Los secretos de cómo Franco Colapinto se transformó en un ambicioso y eficaz piloto de F1 en la “Williams Racing Driver Academy”

Cuando Carlos “Lole” Reutemann debutó en la Fórmula 1 (enero de 1971, carrera sin puntos en Buenos Aires con McLaren M7C), cuando lo hizo Alain Prost en el Gran Premio de Argentina de 1980, también con McLaren, o Michael Schumacher en el Gran Premio de Bélgica de 1991 con Jordan, la adquisición de datos como se la conoce hoy no existía. Era apenas una ayuda testimonial y los simuladores de manejo en competición ni siquiera estaban en la mente de los ingenieros.

Con el perfeccionamiento de los sensores, el poder de computación y la creación de software de simulación desde hace 20 años, ya casi nada queda oculto. Virtudes y defectos de los pilotos son ampliamente conocidos. Con esas herramientas, psicólogos o “coach” deportivos, nutricionistas, entrenadores físicos y fisioterapeutas, las escuadras de Fórmula 1 han establecido verdaderas academias o universidades del manejo rápido.

Ferrari, Red Bull y Mercedes establecieron sus propios programas de formación. Red Bull Holdings, la empresa austríaca de bebidas estimulantes, trató a su equipo Toro Rosso de Fórmula 1 como la antesala para los pilotos candidatos a ser titulares en la escuadra principal.

Por la “Williams Racing Driver Academy” pasaron pilotos de Fórmula 1 como Lance Stroll, Nicolás Latifi y Logan Sargeant. Actualmente están matriculados otros 9 aspirantes en diversas categorías.

Franco Colapinto ingresó al team de “alumnos” de la Williams Racing Driver Academy, establecida en 2019, en enero de 2023. Sus evoluciones con el equipo Van Amersfoort en el certamen de Fórmula 3 de 2022, consiguiendo dos victorias y 5 podios en su primer año, y sus excelentes antecedentes en la Fórmula 4 y carreras de resistencia, convencieron a Williams para “becarlo”.

Esto significaba contribuir significativamente al presupuesto para una temporada completa en la Fórmula 3, una vigilancia estrecha sobre su evolución y concurrir a la sede Grove donde se le entrenaba junto a otros alumnos en todo aquello que debe conocer y dominar un piloto profesional de alto nivel mundial.

Junto a las instalaciones donde se fabrican y mantienen los autos de carrera de la escuadra se encuentra la “Williams Driver Academy”, que está a cargo del ex copiloto de rallies Sven Smeets. Smeets es, además, director deportivo del equipo de Fórmula 1 y reporta directamente al jefe del equipo o Team Principal, James Vowles. Fue el mismo Vowles quien, apenas se hizo cargo de Williams, decidió darle la oportunidad a Colapinto.

Franco ingresó ya bien fortalecido mentalmente por su psicólogo deportivo argentino, Gustavo Ruiz. En la Academy intensificó su preparación física para adecuar los músculos del cuello, su musculatura en general y especialmente el tronco (core), equilibrio, tiempos de reacción, coordinación manos-ojos-pies y fue cambiando su dieta bajo las indicaciones del nutricionista de la “escuela”.

En ese ámbito académico lo fueron conociendo a medida que comenzaba a entrenar en el simulador de Fórmula 1, tarea que intensificó desde comienzos de 2024 cuando pasó a la Fórmula 2. Al volante de las pistas virtuales se enfrentó a los pilotos titulares de entonces, Logan Sargeant y Alex Albon. Muy pronto sus tiempos fueron iguales y a veces mejores que los del británico tailandés que hoy es su compañero de equipo. Eso solo no bastaría. Y el que sabe muy bien qué se necesita para dar el gran salto de la escuela a la vida real de un asiento en la grilla de largada es Smeets. Amplia es su experiencia gestionando pilotos y equipos, ya que con Citroën y Volkswagen como manager logró varios campeonatos mundiales.

Smeets conoce los secretos del extraordinario crecimiento del argentino, testimonio contundente del trabajo previo en la Driver Academy.

–Sr Smeets, más allá de la velocidad, ¿cuáles son los valores que ustedes buscan o aprecian más en un piloto para formar parte de su academia?

–Siempre buscamos que el piloto se haga responsable y sea consciente de casi todo lo que hace y siente. Tiene que saber mirarse a sí mismo porque es muy común que muchos pilotos argumenten o que el coche no es bueno o que el equipo ha cometido algún error si los resultados no llegan. Eso es muy importante: que sepa evaluarse, tener autoconciencia.

Por supuesto, también consideramos cómo rinde bajo presión, porque en Fórmula 1 los pilotos están constantemente bajo presión. Contamos con la ayuda de un psicólogo deportivo que nos ayuda en este programa. Si no puedes rendir en ese medio ambiente no podrás durar mucho en él.

–¿Qué tan importante es el rol del psicólogo?

–No soy un especialista en psicología deportiva, pero un psicólogo que trabaja en ese campo ayuda al piloto a enfocarse en las cosas importantes de la competición y a resistir mejor cualquier tipo de presión. Por ejemplo, a centrarse en los distintos objetivos para el fin de semana y a gestionar la creciente presión, qué hacer en cada una de las sesiones libres, en la prueba de clasificación para establecer el orden de largada y el objetivo alcanzable en carrera.

Por supuesto que también importa cómo se desempeña en la pista, cómo toma sus responsabilidades y se describe a sí mismo y a nosotros lo que siente y lo que hace en cada momento de su conducción. Hoy en día, los aspectos de comunicación y comerciales también establecen sus propias exigencias y el piloto debe saber regularlos y adaptar su mente para estas necesidades y que no interfieran con su desempeño al volante. Este es otro aspecto en el que el psicólogo deportivo de la academia ayuda al piloto.

Tiene que ser también, fundamentalmente, una buena persona. Para evaluar a nuestros pilotos sometidos a ese tipo de estrés los sentamos en el simulador y allí los sometemos a diversos ejercicios. Les aplicamos una serie de protocolos de tipo psicológico que implican mucha presión y al mismo tiempo tienen que estar conduciendo a su máximo rendimiento y llevando a cabo varias tareas al mismo tiempo.

–¿Por qué, finalmente, ustedes acabaron seleccionando a Franco para la F1?

–Cuando uno observa la trayectoria de Franco, la suya no fue una carrera estándar, la habitual para pilotos de monoplazas. Vino a Europa, ganó en España el campeonato de Fórmula 4, después fue a Nueva Zelanda y también ganó allí. Siempre entrenó muy poco y lo que hacía lo hacía muy bien. Después participó en LMP2 y Nick de Vries, que era piloto nuestro en Fórmula 1, nos dijo que realmente había sido él quien consiguió 3 “poles” con el LMP2 del equipo G Drive en la Asian Le Mans Series y una victoria en la European Le Mans Series. Lograr eso con un coche cuyo manejo muy poco tiene que ver con lo que se hace con un monoplaza es muy raro, se necesitan habilidades muy diferentes y eso nos llamó la atención. Cuando comenzó a participar en la Fórmula 3, sus resultados nos parecieron extraordinarios teniendo en cuenta el coche que conducía. Y fue cuando pasó al equipo MP y vimos sus resultados nos dijimos, aquí puede haber algo importante.

–La forma en que pasó a Paul Aron por afuera, líder del certamen de Fórmula 2, este mismo año en Imola para ganar esa carrera, ¿también les impactó?

–Estaba allí, preparado, y Aron cometió un pequeño fallo. En ese momento aprovechó su oportunidad. No todo es ganar. Uno puede acabar tercero y hacer una carrera fantástica. Nosotros miramos todo, no sólo las victorias.

Cuando le dijeron que iba a la FP1 en Silverstone

–¿Cómo juzga la evolución de Franco en las carreras hasta el momento?

–Lo ha hecho fantásticamente bien. Ya lo había hecho en Silverstone en su primer contacto con el coche en el primer entrenamiento libre y con sólo dos días de preparación previa. Después fue a Monza y muchos creen que es un circuito fácil, pero igual hay que hacerlo bien y lo consiguió. Después, ya con lo que consiguió en Bakú y en Singapur, eso sí fue sorprendente porque esos son trazados difíciles, exigentes y en carrera no cometió fallo alguno, logró puntos en Bakú y utilizó todo el fin de semana para mejorar constantemente. Fue fantástico.

–¿Qué esperan de Colapinto después de Austin y México?

–Esperamos que siga así. Ya ha probado que sabe resistir la presión y esperamos que lo hará muy bien.

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