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Coyote Villagra, al borde del precipicio, pero siempre con una sonrisa
El múltiple campeón cordobés de rally se puso al frente de la clasificación de camiones corriendo a casi 5000 metros al llegar a Bolivia; la prueba regresa mañana a la Argentina
UYUNI.- Bajo la lluvia, el camión Iveco de Federico Villagra descendía a toda velocidad en un camino angosto de montaña. Le pisaba los talones al poderoso vehículo del equipo ruso Kamaz, mientras volanteaban a toda prisa. Al borde del precipicio en cada curva, el navegante Jorge Perez Companc le dijo al campeón cordobés: "Adonde vos vayas, yo voy con vos". Y rieron por un instante, junto al otro navegante, Andrés Memi, los tres, en la cabina. Villagra arribó tercero en la quinta etapa del Dakar y encabeza la clasificación general entre los camiones. Completó el tramo en Bolivia a 4m32s del ruso Yakovlev Nikolaev, vencedor de la etapa. Ahora, mira a todos desde arriba.
Quienes lo conocen dicen que es un piloto que transmite seguridad. Es la primera vez que corre un Dakar a bordo de un camión (ya corrió dos veces en auto) y le hace frente a los mejores del mundo en la categoría. Villagra es un corredor con más de 200 rallies y multicampeón argentino. "Manejar este tipo de camiones es como manejar una camioneta gigante, frenan igual y derrapan igual", dice el cordobés a LA NACION.
Villagra y sus dos navegantes integran un equipo especial. "La gente en el campamento no entiende nada porqué siempre estamos riéndonos y haciéndonos bromas antes de la largada, en momentos en los que están todos tensos", cuenta Perez Companc. "Creen que somos tres locos", resume.
Pese a liderar la clasificación general, posición que ninguno en el equipo imaginó en la previa, el cordobés mantiene la calma. "Nos llevamos una sorpresa ayer cuando la gente nos aplaudía al llegar al vivac, pensábamos que habíamos hecho una mala etapa", contó. El objetivo inicial del equipo era terminar entre los diez primeros en la competencia. Desde el primer lugar, Villagra dice: "Hoy no estoy para decir que puedo ganar un Dakar, nunca gané uno, no sé lo que se sentiría".
-¿Estás sorprendido por estar primero?
-Sabíamos que teníamos velocidad. Ya en el rally de Marruecos, en mi primera experiencia en camiones, nos llevamos una sorpresa, aunque no habíamos corrido contra los Kamaz rusos.
-¿Los complicó la altura?
-Sí. Sufrimos en la altura, tuvimos algunos mareos, y se nos complicó con los frenos en la bajada. Es una carrera que recién empieza, hay que volver todos los días al vivac con el camión sano.
-¿Disfrutás la experiencia de correr con este tipo de máquinas?
-Sí, cuando se dio la posibilidad de anotarme en esta categoría no lo dudé un segundo. Sobre todo por la calidad de estos camiones. Lo malo que tiene es que terminás con muchos dolores, sobre todo en la espalda y el cuello.
-Nunca un argentino ganó un Dakar en camiones…
-¡Yo nunca gané un Dakar en nada! Pasaron varios días y estamos adelante, sabemos que si seguimos haciendo las cosas bien… Pero falta mucho y hoy tengo que estar tranquilo.
El arribo de los pilotos mostró el costado más crudo de la competencia. Los corredores más afectados al llegar al vivac fueron los de motocicletas y cuatriciclos, muchos con problemas de mareos y fuertes dolores de cabeza.La sensación que compartían todos es que por fin, a causa de la exigencia y dificultad, el perfil aventurero fue más fuerte que la competencia deportiva. El tramo tuvo aristas propias del Dakar original. Por momentos, los pilotos debieron soportar los efectos de los casi 5000 metros de altura y mucho frío, con caminos de cornisa como una amenaza real. En el tramo final, un paisaje más desértico coronó la entrada a Uyuni, la árida ciudad boliviana, de 28.000 habitantes, que recibió a más de 50.000 turistas en dos días y colapsó bajo los efectos del rally. y fuertes
Anochece en el campamento del regimiento militar de Uyuni. Un temporal de viento, tierra y lluvia altera el trabajo de cientos de mecánicos y asistentes. Vuelan las carpas y todos se protegen en camiones y motor-homes de asistencia. A Villagra no le importa mucho y se saca una foto con sus amigos. Es un líder despreocupado y feliz.
jt
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