajaja.
–¿Cómo manejás la “presión” de que esté Sara en la tribuna?
–La presión la tiene Consu que tiene que domarla en pleno partido. Hay veces que miro para la tribuna, cuando estoy en el banco, y las veo y otras veces no las veo, lo que quiere decir es que la fue a buscar a algún lado. Es un disfrute total verlas a las dos, es una motivación.
–¿Cómo se sienten los partidos ahora con gente?
–Está bueno, tanto de local como de visitante hay gente. Creo que nuestro próximo partido de local es a estadio completo, eso puso el club en un tuit. Ya con 12 o 10 mil personas estaba bueno, pero ahora con 18 mil, seguro que va a estar genial.
–A nivel protocolos, para ustedes, con estos cambios, ¿se modificó algo?
–No demasiado, sigue siendo todo muy estricto, quizá menos hisopados para los que estamos vacunados. La mayoría del equipo nos vacunamos y no tenemos tantos test. Y a la gente la ves, pero no está tan cerca de la cancha. En algunos estadios hay gente a pie de cancha, pero en el nuestro por ahora estaban más lejos. En Los Ángeles en New York hay gente a pie de cancha. Pero vas a buscar una pelota y ya tenés uno de seguridad para que no haya contacto. Tenés que seguir usando mascarilla y no salir de los hoteles, no cambia lo estricto del protocolo.
–Esta serie tiene un nuevo gran desafío: defender a Chris Paul.
–Es un tremendo jugador, me fijo mucho en la manera en la que juega, cómo juega el pick and roll, cómo se gana los espacios para pasar la pelota, para tomar tiros, las decisiones que toma en momentos calientes, es súper disfrutable para ver, sufrible para defender, porque seguro va a hacer su trabajo y mi objetivo es que no lo pueda hacer. Lo defendí en los Juegos Olímpicos (en los cuartos de final de Río de Janeiro 2016), pero es completamente diferente, tiene 50 veces más la pelota, es 50 veces más peligroso, así que es un lindo desafío, estoy contento y quiero que empiece ya la serie.
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