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Max Verstappen, ese talento que encarna el deseo de muchos: plantar un desafío al reinado eterno de Lewis Hamilton en la Fórmula 1
El joven neerlandés, que se impuso en el Gran Premio de Emilia Romaña, está dominando los desarrollos de las carreras; es rápido, larga muy bien, se equivoca poco y tiene un gran auto; a los 23 años, todavía nunca fue líder un campeonato.
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Que la Fórmula 1 es aburrida, que es “Hamilton +19”, que es la monomarca Mercedes... Aunque la categoría reina del automovilismo mantuvo grandes audiencias en los últimos años, sobrevuela la crítica a la monotonía de los ganadores. Desde 2014 la marca alemana es siempre la favorita, y la única vez en que Lewis Hamilton no ganó el campeonato, lo perdió contra... su compañero de equipo (Nico Rosberg, 2016).
Pues este año aparece, finalmente, un rival muy amenazante. No es que no lo haya sido Sebastian Vettel en Ferrari a principios de algunos torneos, pero siempre terminó lejos. Ahora hay otro pilotazo, y otro gran auto, en condiciones de asustar al inglés y a su escudería. Vienen haciéndolo desde la pretemporada, y ya por los puntos no sólo mostraron los dientes: mordieron. Max Verstappen, un talento que despuntó en 2015 a los 17 años, y la siempre rendidora Red Bull hacen que 2021 no tenga un candidato excluyente a la corona, sino dos.
El neerlandés estuvo por vencer a Hamilton en Bahréin (un error estratégico y uno conductivo lo privaron de un triunfo que parecía encaminado), y en el Gran Premio de Emilia-Romaña lo logró: ganó la segunda fecha con una sensacional largada, gran ritmo y ningún error. Algo nada fácil cuando llueve en el autódromo Enzo y Dino Ferrari, de Imola, donde la pista es estrecha y la velocidad es alta. De hecho, el propio Hamilton, que casi nunca se equivoca, falló groseramente. Tanto, que estuvo a punto de desertar. Pero si existe algo como eso a lo que llaman “la suerte del campeón”, pues el inglés la tuvo, y en forma: de su eventual primer abandono en tres años (Australia 2018 es el último) pasó a un segundo puesto que lo mantiene líder del campeonato. Con un punto sobre Verstappen.
Resumen del GP de Emilia-Romaña
Podrá pasar de todo en el resto de la temporada, como que Mercedes finalmente solucione su problema de batería y termine haciendo la diferencia habitual contra el resto. Pero que el neerlandés y Red Bull serán ultracompetitivos y darán batalla parece garantizado. Una muestra es la partida en Italia: Verstappen largó tan bien que pareció adelantarse al semáforo (no lo hizo) y, desde el tercer puesto, pasó a su compañero, Sergio Pérez, y emparejó al poleman Hamilton, un especialista en poner en movimiento el coche. El joven de Red Bull llegó a la par del campeón en la nueva curva Tamburello, pero del lado interno. Como todos, abusó de eso, encerró a su oponente y se quedó con la posición. El Mercedes corcoveó entre las bananas sobre el piano y Hamilton ensayó una protesta por radio, pero para los comisarios y el ambiente maniobras como ésa son “de carrera”.
Luego estabilizó una ventaja de unos cinco segundos, que se redujeron cuando apareció tráfico. A Verstappen le costó un poco lidiar con los rezagados, pero Hamilton estuvo a poco de quedar fuera de combate en ese trámite. Al dejar atrás el inocente Williams de George Russell se despistó en una curva de baja velocidad, Tosa. No le dio el radio de giro y para salir sin empantanarse en la leca chocó el muro y rompió el alerón delantero. Avergonzado, pidió perdón por radio. “Mi primer error en mucho tiempo”, lamentaría tras la carrera.
Tuvo mérito: mantuvo encendido el motor y maniobró como para no encajarse. Tuvo suerte: volvió ¡marcha atrás! a la pista y no hubo ni siquiera una investigación de las autoridades, a pesar de que pasaron cerca de él Sebastian Vettel y Daniel Ricciardo. Y tuvo más suerte: en seguida chocaron Russell y Valtteri Bottas de forma tan impresionante –se destrataron y se acusaron mutuamente– que pedazos de su Williams y su Mercedes obligaron a parar la competencia, es decir, le hicieron perder menos posiciones al campeón y le dieron tiempo para reparar su coche. Lewis quedó noveno y con el auto sano para la reanudación, con casi media carrera por recorrer.
Batería defectuosa al margen, siguen siendo Hamilton y Mercedes. Treparon ubicaciones hasta alcanzar la segunda. Y pudo ser la primera: Verstappen patinó detrás del coche de seguridad cuando se estaba por relanzar la prueba y se salió del asfalto. Prudente mientras Max hacía la excursión campo traviesa, el escolta Charles Leclerc evitó poner su Ferrari por delante, y con ello, una posible sanción. “Me llevé un susto en la reanudación. Un susto tremendo”, admitiría el neerlandés. Su falla fue de las menores en un día en el que se equivocaron varios que rara vez yerran: Pérez (“manejé como un estúpido”, se disculpó ante Red Bull), Carlos Sainz (Ferrari le dijo que iba demasiado rápido y que se calmara), Fernando Alonso (Alpine; despiste en Tosa antes de la formación de la grilla).
En una carrera caótica, mientras Hamilton remaba para rescatar más puntos, el “Joven Maravilla” sacaba más diferencia en la soledad de la vanguardia. En temporadas recientes, el británico imponía casi siempre su ritmo. Verstappen 2021 parece ser un dominador de desarrollos, no el primer oportunista ante una debilidad del número 44. Manda en la pista, incluso sobre el heptacampeón.
Pero Hamilton sigue siendo un crack y en Imola no sólo minimizó los daños de su error: en el mano a mano con el neerlandés por el récord de vuelta, se dio el gusto de conseguir esa unidad extra que lo dejó líder del certamen (44 contra 43). En caso contrario, Max habría sido puntero de un mundial de Fórmula 1 por primera vez, a los 23 años.
Hace casi once, en 2010, otro joven rubio de Europa noroccidental vivió una situación parecida. A los 23, nunca había encabezado un campeonato de la máxima categoría (llegó a igualar en puntaje con Mark Webber tras Mónaco, pero su compañero en Red Bull lo aventajaba por tener una victoria más). Lo consiguió a fin de año, en la última fecha: ese día Sebastian Vettel salió campeón. Cosa que repetiría tres veces. No por nada fue el máximo adversario de siempre de Hamilton, el de las “batallas más agotadoras” para el británico. Queda por ver cuánto se parecen las historias. Cuánto de aquel Seb tiene este Max.
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