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Aquel renacer de René Houseman en 2001, con LA NACION: "Hoy sí le encuentro sentido a la vida"
Una de las entrevistas más íntimas que LA NACION le hizo a René Houseman, el ídolo fallecido hoy a los 64 años, se publicó el 7 de febrero de 2001. Por aquel entonces a sus 47, el ex delantero de Huracán contaba que habían quedado atrás los días de sufrimiento por el alcohol. "Quiero seguir siendo libre como los pájaros, como cuando jugaba", anticipaba el Loco.
Echeverría al 1500. Empedrada por donde se la transite. Es un rincón bullicioso del Bajo Belgrano. Detrás de la puerta de un amplio y reluciente frente de mármol de Carrara, se distingue la figura de un hombre de físico menudo y de piernas chuecas, que mientras se acomoda el pantaloncito de fútbol que lleva puesto, enciende un cigarrillo rubio y saluda amigablemente...
"¡Qué calor, viejo! ¿Qué les parece si vamos a charlar al café de acá a la vuelta?" La sugerencia es de René Orlando Houseman, de 47 años, que fue, quizás, el último gran puntero derecho del fútbol argentino. El Loco, seudónimo con que se lo caracterizó afectuosamente, fue un malabarista dentro de la cancha. Atrevido y mágico a la hora de gambetear. Capaz de dibujar mil sonrisas en cada caño ridiculizador que inventaba. Y pese a su talento y carisma, fue uno de los pocos futbolistas admirado y poco bien visto al mismo tiempo, que a los 32 años, con su talento a cuestas y una vida desordenada, le dijo adiós al fútbol como jugador de Excursionistas.
"Actualmente estoy jugando un torneo de fútbol cinco con amigos, que son todos hinchas de Huracán... Aprovecho para mover un poco los músculos y no dormir todo el día, como buen santiagueño que soy", arranca, mientras pide una gaseosa y un cenicero.
-¿Le pegan mucho en esos partidos?
-No, no porque son todos amigos. Aparte, si me pegan, les devuelvo las patadas. ¿Cómo me siento físicamente? Bien, porque me doy cuenta que por más años que pasen, las mañas no las perdí.
-¿Y de salud cómo está?
-Gracias a Dios, muy bien. Pasé por un momento de temor, ya que creía que tenía cáncer, después de mi internación en el Hospital Durand, pero finalmente no fue nada de eso y acá estoy, tirando...
Houseman le da largas pitadas al cigarrillo y juega con el cenicero. Su rostro, combina una cierta tristeza con la sonrisa pícara que sucede a la broma. Se acomoda en la silla y sigue con la charla. "Miro bastante fútbol, especialmente de la Argentina y de vez en cuando, los clásicos de Europa. A pesar de que el nivel está en alza, cada vez hay menos jugadores con buena técnica, porque se les da más oportunidades a los atletas y eso no puede ser así. Les falta mucho potrero", señala Houseman.
-¿Extraña el fútbol profesional?
-¡No, para nada! Ni me pongo a pensar las cosas que hice, porque si así lo hiciera, me tendría que pegar un tiro por todas las oportunidades que desaproveché. Y eso me afecta mucho.
-¿Piensa que si no hubiera tenido problemas con el alcohol podría haber jugado más tiempo?
-Sí. Fue mi mayor pecado, junto con no reaccionar a tiempo. Pero no me arrepiento de nada. Ya fue. Hace 10 años que no tomo. Creo que estoy recuperado, ¿no?
-¿Le quedaron secuelas?
-No. Ni me llama la atención tomar alcohol. Hoy sí le encuentro sentido a la vida, cosa que hace unos años no. Estoy bien y a lo único que le puedo temer es a que Huracán no salga campeón. A la muerte no le tengo miedo porque no la conozco. -¿Malgastó mucho dinero?
-Todo. Pero no me arrepiento porque lo disfruté. Los únicos vicios que tengo son estos (señala los cigarrillos y una máquina de video juegos).
-¿Podría estar mejor económicamente?
-Puede ser que sí. Casi seguro, pero bue...
-Y en la actualidad, ¿cómo está?
-Subsisto y con eso basta. No estoy tirado como cree la mayoría de la gente (se enoja). A las personas, primero hay que conocerlas para juzgarlas.
El wing derecho del Huracán campeón del Metropolitano de 1973 hace una pausa. De pronto, se refleja la imagen de Martín Palermo en el televisor del bar y advierte: "Ojalá que tenga suerte. Tendría que haber ido a un club más grande que ése (por el Villarreal). Y encima, los gallegos se equivocaron de mellizo, porque se llevaron a Gustavo, en lugar de Guillermo, que era el que mejor se entendía con Palermo".
-¿Cree que la gente se olvidó de usted?
-No, porque a todas las canchas que voy, me recuerdan con cariño y eso me alegra y me llena de orgullo.
-¿Le preocupa que eso pueda suceder?
-No, tendré que asumirlo. Yo terminé como jugador. Mi etapa de ídolo ya pasó. Pero igualmente, en la Argentina son muy desagradecidos con los futbolistas, porque no se les da el lugar que correspondería. ¿Cómo ayudarlos? Deberían crear hogares para los ex jugadores necesitados, darles la posibilidad de estudiar a los que no terminaron el colegio... En el momento que estás jugando sos Dios, pero cuando te retirás, pasás a convertirte en un cuatro de copas.
-¿Cómo cree que la gente lo recuerda?
-Con mucho cariño, como un tipo que fue buena gente y que los hizo divertir en la cancha. El amor que siempre me dio la gente aún hoy me emociona.
-¿Qué cosas le faltan?
-No me falta nada porque todo lo logré. Fui campeón del mundo, campeón con el Globo. Además, tengo a mi esposa, Olga, y a mis hijos (Diego René, de 26 años, y Jésica, de 21) que me ayudan. Quiero seguir siendo libre como los pájaros, como cuando jugaba. Soy feliz con la gente que me rodea. No quiero seguir sufriendo en la vida como ya me tocó.
-¿Cómo se imagina dentro de 20 o 30 años?
-¡¿Qué sé yo?! En el cementerio de la Chacarita.
-¿Quién fue el Loco Houseman?
-¡Qué difícil! Un ser humano común y corriente que pudo destacarse en lo que trabajó, sólo eso.
-¿Cómo definiría su momento actual?
Económicamente, no estoy bien, pero trato de salir a flote. Estoy atravesando un momento malo y pienso trabajar en lo que sea. Como se dice, estoy "en la lucha, que es cruel y es mucha..."
Perfil
Nombre: René Orlando Houseman
Fecha y lugar de nacimiento: 19 de julio de 1953, en La Banda, Santiago del Estero
Inicios: Comenzó en Excursionistas y Deportivo Italiano. Llegó a primera en Defensores de Belgrano, en (1968) (con 15 años), donde fue campeón del torneo de 1ª C, en 1972.
Trayectoria profesional : Huracán (1973-80 y 1982-83), River (1981), Colo Colo, de Chile (1982), Independiente (1984), Amazulu, de Sudáfrica (1985) y Excursionistas (1985).
Debut en primera: El 4 de marzo de 1973. Huracán le ganó 6 a 1 a Argentinos.
Primer gol : El 9 de marzo de 1973, Newell?s 0 v. Huracán 2, convirtió el segundo tanto.
Partidos oficiales en 1ª división: 269, con 122 goles (109 en partidos oficiales).
Partidos en el seleccionado: 55, con 13 goles convertidos. Jugó durante seis años.
Títulos con el seleccionado: Campeón de la Copa del Mundo de la Argentina, en 1978.
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