Rally Dakar: Jacky Ickx, la leyenda del volante que elogia a Franco Colapinto

El belga, que compitió en Fórmula 1, rally y Le Mans, confía en el futuro de Franco: “Esperemos que pueda regresar la bandera argentina al podio”

BISHA, Arabia Saudita.– Es el cuarto día bajo el sol y se avecina otra noche con viento. La arenilla que golpea fuerte, exfoliante para las pieles sensibles, no tiene efecto en la rústica mejilla de Jacky Ickx, que se acomoda tras la angosta sombra de una banderola para charlar. Celebró su cumpleaños número 80 en el desierto saudí el 1° de enero, dedicó palabras de aliento a los cientos de pilotos y copilotos en la primera reunión informativa del Rally Dakar 2025 y se acercó mirando la bandera celeste y blanca bordada en el hombro de una camisa. “Argentina… La Biela, Palermo”, gritó el piloto que sobrevivió a la época más peligrosa de la Fórmula 1 con dos subcampeonatos y ocho carreras ganadas, para luego ser ícono de las competencias de resistencia como Le Mans y el raid que cambió su vida.

Cautivante con sus pausadas frases en inglés, el belga recordó un tiempo muy especial en Sudamérica y señaló que la pasión argentina por las carreras se remontan al comienzo de la Fórmula 1 y, hablando del presente, cortó la pregunta sobre las últimas carreras con Franco Colapinto siendo protagonista: “¿Quién no ha oído hablar de él?”, interpuso, con una gran sonrisa. La irrupción del chico de Pilar en los últimos nueve Grandes Premios de Fórmula 1 del 2024 generó en todo el mundo un efecto similar al que se vio en Argentina. Franco estuvo en boca de todos, sorprendiendo a los que no lo habían descubierto en categorías inferiores.

Desde luego, Ickx no estaba fuera de ese grupo: ¿Quién no ha oído de él? Luce muy, muy, muy prometedor”, con insistencia, remarcó. Aún para una persona que ha vivido de cerca las transformaciones en la máxima categoría mundial, resulta loable la manera en que Colapinto se adaptó. “Fue una especie de sorpresa para todos”, continuó el hombre que corrió 13 temporadas de F.1 entre 1967 y 1979. Ickx pensó en el debut de Colapinto, en Monza, y fue contundente: “Cuando saltó a la Fórmula 1 todos lo estuvieron mirando, he escuchado que recibió muchas ofertas para sumarse a equipos, así que veremos... Es solo el comienzo, esperemos que pueda regresar la bandera de Argentina al podio porque eso sería lindo”.

El presente y la ansiedad de los fanáticos hacen parecer que se está un paso atrás al no lograr un anuncio para Colapinto, con butaca asegurada. Pero la realidad es que irrumpió en un momento del año en que todo estaba acordado y firmado, al menos en los equipos con posibilidades lógicas. Si bien otros equipos manifestaron interés en conocer su situación, tenía asignado el puesto de piloto de reserva en Williams Racing y las negociaciones, existentes todo el tiempo, son las que pueden destrabar el momento.

“¿Ve futuro en él?”, se le preguntó al ‘Maestro de la Lluvia’, uno de los alias con los que se conoció a Jacques Bernard Ickx: “¡Sí!”, respondió. Además, no es alguien que pueda sorprenderse de la euforia albiceleste, pues conoce la manera de ser de los argentinos. Corrió varias veces en Buenos Aires el Gran Premio y consiguió un podio el día en que la F.1 cortó una ausencia superior a una década, en 1972, imborrable también por el debut de Carlos Alberto Reutemann con una pole position. “No olvides que han tenido a Juan Manuel Fangio y José Froilán González en los primeros años, en los cincuenta. Han tenido a Carlos Reutemann y muchos pilotos talentosos de Argentina”, lanzó el caballeroso protagonista. “Sí, estuve con la Fórmula 1 en Argentina, pero también, cuando te acercaste, yo pensé en “La Biela”, ese famoso lugar, o en Palermo, porque todo es hermoso allí”, continuó, revelando una historia poco conocida de uno de los pilotos más completos que entregó el mundo motor. “Una vez tomé, en absoluta autonomía, mi Land Rover, la puse en un container y transité miles de kilómetros entre Argentina y Chile”, confesó.

Los labios mantecados por bálsamos para protección solar se abrieron más, para enumerar en claro español los nombres de algunos sitios icónicos que conoció: “La Ruta 40, Bariloche, Ushuaia, Comodoro Rivadavia, Lago Traful”. Resultó un aventurero sin descanso, todo después de haber hecho la experiencia de ingresar al Rally Dakar. “Amo el país, pero amo aún más a los argentinos, son gente increíble. Porque todo es sobre las personas, esa es la parte más importante de tu vida. Tengo nostalgia de todos aquellos a los que he perdido o, desafortunadamente, viven en otros países”, como dando una lección, añadió.

Jacky Ickx es una leyenda del Dakar capaz de hallar una manera de disfrutar las experiencias límite y tomarlas como normalidad. Venció en una de las ediciones más recordadas del raid, en 1983, con una camioneta Mercedes Benz que contó con la compañía del actor francés Claude Brasseur en la butaca derecha. Se ganó el corazón de las personas, practicó la observación participante conviviendo con tribus, batalló internamente con sus ejecutivos de equipo para quedarse en una carpa minimalista en lugar de ir a los hoteles y fue un caballero el día en que le birlaron la victoria con una azarosa moneda lanzada por los aires.

Aquella carrera de 1989 fue tan reñida con su compañero de escuadra, el también laureado Ari Vatanen, que el director de la escuadra deportiva Peugeot decidió que la fortuna tomaría partido en el resultado antes de correr el riesgo de perder ambos autos en una batalla fuera de control. Brilló por los aires la platinada pieza metálica de 10 francos lanzada por Jean Todt, posteriormente director de Ferrari en la F.1 –cuando Michael Schumacher dominó– y último presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), antes de la asunción del emiratí Mohamed Ben Sulayem. Jacky tenía la ventaja de tiempo en la clasificación general de ese día, pero cayó “cara” y esto sonrió en favor de Vatanen, vencedor. A poco de terminar la carrera, el belga se detuvo por completo durante exagerados 15 minutos, para que no queden dudas. Pero nunca se pronunció al respecto, porque comprendió la situación de cada uno.

“El Dakar ha cambiado, pero no seas nostálgico por el pasado”, respondió con el índice elevado, parado aún junto a la bandolera. “Hoy, el Dakar sigue siendo absolutamente fantástico y la filosofía no ha cambiado. Es una oportunidad para descubrirse a sí mismo, descubrir algo nuevo en la carrera más increíble del mundo, es algo simplemente fantástico”, insistió.Un nuevo territorio con mucho por descubrir es el gancho perfecto para este trotamundos, acompañado siempre por su esposa Khadja Nin, cantante africana de la República de Burundi.

Juntos caminan el “Bivouac” del Dakar, hablan con todos, siempre hay un tema de conversación. Comparten vivencias en una especie de sobremesa interminable, sonrientes. “Es siempre interesante descubrir nuevos países, porque los conoces gracias a algunos comentarios, pero cuando vienes aquí es cuando ves la realidad. Gente adorable, un país increíble y para celebrar, como dices, el cumpleaños”, refirió, sobre la nueva era del Dakar en el Reino de Arabia Saudita desde 2020.

Corrió con su hija Vanina, precisamente, ese año y recomendó que todo el que pueda, alguna vez, siga el ejemplo de buscar experiencias como esta con su familia. Con los 80 recién cumplidos, coincide en que “la edad es solo un número”. Jacky Ickx los celebra aquí, con el polvo metiéndose en las grietas que formaron las muecas de su compradora sonrisa. “Yo lo disfruto estando con todos ustedes y espero que todos lo descubran algún día, porque es algo excepcional”. Con los dorados rayos del astro rey en la blanca cabellera se despide, con un fuerte apretón en el hombro. La leyenda viviente se pierde entre ojos tapados del polvo con otra tormenta de arena, cuando cae la tarde saudí.

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