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Una leyenda. Una leyenda que se eterniza: hay que ganar un Dakar (¡un Dakar!) a los 61 años. Y justo uno que fue considerado aun más bravo que los más recientes, con una etapa de 48 horas en condiciones rudimentarias. Pero para Carlos Sainz, un apasionado del automovilismo, no parece haber límites. Límites de exigencia, límites de edad. Este viernes el madrileño ganó por cuarta vez (2010 con Volkswagen, 2018 con Peugeot y 2020 con Mini) el rally-raid más famoso del mundo, tras sortear el duro desierto Empty Quarter, de Arabia Saudita, y otorgó a Audi su primera conquista.
Además, lo hizo con 80 minutos de ventaja, sobre el belga Guillaume De Mevius (Toyota), y 89 contra el francés Sébastien Loeb (Prodrive). “Estoy muy contento. Es una victoria muy especial, con un coche muy especial y un equipo increíble. Audi ha hecho un coche totalmente diferente. Fue difícil, pero hemos logrado la victoria”, dijo Sainz, que tiene un secreto para mantener su vigencia. En realidad, son varios, pero algunos pueden ser dados a conocer.
Además de la preparación física exhaustiva, que incluye cuatro horas de bicicleta en algunos días, una hora y media de pesas y bicicleta estática en el sauna de su casa para pedalear desde las 7, Sainz apela a un potenciador casi invisible: la nutrición. Ella le dio un giro a su trayectoria y lo hace tener como una edad biológica de 45 años, que valora su fisioterapeuta de siempre, Álex Rodríguez. Así lo cuenta en el diario Marca, de España.
Su amigo Rafal Nadal le habló del asunto y Carlos incorporó otra ciencia a su vida, una que le dio un impulso decisivo para lograr su tercer Dakar, el de hace cuatro años, y ahora el cuarto, a sus 61: la alimentación. Sainz lleva un lustro en manos de Gemma Bes, nutricionista de 25 años de experiencia en varios países y directora del Máster Online en Nutrición Deportiva y Entrenamiento de UAX Rafa Nadal School of Sport. Ella conoce al detalle a Carlos y le planifica la dieta para el año, y específicamente para el Dakar.
¡Qué orgullo volverte a ver en lo más alto @CSainz_oficial!
— Carlos Sainz (@Carlossainz55) January 19, 2024
Ganar un @dakar no es fácil, pero ganar 4 es de absoluta leyenda! Los que estamos a tu alrededor sabemos lo sacrificado que es repetir reto cada enero y más siendo veterano 😜. Jugarse el trabajo de todo un año en menos… pic.twitter.com/hiymanZkxl
“Es muy inteligente. Imagino que también como emprendedor y demás, pero noto que como deportista conoce su cuerpo perfectamente, y quiere estirarlo porque tiene las herramientas como para ello. Es asombroso, yo cada vez le veo mejor. Así, podría correr hasta los 70″, contó la especialista a Marca. “Cuando nos vimos, cambiamos un poco los hábitos por la edad, para cuidarse de otra forma y con alimentos de verdad, no tanto deshidratado. Cocina sencilla, algún descanso en la digestión [ayunos] y evitar inflamaciones, que no trabaje todo el rato el intestino, que es nuestro segundo cerebro”, afirmó Bes.
“No es magia lo que le propongo, pero sí algún elemento que él no conocía, como el tahini [pasta hecha a partir de semillas de sésamo molidas, ingrediente en varios platos de Oriente Medio]. Desayunar tostadas con mantequilla de sésamo tostado obra maravillas porque es calórico y duradero, y una compota de arándanos, por ejemplo, grasa buena, que es muy vital”, detalló la nutricionista.
Seguimos soñando!
— Carlos Sainz (@CSainz_oficial) January 19, 2024
X4 @dakar 🏆💪🏻
We keep dreaming!
X4 @dakar 🏆💪🏻@LucasCruz74 @redbullmotors pic.twitter.com/RuJaYV1qzn
El consumo calórico diario de Carlos, que no suele exceder de 2000 calorías, “puede duplicarse o incluso triplicarse durante una etapa”, es decir, consumir entre 4000 y 6000 calorías. Muchísimo en comparación con una persona común. “Y también pueden aumentar por el estrés. Hoy sabemos que hay picos de glucemia, así que para eso es el gran desayuno en carrera. Por supuesto, añadidos líquidos y electrolitos”. Siguen los secretos: “Él sabe la máxima: no probar nunca nada nuevo. Todo sencillo, cocinado, agua embotellada. Todo conocido, no riesgos. Llegado el momento de la verdad, se cuida, pero en rigor casi todo el año sigue los tiempos pactados, y sabe dónde estirar: frutos secos, aceite de oliva, pescado azul, palta, semillas, estas grasas que son la joya de la corona”, detalló la profesional.
¿Y qué dice el propio bicampeón mundial de rally (1990 y 1992, con Toyota) sobre sí? “Después de sucedido el año pasado, sabía que este año tenía que prepararme a tope. Me he preparado con mucha ilusión y muchas ganas, respetando la carrera, y me he preparado más que nunca. No soy Superman ni hay nada especial; hay mucha ilusión, mucho respeto y mucha humildad. Cada año tienes que trabajar más porque tienes más edad”, manifestó.
A pesar de la exigencia, mayor que nunca en el desierto de Medio Oriente, la pasó bien el Matador de Madrid. “El objetivo era divertirnos y creo que eso ha sido la clave. Al final, se trataba de no sobretraccionar, y el día que era malo, pues que fuese lo menos malo posible. La cantidad de piedras, el eslalon que hemos ido haciendo... La carcasa no era lo suficientemente robusta. No sé si hemos tenido 15 o 20 pinchazos... Ha habido dos días en que se nos han acabado las ruedas. Por los pinchazos y la dureza de las piedras, nunca habíamos hecho un Dakar así”, expresó tras levantar en el podio de Yanbu su cuarto Touareg.
Con mérito doble: “Ha sido, desde que estamos en Arabia, el Dakar más duro. Cada día era un drama, en cuanto a historias, en cuanto a los grupos de favoritos. Ha habido que mezclar mucha velocidad y algo de estrategia”, comentó Carlos, que apuntó que en la carrera “se conduce 100% a la improvisación” y que “salvo notas muy específicas, el 99,9% del Dakar es conducción a vista, y a veces la vista juega malas pasadas”.
En una conferencia de prensa, el español añadió: “Me he sentido muy apoyado y muy arropado. La gente nos ha cargado de energía positiva. Este coche se mueve por energía y, desde luego, eso nos la dio”. Sainz protagonizó una curiosidad en el Dakar de 2024: resultó campeón sin haber ganado etapas. “Es anecdótico, por suerte. Mira: el primer día veníamos para ganar la etapa y tuvimos tres pinchazos. Ese día pensamos que habíamos perdido 15 o 20 minutos”, remarcó en compañía de su habitual copiloto, Lucas Cruz. “Cuando hemos corrido, hemos corrido de verdad y mucho. Hemos estado abriendo carrera también, aun saliendo segundos. Tampoco es tan importante ganar etapas, para así no tener que ir abriendo carrera”, razonó un Sainz siempre precavido. Y advirtió: “Hasta que cruzas la meta, no puedes cantar victoria”.