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Historias atléticas: la alumna que dejó de estudiar, el surfer que cambió de hábito y el tributo a una compañera de ruta que ya no está
La Carrera del Bosque Cariló, un clásico del calendario, arrojó emociones y vivencias imperdibles
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El partido de Pinamar termina en Cariló, y este pueblo tranquilo limita con un bosque frondoso. A su vez, esta muralla viva cobijó una carrera muy especial: la Carrera del Bosque Cariló ASICS. Bajo las copas de sus árboles se escondieron historias que en este momento están a punto de ver la luz...
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Una alumna a la que tres horas antes la habían forzado a abandonar sus estudios. Un profesor de surf que, sin ser el mejor corriendo olas, sólo pedía estar sano para darle el ejemplo a sus alumnos. Y un periodista que con cuarenta años encontró la carrera de su vida, para dedicársele a la compañera que ya no está. Los tres tienen algo en común: ganaron la competencia. Pero comparten algo más: junto con las más de mil personas que participaron, encontraron lo que este evento sembró en el bosque, y está a punto de ver la luz.
“Los surfistas se cagan de risa, porque como corredor soy mucho mejor que como surfer”, se ríe Emiliano Sanz, profesor de la escuela de surf El Muelle. Se define “casi nacido en Pinamar”, ya que llegó con un año de edad y vivía a una cuadra del mar. Así, el vínculo con su entorno comenzó en los primeros pasos. “Por eso elijo esta carrera”, referencia Emiliano a la Carrera del Bosque Cariló ASICS, “mezcla bosque, médanos y mar, la esencia de nuestra naturaleza en Pinamar. Es un evento muy de nuestro lugar”.
Así fue que el profe de surf se inscribió en los 15 km, donde el circuito atravesaba 6 km de bosque, luego se sumergía en los médanos y terminaba con 2 km bordeando el mar. Emiliano corre hace muchos años, ha ganado 5 o 6 carreras, pero desde hace 4 años pasó por todo: tendinitis en el tendón de Aquiles, también en la Pata de ganso y desgarro en los dos gemelos. “Ya cumplí 40 y la edad ahora no te perdona”, reconoce Sanz. Pero el año pasado había salido segundo en la misma distancia y admite que “la semana previa los corredores amigos ya me preguntaban si este año la ganaba. Hay una pequeña presión, tanto interna como externa, al menos de estar en el podio”.
En la anterior edición de la Carrera del Bosque Cariló ASICS, Emiliano logró ir en punta de la competencia hasta la mitad de la prueba, donde se adentraron en los médanos, pero allí no pudo hacer nada cuando lo dejaron en la segunda ubicación. “La verdad que entré a los médanos con ese miedo del año pasado”.
Pero luego de tantas lesiones, de muchas horas de gimnasio para recuperarse y prepararse mejor, esta vez dominó en las montañas de arena. “Entreno a chicos de 12 a 18 años que compiten en surf”, cuenta Emiliano, “y trato de ser, entre comillas, un ejemplo, de que prepararse y entrenar a la larga tiene premio”. Hacía cuatro años que Emiliano no ganaba, y no lo duda: “Es de las carreras que me van a quedar en el recuerdo”.
Otro que comparte con Emiliano esa sensación de conexión con Pinamar es Juan Ibarguren, el secretario de Turismo y Desarrollo Económico. “Esta carrera, además de valorizar nuestra naturaleza, reúne a la familia, amigos y funciona como espacio de encuentro entre quienes vivimos todo el año en el partido de Pinamar y quienes nos visitan”. Pero Juan no fue hasta la largada sólo a decir lindas frases políticas.
Se preparó, corrió y se ganó un lugar en el podio. Tercero en los 8 km en su categoría de edad, Juan revalidó el logro del año pasado. Despejando así toda duda de acomodo político y demostrando que a la carrera no sólo le brinda al apoyo institucional de su Secretaría, sino también el esfuerzo de sus piernas. Pero así como Juan se preparó, Leticia ni sabía que iba a correr cuatro horas antes de la largada.
“La verdad es que, Karen [Cejas], una amiga, me avisó a las 11 de la mañana que se había despertado descompuesta, no podía correrla y me daba su inscripción”, relata Leticia Ríos. Se encontraba en su casa de Villa Gesell estudiando para un parcial de prácticas atléticas que debía rendir el lunes. Ríos se encuentra en segundo año del profesora de educación física. Pero también le gusta correr y aceptó la invitación.
“Nunca había competido en 21 km”, confiesa Leticia “y en realidad soy corredora de calle, es muy distinto ir por los médanos”. Pero la atleta entrenada por Ezequiel Monín no se amedrentó y salió rumbo a Cariló. “Me iba cambiando en el auto porque llegábamos justos”, relata, pero 15 minutos antes del horario de largada se bajaba del vehículo ista, si bien no física, pero sí psicológicamente, para correr.
Veintiún kilómetros más tarde, Leticia fue la primera en cruzar la línea de llegada. “Jamás pensé en ganarla”, reconoce, pero lo que menos se imaginó es a quién se iba a encontrar en la llegada, a Romina Gemignani: su profesora de prácticas atléticas.
“Fue una sorpresa tremenda”, reconoce la propia profesora. “De la alegría ni me acordé que tenía examen el lunes”, agrega y se ríe. Ahora la educadora del Instituto Superior de Formación Docente 169 de Gral. Madariaga explica que hacía ella en esa carrera: “Siempre le doy un a mano al “Indio” [en breve descubriremos quién es ese personaje] con nuestra escuelita y él siempre nos apoya en lo que necesitemos”.
De todas formas, Gemignani afirma que Ríos es una alumna muy aplicada, que se sacó un 8 en el primer parcial y que en este parece que podría tener un 9 (pero que aún no le digan nada). Lo aplicado de Leticia Ríos va más allá de su estudio. Así es su vida: “Salgo a las 7.15 de casa, entro al trabajo en el hotel a las 8 hasta las 15. A las 15.05 tengo que estar entrenando para terminar 16.20 y entrar a ducharme. Después salgo para el profesorado que entro a las 17, aunque suelo llegar 17.15. Curso hasta las 22 y llego a casa 22.45″. Sí, eso de lunes a viernes. Pareciera ahora que ganar los 21 km es un esfuerzo menor ante esa rutina. Queda por descubrir quién es el “Indio” en esta historia.
Postales de la carrera
Adrián Cabello es el organizador de la Carrera del Bosque Cariló ASICS, y todos los conocen como el “Indio”. Su historia hace 40 años en unas islas lejanas del atlántico sur tuvo un detonante en la carrera del año pasado, pero eso ya se contó. Ahora él mismo explica por qué organiza esta carrera: “La hago para ver la cara de la gente disfrutando, es lo que más contento me pone a mí, a mi esposa, a mis hijos y a mi socio Sergio. También tiene que cerrar los números, pero el motivo principal es ese”.
No estuvo solo en la organización: también lo acompañó ASICS y la responsable de Sports Marketing de la empresa, “Maru” Miñonez, se puso la camiseta y corrió los 8 km por lo que opina desde adentro: “Estuvo muy bien señalizada, con mucho bosque, estupenda hidratación, mucha asistencia del staff, queremos volver en el 2023 con la marca”. Y hablando de contar desde adentro, a esta historia no le falta nada. Incluso un periodista fue a ver qué pasaba y se encontró con la carrera de su vida.
José María Costa es periodista de LA NACION, pero no tiene nada que ver con estas líneas, al menos como redactor. En cambio sí es protagonista. La historia real comenzó dos semanas antes de largar. Su compañera de carreras de trail, con quien había compartido 100 km en competencia, rescatando a otra pareja de corredores, atravesado más de un día y medio en la montaña, había fallecido. Se llamaba Lenka Mrázek.
Para desconectar un poco, José María se fue una semana a Cariló antes de la carrera. “Me perdía corriendo en el bosque y después salía a alguna calle o a la ruta 11″. Venía en buena forma, había logrado en la Maratón de Buenos Aires el mejor tiempo de tu vida luego de entrenar 8 años y ya haber cumplido los 40: 2h51m. “En Cariló me anoté en los 21k, con la idea de entrar entre los 10 primeros”.
Nunca había ganado una carrera, pero nunca había corrido con esa compañía. “Pensé todo el recorrido en Lenka”, confiesa y más aún cuando a los pocos kilómetros se encontró en punta, y se repetía: “Rusita acompañame, Rusita acompañame, porque te quiero dedicar la carrera a vos”.
La punta fue muy peleada, nunca pudo desmarcarse con claridad. “La última vez que miré para atrás fue en el km 7, para no sugestionarme más”, afirma Costa. “Recién cuando faltaban 500 metros para la llegada me convencí de que la podía ganar”, cuenta el tucumano, que al arribar a la meta miraría hacia arriba y por fin podría decir lo que pensó toda la carrera: “Es para vos Lenka”. Y no duda cuando afirma: “Estoy seguro de que ella me empujó”.
Incluso desde LA NACION la alegría fue compartida, no sólo porque Costa triunfó en los 21k, sino porque quien escribe se impuso en los 8k, y casi nos obliga a regresar del año que viene con alguien que gane también en los 15k, las tres distancias de la carrera, para validar que al periodismo le ponemos el cuerpo. Así la Carrera del Bosque Cariló ASICS llegaba a su fin. Con estudiantes, surfers, ex combatientes, secretarios, gerentes y periodistas contentos, todos mezclados entre más de mil corredores que encontraron su historia en el bosque.
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