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El legado de Miguel "El Viejo" Najdorf: las 45 partidas a ciegas, la variante de la defensa Siciliana y el remate brillante del campeón al que citan en Gambito de Dama
Para algunos es un maestro, un emblema, un ajedrecista que trascendió al propio ajedrez. Otros lo reconocerán por su curiosa popularidad reciente: aparece citado en varias oportunidades en "Gambito de Dama", uno de los últimos éxitos de Netflix. Siempre fue "El Viejo". Así lo llamaron varias generaciones de ajedrecistas argentinos, como si hubiera nacido más allá del tiempo. Pero lo cierto es que nació en Varsovia, en 1910, y falleció en Málaga, en 1997. En el medio, durante casi sesenta años, fue el líder indiscutible del ajedrez argentino, y el protagonista del más profuso anecdotario del ajedrez mundial.
Su personalidad exuberante y expansiva le brindó amigos en todo el mundo y dejó recuerdos allí donde pasara. Su vida tuvo rasgos trágicos y extraordinarios. Ya era uno de los mejores jugadores del mundo cuando defendía el segundo tablero de Polonia en la Olimpiada de Buenos Aires de 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, con Alemania invadiendo a su país natal. Tomó la decisión más importante de su vida al quedarse a vivir en Argentina. Toda su familia murió en los campos de concentración nazis. Esta desgracia, que hubiera abatido moralmente a cualquiera, no debilitó su carácter. Nada podía con "El Viejo". Nada podía con Miguel Najdorf.
Parte de su anecdotario: partidas a ciegas, legado y un jaque respetado
Una de sus hazañas más extraordinarias fue cuando en 1947, en San Pablo, consiguió el récord mundial de partidas simultáneas jugadas a ciegas, es decir, sin ver el tablero. Fueron 45, de las cuales ganó 39, empató 4, y perdió sólo 2. Imagínese el lector, ponerse una venda en los ojos, y jugar 45 partidas al mismo tiempo, reteniendo en la mente las posiciones exactas de cada tablero, sus lances y evoluciones, y hacer esto durante las muchas horas que duró la exhibición. Najdorf contaba que luego de terminadas las partidas, su mente había quedado en tal grado de lucidez, que no encontraba la manera de dormirse. Hasta que se le ocurrió entrar a un cine, y allí mirando una película, finalmente pudo quedarse dormido…
Su legado en el ajedrez incluyó varias facetas. Como jugador fue uno de los mejores ajedrecistas del mundo durante décadas. Jugó con todos los campeones mundiales, desde Capablanca y Alekhine hasta Kasparov, venciendo a varios de ellos: Euwe, Botvinnik, Tal, Petrosian, Spassky y el mismo Fischer probaron el filo de su ajedrez. Jugó once olimpiadas representando a la Argentina (y tres a Polonia) y lideró al equipo nacional en los tres subcampeonatos olímpicos obtenidos en 1950, 1952, y 1954, en la época dorada del ajedrez nacional. Su longevidad deportiva fue asombrosa: ganó su octavo y último Campeonato Argentino a los 65 años, edad en que la mayoría de los jugadores están retirados. A los 70 años era capaz de vencer a jugadores Top 10 del mundo, como lo hiciera con el holandés Jan Timman, en Buenos Aires 1980. Como teórico, su principal aporte alcanza para asegurarle la posteridad, la variante Najdorf de la defensa Siciliana es una de las variantes de apertura más populares del ajedrez, y fue la favorita de Fischer y Kasparov. También organizó varios torneos magistrales de primera importancia internacional.
Pocos saben que el popular locutor y animador Antonio Carrizo fue un apasionado del ajedrez e incluso llegó a presidir la Federación Argentina de Ajedrez. Y en relación a ello vale el recuerdo de la entrevista que Carrizo le hizo a Jorge Luis Borges. Allí se habló de ajedrez, y Carrizo contó una anécdota que le impactó a Borges: en la Olimpiada de ajedrez de Lugano de 1968, Najdorf le ganó, mediante un remate brillante, al danés Bent Larsen.
Y Larsen, en lugar de abandonar la partida como suelen hacerlo los maestros cuando su causa está perdida, siguió jugando hasta recibir el jaque mate sobre el tablero. Dejando así testimonio de su reconocimiento a la maestría de Najdorf.
A continuación, los diagramas con el inicio del remate, y con la posición final. Posición extraída de la partida Larsen-Najdorf de la Olimpiada de Lugano (Suiza) 1968.
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