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Atletas se unen contra el calentamiento global en el marco de la COP26: “Nuestros deportes ya están bajo amenaza”
Con el apoyo de ONGs y el COI los deportistas enviaron un mensaje unificado
- 6 minutos de lectura'
LA NACIONMariano Chaluleu
“Después de diez pelotas, parecíamos The Walking Dead”. La reflexión es de Diego Schwartzman en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, minutos después de haber sido eliminado en octavos de final por Karén Khachánov. El calor, de casi 40 grados centígrados de térmica y amplificado por un 65% de humedad, hacía arder el cemento del Ariake Tennis Park y generaba una diáfana onda expansiva que viajaba hacia el cielo y debilitaba a los protagonistas del show.
El tenista porteño no fue el único en expresar esa sensación de malestar. Paula Badosa, décima mejor jugadora del mundo según la WTA, había derrotado en la misma semana a la argentina Nadia Podoroska. Pero en el siguiente encuentro, ante Markéta Vondroušová, sintió los efectos adversos y decidió abandonar. La escena se repetiría.
Daniil Medvédev, una de las revelaciones del último tiempo, venció al italiano Fabio Fognini en octavos de final del mismo torneo tras una dura batalla contra... el calor. En un pasaje del encuentro, el juez de silla le había preguntado cómo se encontraba, a lo que él respondió: “Puedo terminar el partido, pero puedo morir. Si muero, ¿serás el responsable?”.
Le sucedió algo similar al español Pablo Carreño Busta, número 20 del ranking de la ATP. Después de derrotar al alemán Dominik Koepfer y clasificarse a los cuartos de final, dijo: “Me cuesta hasta pensar”.
Quizás fue la sumatoria de estas escenas lo que forzó una reacción conjunta. Varios tenistas solicitaron, en el transcurso de la competición, que se atrasara el horario de los encuentros hacia un momento del día en el que los rayos del sol estuvieran más tenues. Y lo lograron.
Los encuentros pautados para el 29 de julio (y para fechas posteriores) se reprogramaron para las tres de la tarde en adelante por el “interés de la salud y el bienestar de los jugadores”, según la ITF [Federación Internacional de Tenis] en su comunicado oficial. La organización, que gestiona ese deporte tanto en la Copa Davis como en los Juegos Olímpicos, confirmó un cambio de horario debido al “aumento del calor y la humedad” que se experimentaban entonces en la capital japonesa.
Se trató de la primera victoria de un grupo de deportistas en el rubro de la lucha contra esta nueva incomodidad. También, de un punto de partida para un cadena de concientización que comenzó con publicaciones en redes sociales, aumentando luego a un video “contra el cambio climático” organizado por el COI y un manifiesto iniciado por una ONG que fue presentado en la COP 26 de Glasgow. Este último ítem abarca un mensaje amplio y más profundo; aunque no desatiende cuestiones de la inmediatez, como, por ejemplo, el Abierto de Australia, su intrínseco calor y los horarios en los que los matches vayan a arrancar.
“Queridos líderes del mundo”, la demanda de los deportistas
"Todos los Juegos dejan un legado. Pero..., ¿cómo pasamos ese legado si no tenemos un planeta seguro y saludable en el que se pueda vivir esa experiencia?"
Atletas unidos
Exactamente 299 deportistas firmaron un manifiesto que circuló en la cumbre “Conference of Parties” [COP26] contra el calentamiento global. A esta altura, no solo son tenistas los que muestran preocupación por el calor, la humedad y la postura inflexible que tienen asociaciones para modificar los horarios de juego.
La lista, creada y promovida por EcoAthletes, una organización no gubernamental que invita a personalidades del deporte a unirse a esta causa, trae consigo una carta que comienza así: “Las cosas van a empeorar antes de que comiencen a mejorar. El calor, la humedad y las extremas condiciones significan que nuestros deportes ya están bajo amenaza”.
EcoAthletes, que se define como un “equipo experimentado de atletas y académicos, científicos climáticos y ecoempresarios, líderes empresariales ecológicos y periodistas”, busca su miembro y suscripción número 300.
“No tenemos a Lionel Messi ni a Serena Williams, pero cada vez se une más gente y creo que así podremos argumentar desde una posición de fortaleza”, dice para LA NACION Lewis Blaustein, su fundador, y además columnista en el medio especializado Greenbiz. Motivado por su compromiso con la naturaleza, decidió convertirse en periodista ambiental. “Nadie estaba contando esa historia”, resume en su perfil de Muck Rack. Hoy, su misión es iluminar un reclamo: el de competir deportivamente en un mundo más verde.
Blaustein explica que este involucramiento no fue tan repentino. “De hecho, en el área de los deportes, se viene gestando desde hace 18 años”. Lo cierto es que el reclamo ambiental ganó mucha atención por la proximidad entre la Cumbre Mundial realizada en Escocia y los Juegos Olímpicos, que fue cuando muchos tenistas sintieron que, finalmente, el vaso había rebalsado de agua.
La carta continúa: “Como una comunidad global de atletas, olimpistas y estudiantes, hemos sido testigos de los efectos adversos de la crisis climática en nuestros deportes, en la industria del deporte y en la manera en la que el deporte se inserta con la sociedad”. Y llama a las nuevas generaciones a “unirse para que se cumplan los previos tratados del Acuerdo de París más los cuatro pasos del COP 26″.
Luego del último párrafo, aparece la lista de suscriptos, de la que destacan nombres como el de la ciclista Mara Abbott, ganadora de dos Giros de Italia femeninos; el ex rugbier francés Julien Bonnaire y Chris Dickerson, beisbolista de larga trayectoria en la Major League Baseball (MLB).
El mensaje fluye junto al video “Queridos líderes mundiales”, publicado la semana pasada por el departamento de prensa del Comité Olímpico Internacional. En él, caras conocidas como las de Pau Gasol y Andy Murray piden por un “planeta Tierra más seguro”.
“Buscamos la excelencia para ir más rápido”, continúa, en las voces de la atleta Hannah Cockroft, la nadadora Tilali Scanlan y Tanja Frank, una velista austríaca. “Para ser más fuertes... todos los juegos dejan un legado. Pero..., ¿cómo pasamos ese legado si no tenemos un planeta seguro y saludable en el que se pueda vivir esa experiencia?”.
“Esta es la carrera que tenemos que ganar”, continúa, como una analogía deportiva, y apunta a los líderes de cada país: “Ahora es su oportunidad de mostrarse [...] Necesitamos que tengan coraje y ambición para liderarnos en esta carrera. Estaremos mirándolos y apoyándolos para crear el legado más importante: un planeta Tierra seguro”.
Ahora, la pelota está en manos de los gobernantes. Y sobre ellos, una responsabilidad a esta altura inexorable.
Por Mariano Chaluleu
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