Messi genial: dos goles marca registrada para festejar su partido 767 en Barcelona e igualar el récord de Xavi

Se vaya en junio próximo o en un futuro que él decidirá, Lionel Messi dejará estadísticas para la leyenda en Barcelona. Quizá irrepetibles. Es lunes alcanzó a Xavi Hernández en cantidad de partidos jugados con esa camiseta: son 767, una cifra asombrosa. Y como si fuera una celebración, el argentino necesitó solo 13 minutos para anotar un gol ante Huesca, en el partido que cierra la fecha 27 de la Liga de España.

Fue un golazo, en realidad, en dos movimientos: el primero, con un toque y giro sutil, para desairar al defensor que tenía cerca, y el segundo, para armar un remate de zurda que voló desde fuera del área al arco del joven Álvaro Fernández. El rebote en el travesaño, antes de meterse en el arco, hizo todavía más espectacular la pequeña obra de Messi.

Zurdazo al ángulo para el 1-0

El gol acrecentó el dominio del equipo catalán, que buscaba un triunfo que lo colocara segundo, a solo 4 puntos de Atlético de Madrid, el líder del campeonato, con 11 fechas por delante. Huesca, que se replegaba contra su área, intentaba alguna salida esporádica. En una de ellas, el lateral Pablo Maffeo casi anota el empate, en una jugada que él mismo se armó desde la derecha y culminó con un remate que atajó Ter Stegen.

Fue un espejismo. Barcelona retomó el dominio y casi Jordi Alba anota el segundo tras una buena incursión por izquierda. Lo que no logró el defensor, lo consiguió Antoine Griezmann: condujo la pelota por el centro y a la altura de la medialuna sacó un zurdazo que fue al mismo ángulo por donde antes se había colado el pelotazo de Messi. Otro golazo y 2-0 a los 35 minutos.

Ante un rival limitado, Barcelona hacía lo que tenía que hacer. El envión de los últimos partidos se traducía en el juego, con De Jong como líbero en una defensa de tres centrales, completada por Mingueza y Lenglet. Pedri era un buen socio en el inicio de los ataques, y el porpio de Jong, en una subida, estuvo a punto de establecer el 3-0...

Pero al descanso se fueron con un gol de Huesca, producto de un penal que el árbitro Cordero Vega sancionó luego de que Ter Stegen tocara con la mano a Rafa Mir en su pierna, luego de que el dellantero remattara desviado. El VAR convalidó la decisión y Mir, que se formó en la Masía, tradujo la pena en gol para los visitantes.

El saludo de ex y actuales compañeros por los 767 partidos

En el segundo tiempo, las posturas fueron similares. Barcelona con la posesión de la pelota (superó el 70 por ciento en la etapa inicial) y Huesca agrupado atrás, esperando la oportunidad para lanzar los contraataques hacia Mir, el faro delantero.

A los siete minutos, el local estiró la ventaja: Dembelé tocó a Messi en un córner y el argentino lanzó el centro que Oscar Mingueza rmató con un cabezazo sin que nadie lo marcara, en la entrada del área chica. El 3-1 volvía a darle aire a Barcelona en el marcador.

Enseguida sobrevino una jugada de ataque de Huesca que no fue gol de milagro. Otra buena acción de Maffeo por derecha siguió con un centro medido al segundo palo, por donde entraba Escriche, que cabeceó hacia el palo opuesto, dejando fuera de acción al arquero de Barcelona: Mir saltó, casi en la línea del arco, e impulsó la pelota con el pecho hacia arriba, en lugar de tocarla con la cabeza y que fuera gol. Los jugadores, todos, se miraban para tratar de entender por qué no fue gol...

Luego de esa jugada, a los 11 minutos de esa segunda etapa, vino una bajada de tensión en el juego. Como si Huesca hubiera sentido que semejante desperdicio era demasiada concesión ante un gigante. Y Barcelona, que venía de hacer un gran esfuerzo en París, cuando quedó eliminado de la Champions ante PSG, se decidió a administrar energías y ser más selectivo en ssus ataques.

En uno de ellos, Messi picó por izquierda y gambeteó la desesperada salida de Fernández fuera del área, pero al final su remate, desde ángulo sesgado, fue demasiado alto. Iban ya 25 minutos y la rueda de cambios había empezado a activarse. Koeman les dio minutos a los jóvenes Trincao (por Griezmann) e Ilaix Moriba (por Dest), dos de los jóvenes que aparecieron esta temporada.

Rojo Martín, entrenador visitante, también movió piezas en busca de nuevas energías, aunque la cadencia del partido ya no iba a cambiar. En Barcelona, a favor del resultado, ingresó también el defensor uruguayo Ronald Araújo por de Jong, para sumar buenos minutos tras una lesión. Estacionado en la derecha, Messi esperaba agazapado alguna nueva oportunidad, aunque el trabajo ya estaba hecho.

Y esa jugada apareció: Trincao condujo una salida por el centro y le pasó la pelota a Messi, que hizo la misma jugada que otras decenas de veces; trazó la diagonal de la derecha al medio y en el balcón del área sacó un zurdazo al palo derecho del arquero, que fue más esquinado todavía por el leve desvío en Pulido, el capitán. Era el gol del 4-1, el que cerraba la noche en el Camp Nou. Otra que tuvo al protagonista de siempre, el que en el próximo partido batirá el récord de Xavi que acaba de igualar.

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