NBA: seis equipos no se presentaron a jugar, en protesta por la violencia policial

Todo venía bien en la burbuja de Disney para la NBA. Juntar a más de 300 basquetbolistas, aislarlos de la civilización durante semanas y desarrollar una competencia de primerísimo nivel televisada al mundo de la forma más atractiva posible aunque no hubiera público, eran todo un desafío que la liga venía superando con creces. Pero el otro factor difícil de manejar, el de encerrar a los jugadores cuando la mayoría de ellos está comprometida con la causa antirracista mientras las protestas se esparcen por Estados Unidos, terminó explotando. No contra la organización del torneo, pero sí en perjuicio del desarrollo de la competencia en sí.

Milwaukee Bucks, el equipo más eficaz en lo que va de la temporada, se negó a salir a jugar este míércoles frente a Orlando Magic el quinto partido de su serie de playoffs de la Conferencia del Este, en rechazo a los disparos de un policía del estado de Winconsin contra el ciudadado negro Jacob Blake, sucedidos el domingo. El conjunto liderado por Giannis Antetokounmpo, una de las superestrellas de la NBA, ni siquiera fue a hacer el calentamiento previo al quinto capítulo de la serie que gana por 3-1 y que lo tiene a una victoria de los cuartos de final del campeonato. Orlando sí hizo la entrada en calor, pero tres minutos antes de la hora del partido el plantel se fue a los vestuarios. Y, llamativamente, los árbitros realizaron lo mismo.

El partido quedó suspendido, por supuesto. Pero la cuestión no se limitó a eso. Más tarde debían enfrentarse Houston Rockets y Oklahoma City Thunder (2-2) y, también por el Oeste, Los Angeles Lakers y Portland Trail Blazers (3-1), pero tampoco hubo acción en las canchas del complejo deportivo de ESPN en el predio de Disney World, cercano a Orlando. A la fuerte medida de rechazo de Milwaukee se sumaron los otros cinco equipos. Y la fecha quedó pendiente de reprogramación, según comunicaron conjuntamente la liga y la asociación de jugadores (NBPA).

El repudio, claro, no cuestiona a la NBA, por más que algunos basquetbolistas hayan mostrado en su momento reparos en ir a Florida para continuar el certamen interrumpido por cuatro meses. El repudio es contra la violencia policial y el racismo. Las protestas sociales nunca se apagaron en Estados Unidos desde que murió George Floyd en Minnesotta, el 25 de mayo, pero el enojo aumentó cuando apareció el video de los balazos de otro policía blanco a un ciudadano negro, Blake, en un episodio ocurrido el último domingo en Kenosha. Esa localidad de Wisconsin se ubica a 65 kilómetros de Milwaukee; por eso la iniciativa del conjunto liderado por Antetokounmpo.

La NBA, que fue una de las primeras grandes competencias del deporte estadounidense en interrumpir su actividad a raíz de la cuarentena, el 12 de marzo, fue también una de las pioneras en organizar la reanudación. Para hacerlo de forma segura en el plano sanitario y conformar a los deportistas que querían difundir su mensaje de reclamo de igualdad de trato para la raza negra, la directiva, encabezada por el comisionado Adam Silver, hizo varias concesiones. Quien no quisiera participar en la burbuja de Disney podía ausentarse sin ser sancionado, aunque tampoco remunerado por los partidos que no protagonizaría. Y la propia liga se adheriría a la campaña antirracista. Eso incluía que en todas las canchas figurara grande en el parquet la leyenda "Black lives matter" ("las vidas de los negros importan"), que los jugadores pudieran incluir cualquier frase en sus camisetas en lugar de su apellido y arrodillarse durante la ejecución del himno nacional previa a los encuentros, y esparcir las consignas en las redes sociales y demás vehículos de difusión de la liga. Además, los basquetbolistas podían relacionar la marca NBA con estos lemas, en total libertad. Incluso, la organización los alentó a pensar ideas para la acción social durante el confinamiento en Lake Buena Vista, la localidad del complejo deportivo.

Los jugadores lo aceptaron y no tuvieron queja pública alguna desde que llegaron a Disney para los amistosos de preparación. Todo funcionaba bien, e inclusive ninguno de los cientos de exámenes de coronavirus realizados arrojó resultado positivo. Pero el video de los tiros contra Blake, que subía a su camioneta dando la espalda a un policía luego de resistirse a la autoridad no violentamente ante sus hijos, fue demasiado para los deportistas. Además, otros dos hombres murieron en disturbios en los días posteriores en Winconsin.

"Exigimos un cambio. Estamos hartos de esto", tuiteó LeBron James, estrella de Lakers y uno de los líderes de la protesta. También numerosos entrenadores están comprometidos con la causa, y usan prendedores que muestran frases contra el racismo. "Somos aquéllos a quienes están baleando. Somos aquéllos a quienes se niega vivir en ciertas comunidades. Nos han ahorcado, nos han disparado. Y todo lo que hacen es seguir oyendo sobre el temor. Es asombroso por qué seguimos amando a este país si este país no nos ama en reciprocidad. Y es realmente muy triste", reflexionó Doc Rivers, director técnico de Los Angeles Clippers. Hasta directivos de franquicias se pliegan al mensaje. "Algunas cosas son más importantes que el basquetbol. La postura adoptada hoy [por la suspensión del miércoles] muestra que estamos hartos. Basta ya. Se necesita un cambio. Estoy increíblemente orgulloso de nuestros chicos, los apoyamos al 100% y estamos listos para ayudarlos y para generar un cambio verdadero’’, publicó en Twitter Alex Lasry, vicepresidente de Milwaukee Bucks.

Unas horas luego de la suspensión de su choque con Orlando, el plantel del conjunto verde se presentó y se expresó mediante un comunicado, leído por Sterling Brown, de 25 años, que en 2018 experimentó lo que entendió como un caso de exceso de fuerza policial en la propia Milwaukee. "A pesar de las peticiones abrumadoras de cambio, no ha habido acción, así que nuestro enfoque no puede estar en el básquetbol. Cuando entramos a la cancha y representamos a Milwaukee y Wisconsin, se espera que juguemos en un nivel alto, demos el máximo esfuerzo y nos hagamos responsables unos de otros. [...] Estamos demandando lo mismo para los legisladores y agentes de la ley. Estamos demandando justicia para Jacob Blake y que los policías rindan cuentas. [...] Es imperativo que la Legislatura del Estado de Wisconsin vuelva a reunirse después de meses de no ejecutar acciones y tome medidas significativas para abordar los problemas de responsabilidad policial y brutalidad y una reforma de justicia penal. Les pedimos a todos nuestros ciudadanos que se eduquen y realicen acciones pacíficas y responsables y que recuerden votar el 3 de noviembre", enunció el texto.

¿Qué pasará en adelante? Se desconoce. Por lo menos hasta que alguien revele las conclusiones de la reunión que las partes mantenían este miércoles a la noche para determinar los pasos por seguir. A pesar de los perjuicios causados a la televisación por la abrupta suspensión de partidos, no es esperable que existan sanciones a quienes no se presentaron, con la liga tan involucrada en el tema y los referís marchándose a la par de los hombres de Orlando. Pero no es nada claro qué pasará con el resto de los playoffs. "Vinimos aquí por una razón: usar nuestra plataforma para mandar un mensaje. Pero parece que estamos atascados, que las cosas no están cambiando, que no estamos haciendo nada productivo. Así se siente", advirtió el camerunés Pascal Siakam, de Toronto Raptors. Jayson Tatum, de Boston Celtics, manifestó: "Si decidimos no jugar un partido o el resto de los playoffs, entendemos el gran impacto que generaría, todo el mundo tendría que hablar de eso. Ser negro en Estados Unidos es más importante que lo que hago en una cancha de básquetbol".

Por lo pronto, Nick Nurse, el director técnico de Toronto, apuntó que algunos jugadores consideran la posibilidad de abandonar la burbuja. Y además la disruptiva forma de protesta adoptada este miércoles ya se expandió a otro deporte. Y el mismo día: en el béisbol, Milwaukee Brewers y Cincinnati Reds decidieron no sostener uno de los 15 encuentros previstos para la jornada.

Todo tuvo lugar justo en el día del cuarto aniversario de la primera vez en que Colin Kaepernick, mariscal de campo de San Francisco 49ers, puso una rodilla en tierra durante la ejecución del himno estadounidense antes de un partido de fútbol americano. La revolución en el deporte empezó aquel día.

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