Wallander llega a la televisión
"Si Kurt Wallander viviera, no seríamos amigos", dice Henning Mankell. Su famoso personaje, un policía de Ystad, una pequeña localidad del sur de Suecia, es un hombre hosco, solitario y de malos modales, que se lleva mejor con el whisky que con las mujeres. Mantiene una relación difícil con su hija Linda, también policía, con quien comparte -a su pesar- algunas investigaciones. El escritor sueco reconoce que sólo tiene tres cosas en común con el detective que creó en 1989: la edad, la pasión por la ópera italiana y la dedicación obsesiva al trabajo.
Protagonista de diez novelas ( El hombre inquieto , la última, salió en 2009), Wallander pasó del papel a la pantalla en dos series que ya se vieron en Europa. En la versión inglesa, producida por la BBC, el policía fue interpretado por el británico Kenneth Branagh. En la producción sueca, que Film & Arts estrena esta noche en América latina, Wallander tiene el rostro del actor Krister Henriksson: sigue siendo tan serio, frío y parco como en los libros, pero a simple vista parece un poco más educado.
Para el primer capítulo, que en la Argentina se verá hoy a las 22, el autor adaptó su novela Antes de que hiele . Allí aparece por primera vez Linda, recién egresada del instituto de formación policial y asignada al departamento que dirige su padre. Juntos, y por momentos enfrentados, tratan de resolver un caso relacionado con el fanatismo religioso mientras investigan la misteriosa desaparición de una amiga de Linda.
Con una realización cuidada y prolija, sólidas actuaciones y una buena cantidad de escenas filmadas en escenarios naturales, en Wallander se ven cadáveres, asesinatos e imágenes sangrientas, pero no más cruentas que las que suelen verse en las películas de suspenso y las series policiales. Los siguientes tres capítulos que se emitirán en la región durante abril ("El tonto del pueblo", "Los hermanos" y "La sobredosis") fueron escritos especialmente por Mankell para la televisión. En el episodio tres, programado para el sábado 17, aparece Stefan Lindman, colega de Wallander, personaje secundario en varias de las novelas que luego se convierte en su yerno, una situación que vuelve más complicada la relación con Linda.
El traspaso de la historia original al formato televisivo en el primer capítulo no afectó la calidad ni el contenido. Si bien Mankell corría un gran riesgo al reducir sus cientos de páginas a un guión de una hora de duración, los lectores del sueco quedarán satisfechos. Habrá que seguir toda la temporada, con un total de trece episodios, para saber si ese nivel se mantiene.
Quien se quede con ganas de más después de ver los primeros capítulos o aún no haya leído las aventuras policiales con trasfondo sociopolítico de Wallander tiene para elegir diez títulos, publicados en más de cien países y traducidos a cuarenta idiomas, que vendieron alrededor de veinticinco millones de ejemplares en todo el mundo. O puede esperar la segunda temporada, ya estrenada en Europa.
© LA NACION
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