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El piloto de Fórmula 1 “con cara de niño y boca sucia” que se convirtió en estrella de culto
Se hizo popular por su actitud irreverente: aparece en memes y videos virales divertidos
- 6 minutos de lectura'
Suzuka, JAPÓN.- La presión recaía sobre Yuki Tsunoda. Dentro de unos días, competiría en una carrera de Fórmula 1 en su país natal, Japón. La mala suerte lo obligó a abandonar dos carreras anteriores, minutos antes de la salida, y se especulaba con la posibilidad de que fuera despedido tras algunas actuaciones decepcionantes. Sin embargo, en un evento para aficionados celebrado ese mes en el centro de Tokio, Tsunoda se mostró jovial mientras compartía escenario con varios rivales. Cuando un moderador le pidió que enseñara a sus compañeros algunas palabras del idioma local, Tsunoda tomó el micrófono y dijo en japonés: “Todos somos más lentos que Yuki”, provocando las risas de los cientos de asistentes que alzaban sus teléfonos móviles para sacarse fotos.
Esta actitud estaba en consonancia con una personalidad pícara y atípica, para un atleta japonés de alto nivel, una boca sucia y una actitud de descaro que ha inspirado un culto y un atractivo internacional que superan sus logros en la F1.
Cuando debutó en 2021, era el piloto más joven de F1 y, casualmente, el más bajo (todavía lo es, con 1,70 m). Con su cara de niño, Tsunoda, de 23 años, se ganó rápidamente una incongruente reputación por maldecir volublemente por la radio que los pilotos utilizan para dar información a los ingenieros y mecánicos, y que también se transmite a los aficionados durante las carreras.
Los videos en los que se le ve gritando “¡Cállate!” y otros exabruptos menos imprimibles se hicieron virales en las redes sociales, y su colorida referencia a un “paraíso del tráfico” que le enfadaba en la pista se convirtió en un meme entre los aficionados.
En la popularísima serie de Netflix “Fórmula 1: Drive to Survive”, Tsunoda aparece siendo displicente con el entrenamiento de fuerza y anunciando: “Quiero hacer la primera caca”, antes de un masaje.
En su primer año, algunos aficionados se preguntaron si se había ganado el derecho a actuar así. La gente pensaba: “¿Por qué grita tanto en la radio aunque no esté rindiendo realmente bien?”, dijo Tsunoda durante una entrevista en Zoom unas semanas antes del Gran Premio de Japón.
Pero al igual que Hideo Nomo, uno de los primeros jugadores japoneses de la MLB, acabó con los estereotipos sobre la masculinidad asiática, Tsunoda puede ayudar a derribar otros clichés raciales.
Mientras que los asiáticos suelen caracterizarse como disciplinados y obedientes, el comportamiento de Tsunoda demuestra que “se les permite tener toda esta gama de emociones y disposiciones, incluso si lo que decís tiene que ser silenciado”, afirma Christina Chin, profesora asociada de sociología de la Universidad Estatal de California en Fullerton.
La exposición mundial de Tsunoda ha coincidido con un resurgimiento de las carreras de Fórmula 1 en Japón, que tuvieron su último auge a finales de los años ochenta y principios de los noventa. En este deporte dominado por los europeos, Tsunoda es el primer piloto japonés que corre en el circuito de elite desde que Kamui Kobayashi lo abandonara en 2014.
El pasado fin de semana, 220.000 aficionados asistieron al Gran Premio de Japón en Suzuka durante tres días de entrenamientos, clasificación y carreras, la cifra más alta desde 2006. Aficionados con camisetas con los logotipos de equipos como Red Bull, Mercedes y Ferrari se juntaron con pancartas de “Yuki Go Go” en las gradas.
Incluso la antigua tutora de inglés de Tsunoda, Junko Tasaki, de 51 años, apareció con una camiseta estampada con el diseño de una hoja de arce del casco del equipo AlphaTauri de Tsunoda y portando un gran recorte de cartón de la cara del piloto. “No tenía ningún interés en la F1 antes de conocerlo”, dijo Tasaki. Para que conste, añadió: “Yo no le enseñé a decir ‘Cállate’ ni la palabra con F”.
Justo antes de subirse a su coche el día de la carrera, Tsunoda consultó con varios ingenieros y se tomó un selfie de última hora con Yusaku Maezawa, multimillonario empresario japonés de la moda. El día se tornó sombrío para Tsunoda cuando terminó 12º, fuera del sagrado top 10 en el que se puntúan los equipos. Su mejor resultado en cualquiera de las 16 carreras disputadas esta temporada hasta la fecha fue un 10º puesto.
Un lugar por delante de él, el domingo, estaba Liam Lawson, el joven piloto reserva que se rumorea que podría sustituir a Tsunoda el año que viene. Pero antes de la carrera, AlphaTauri y Honda, el fabricante japonés que suministra motores y apoyo financiero al equipo, anunciaron que Tsunoda seguiría pilotando para ellos el año que viene.
En declaraciones a los periodistas japoneses después de la carrera, Tsunoda se frotó el puño en la cuenca del ojo derecho y lamentó no haber conseguido un puesto más alto ante los aficionados locales.
El ascenso de Tsunoda a la Fórmula 1 empezó en los boxes de las carreras de karts cerca de su casa en Sagamihara, un suburbio a las afueras de Tokio, cuando tenía 4 años. A los 5, ganó el campeonato de la serie japonesa para su grupo de edad.
“No me lo propuse criarlo para que fuera piloto, sino como divertirnos juntos”, afirma su padre, Nobuaki Tsunoda, de 60 años, durante una entrevista en un garaje abarrotado de bicicletas hechas a medida, un deportivo Honda S2000 de época y una hilera de cascos de su hijo. “Siempre he dicho que si querés parar, podés parar”.
Pasar a las carreras de monoplazas era más de lo que su familia podía permitirse. Su padre, que tenía contactos comerciales con Honda, le sugirió que probara en la escuela de carreras del fabricante de automóviles, que lo aceptó.
En 2018 -el año en que Honda empezó a fabricar motores para Red Bull, el equipo matriz de AlphaTauri- Yuki Tsunoda había ganado el campeonato de un circuito inferior, la Fórmula Cuatro.
El respaldo de Honda ha sido crucial para Tsunoda. “La F1 exige mucho dinero”, afirma Masahiro Owari, escritor deportivo japonés. “Creo que gran parte de la razón por la que está en el equipo es por el apoyo de Honda”.
Cuando Tsunoda fue ascendido a la F1, primero se trasladó a Milton Keynes, Inglaterra, corriendo para AlphaTauri. Antes de su segunda carrera de F1 en 2021, se estrelló durante una sesión de clasificación, y su conducción se deterioró en las siguientes carreras. Desde entonces, el equipo le contrató un psicólogo, redujo el tono de las palabrotas y su conducción mejoró.
Dijo que no consideraba la terapia como un castigo. “Me lo tomo como que querían apoyarme todo lo posible para ser mejor piloto”, dijo el japonés.
Por Motoko Rich and Hikari Hida
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