Boston Celtics - Golden State Warriors: 82%, la estadística que parece predecir que el campeón de la NBA será su equipo más histórico

Boston Celtics es quizás la franquicia más tradicional de la NBA. Siempre el mismo nombre, siempre los mismos colores, siempre la misma ciudad. Nació con la propia liga, y fue la primera monopolizadora del mejor campeonato de básquetbol del mundo. En estos 75 años de National Basketball Association, ha obtenido 17 veces el cetro de campeón, una cifra que la encuentra a la par de Lakers, la organización que se originó en Minneapolis y se mudó a Los Ángeles y que la empardó en 2020.

Pero ahora Boston, en una temporada que no parecía a la medida suya, está a dos triunfos de conseguir el anillo, de volver a reinar en la NBA. De la mano de Jayson Tatum, Jaylen Brown y Marcus Smart, que se combinaron para 77 puntos, resistió una remontada de Golden State Warriors y se impuso por 116-100 en el tercer partido de la final, que ahora gana por 2-1. Brown, con 27 puntos; Tatum, con 26, y Smart, con 24, brindaron un triunfo a sus aficionados en el primer partido de una serie decisiva de la liga en el TD Garden desde 2010.

Y esos hinchas se entusiasman: en 82% del total de casos, el equipo que se puso al frente por 2-1 en un tercer capítulo de un desenlace de la liga terminó coronándose (32 sobre 39). Las estadísticas en la NBA, además de omnipresentes, suelen ser premonitorias.

Compacto de Boston 116 vs. Golden State 100

Warriors se vio superado en intensidad en la recta final del choque después de protagonizar otro espectacular tercer cuarto de su parte, liderado por Stephen Curry. El base brilló con 31 tantos, incluidos 6 triples, pero dejó la cancha por un fuerte golpe en la pierna izquierda sufrido en una disputa con el dominicano Al Horford.

A su vez, el escolta Klay Thompson tuvo su mejor desempeño de la serie, con 25 puntos, y el canadiense Andrew Wiggins aportó 18, pero Golden State siguen necesitando más anotadores consistentes. Draymond Green, su líder defensivo, acabó expulsado a raíz de su sexta falta, a 4 minutos del final y con apenas 2 tantos y 4 rebotes. El temperamental ala-pivote no logró intimidar a las figuras de Boston y los 19.000 hinchas de Celtics presionaron con fuerza para que no se le permitiera cometer acciones al límite del reglamento, como sí lo hizo en los partidos jugados en San Francisco. “Tuvo un partido difícil, pero confío en Draymond como en cualquiera”, dijo el entrenador Steve Kerr, que calificó como “muy elegante” el hostil recibimiento del público a su jugador.

Boston controló por completo el juego salvo en la inevitable acelerada de Warriors en el tercer período, en el que Curry entró en combustión con 15 puntos y 4 triples para poner a Golden State delante en el marcador. Esta vez el conjunto verde y blanco resistió la avalancha y de la mano de Tatum volvió a dominar el tanteador hasta conseguir un triunfo que le mantiene la ventaja de localía en la serie. “No podemos alegrarnos demasiado. Tenemos que estar preparados para el siguiente partido. Sabemos que van a salir extra agresivos”, advirtió Tatum sobre el cuarto choque, que tendrá lugar este viernes, también en Massachusetts, a las 22 de Buenos Aires.

Celtics aumentó la intensidad respecto al segundo encuentro, en el que fue demolido por un devastador parcial de Golden State de 35-14 en la tercera etapa. El trío Tatum-Brown-Smart es el primero en sumar con cada integrante por lo menos 20 tantos, 5 rebotes y 5 asistencias en un partido de final desde el legendario de Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson y Michael Cooper del archirrival Los Angeles Lakers, que lo hizo en 1984.

Brown, uno de los objetivos de las provocaciones de Draymond Green, dominó el duelo entre ambos desde su fabuloso inicio de juego: 22 puntos en la mitad inicial. El pivote Robert Williams III, que padece una lesión de rodilla, impuso su ley en la pintura con 8 puntos, 10 recobres, 3 robos y 4 bloqueos.

Celtics se fue al descanso con 12 tantos de ventaja (68-56), pero también bajo la amenaza de las furiosas reacciones de Golden State en los terceros tiempos. A diferencia de en los primeros enfrentamientos, la remontada se hizo esperar hasta mediados del período, pero llegó con un parcial de 17-3, incluidos 7 tantos en una sola posesión.

Con su público encendido, Celtics no se dejó atropellar esta vez por la avalancha. Se apoyó en su superioridad en los rebotes en ataque (15 contra 6) y en la dependencia que tiene Warriors de Curry, que acumuló demasiadas infracciones.

El talentoso Tatum asumió la responsabilidad de atacar una y otra veces y obtuvo 8 puntos casi seguidos que llevaron la ventaja de Boston a dos dígitos, 107-96, en el ecuador del último cuarto. A 4 minutos del cierre Curry y Horford pugnaron por un balón en el suelo y el pivote dominicano cayó sobre la pierna izquierda del base, que se retorció de dolor. Dada la diferencia en el marcador, Steve Kerr optó por retirar a su estrella y al resto de titulares, pensando en la cuarta batalla. “La lesión no lo obligó a salir. Lo saqué porque no íbamos a remontar 14 puntos de desventaja”, justificó el DT.

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