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El control del Dakar, desde el aire
David Castera, director deportivo de la gran competencia, compartió el vuelo en helicóptero con LA NACION; "Lo más complicado fue el clima", sintetizó el hombre que sigue la caravana con una visión privilegiada
ROSARIO.- La noche aún no se había despedido de Termas de Río Hondo. Las luces de los equipos y de un autódromo superpoblado por el Dakar apenas iluminaban el predio donde descansaban los siete helicópteros que utiliza la organización para el control y fiscalización de la competencia. Allí, los mecánicos y los pilotos de las aeronaves comenzaban con la rutina para la nueva jornada. A las 6.35, el "Delta" se puso en marcha. Allí, además del piloto, se sube David Castera, el director deportivo de la competencia, que monitorea desde el aire cada detalle de las etapas que componen la carrera. En ese vuelo también estuvo La Nacion, para vivir desde adentro la experiencia.
Castera no sólo observa la prueba desde una vista privilegiada. Está comunicado con la organización, ordena, consulta. Además de contar con su espacio con el Iritrack, el sistema de información satelital que también controla la carrera. Además, en mano lleva el libro de la hoja de ruta. No hay detalle que se pierda en las manos del ex piloto francés y ahora responsable de los caminos que se tarzan para disputar el Dakar.
El chileno Alejandro Sanmartín, que maneja helicópteros desde hace 5 años en el Dakar y con 22 de servicio, sale de avanzada entre los 7 helicópteros, todos provenientes de Chile. Entre ellos van camarógrafos, fotógrafos y servicio médico. "Este helicóptero tiene el récord mundial de aterrizaje en altura, ya que estuvo en el Everest. Es muy versátil", comentó el piloto trasandino. La aeronave tiene una autonomía de 3h30 para unir 1100 kilómetros.
Ya con el sol dominante, el helicóptero llegó a Santo Domingo, un pequeño paraje de Santiago del Estero, donde comenzaba la penúltima etapa del Dakar 2015. Allí se agrupaban los pilotos para comenzar la prueba especial. Con la salida de los primeros conductores, el helicóptero de Castera tomó vuelo. La experiencia fue fascinante. Desde arriba se puede contemplar la carrera con gran detalle. La marcha de los punteros y hasta se puede jugar con las diferencias en los cronómetros, como añorando aquel viejo "top" del avión de las carreras ruteras del Turismo Carretera.
Tras asegurarse que todo marcha con normalidad por los bellos caminos cordobeses, en un paisaje fantástico, Castera ordena adelantarse a la carrera, para luego descender en un campo y esperar allí, a la vera de un caminito de tierra, el paso del Dakar, donde absolutamente nadie llega, salvo la organización.
La espera también es propicia para hablar con Castera sobre la organización del Dakar, el futuro de la carrera y su futuro también, ya que las versiones indican que se alejará del cargo en ASO para convertirse en referente del equipo Peugeot?
"La idea es seguir la carrera desde la largada y entre cada Control de Paso. A veces no hay nada raro, pero a veces hay accidentes o cosas raras que hay que actuar rápidamente. El objetivo es ayudar a la organización para que la carrera fluya. Yo me encargo de dibujar la hoja de ruta. Pero una cosa es armar el Dakar desde la teoría, con un papel o en la computadora, y otra muy distinta es ejecutarla. Después me gusta saber por qué los caminos se destruyen o no o loscambios que se producen. O las variantes que aparecen en cada jornada.
-¿Qué fue lo más complicado de este Dakar?
-Lo más complicado fue el clima. Nos cambia mucho la carrera. Al comienzo hizo mucho calor, apareció el frío, luego la lluvia. Eso nos complica muchísimo y es lo que me da miedo.
-¿Es tu última participación como director deportivo de un Dakar?
-¡Joker! Eso decimos en Francia cuando puede haber sorpresas.
-Todavía Chile no confirmó su participación en el Dakar. ¿Cuánto complica esto en el desarrollo de la hoja de ruta para la próxima competencia?
-Depende siempre de los países que entran o no. Hay que trabajar, hay tiempo aún. Pero preferimos terminar esta carrera y luego ya meternos de lleno en la siguiente. Hay tiempo para manejarse aún.
Pasan motos, cuatriciclos otra vez arriba del helicóptero. Desde allí se retrocede en el camino para tomar contacto con los autos y los camiones, con los que se repite la experiencia. Desde arriba se ven muy veloces Orly Terranova y Emiliano Spataro, luego confirmados como grandes protagonistas de la jornada.
Parece un juego de palabras, pero es cierto que la hora se pasa volando en el helicóptero. Y la aeronave aterrizaba en Sarmiento, en Córdoba, donde finalizó la prueba especial. Castera bajó y se metió en el control de llegada. Allí chequeó los tiempos y cada uno de los detalles de los participantes. Cuando corroboró que todo estaba bajo control, corrió al helicóptero y comenzó el largo viaje rumbo a Rosario, con destino final el hipódromo, donde se emplazó el campamento.
El Dakar llega a su fin. La etapa culminó. Castera se siente más aliviado, descansa en las alturas, ya sin la presión de tener la competencia en acción. El paisaje se transforma en la llanura misma. Asombra tanto verde que parece infinito. A una hora y media el helicóptero aterriza en el hipódromo, bien cerquita de la cancha de Newell's. El monitoreo de Castera llegó a su fin, aunque ya comienza a trabajar para el día siguiente: a las 20 se efectuó la última reunión de pilotos, donde se ajustan los roadbooks y se analizan los cambios de último momento. Una tarea que no termina en la vorágine del Dakar y Castera, en los vuelos o en la tierra, siempre está encima del corazón deportivo del Dakar...
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