Vuelven a brillar en todo su esplendor las salas “secretas” del apartamento Borgia del Vaticano
Los Museos Vaticanos mostraron uno de sus tesoros recién restaurado: la Sala de las Artes Liberales, que era el estudio del controvertido papa español Alejandro VI, fastuosamente decorado por Pinturicchio en tiempo récord
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ROMA.- El legendario Appartamento Borgia del Palacio Apostólico Vaticano, decorado maravillosamente entre 1492 y 1494, en tiempo récord, por el maestro Bernardino di Betto, apodado il Pinturicchio (el “pequeño pintor” porque era muy delgado), ha vuelto a brillar en todo su esplendor. Luego de trabajos de restauración que duraron 20 años, realizados por técnicos y especialistas del laboratorio de los Museos Vaticanos –uno de los más antiguos del mundo y que este año cumple un siglo de vida-, tres salones comisionados por el controvertido papa Alejandro VI (1492-1503), el español Rodrigo de Borja y Doms (italianizado luego como Borgia), padre, entre otros hijos, de César y Lucrecia Borgia, resplandecen como cuando fue inaugurado, con todos los fastos y un banquete, hace más de 500 años.
Después de la Sala de los Misterios y la de los Santos, los Museos Vaticanos presentaron este jueves la restauración de la última de las tres “salas secretas” del departamento Borgia, es decir, la Sala de las Artes Liberales. Se trata de un lugar espectacular, con mármoles y pinturas de colores vivos en sus partes más altas, que solía ser el estudio de Alejandro VI, pontífice emblemático del Renacimiento, bajo el cual tuvo lugar el descubrimiento de América –divida entre España y Portugual a través del famoso Tratado de Tordesillas (1494)-, que con su majestuoso apartamento del Vaticano quiso autocelebrar sus éxitos y ostentar su poder.
La Sala de las Artes Liberales, su estudio, tomó ese nombre en alusión a las “artes” o disciplinas que constituían la base de la enseñanza escolástica medieval. Estas “artes liberales” simbolizaban la celebración del saber en cada una de sus especializaciones –aritmética, dialéctica, geometría, retórica, gramática, música y astronomía- y, en forma alegórica, eran representadas por mujeres atractivas sentadas sobre unos tronos. La leyenda es que el rostro de Lucrecia Borgia –su famosa hija del Papa Borgia- aparecía en todas estas pinturas, impactantes por sus detalles, colores, refinamiento y realismo extremo. Debajo de la alegoría de la Retórica puede verse la leyenda “Pentorichio”, la única firma del artista presente en todo el ciclo pictórico.
En las bóvedas de la Sala, como subrayó Fabrizio Biferali, curador del sector artístico de los siglos XV-XVI de los Museos Vaticanos, también pueden verse, junto al escudo con un sol del papa español, amante también de la simbología egipcia, al menos ocho imponentes toros dorados -realizados en forma tridimensional, en papel maché, según descubrieron en la restauración-, otro símbolo, en clave autocelebrativa, de su origen español y de su fuerza.
“Alejandro VI, el español, fue un papa controvertido, que amaba las cosas bellas,el boato, la pompa, los dorados y que fue muy criticado por sus sucesores, tanto es así que el papa Julio II, su sucesor, jamás quiso vivir en su departamento y le encargó las famosas estancias a Rafael”, recordó la directora del los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, en una conferencia de prensa. “No obstante, como no se justificaba el no uso de semejante lugar, considerado uno de las obras maestras de las colecciones vaticanas, a lo largo de los siglos otros cardenales luego sí vivieron allí”, agregó. Más tarde las tres “salas secretas” fueron usadas como pinacoteca papal, biblioteca y, por voluntad de Pablo VI, hace 50 años pasaron a ser utilizadas para exhibir la Colección de Arte Moderno Contemporáneo de los Museos Vaticanos, recordó Jatta.
La restauración de la Sala de las Artes Liberales, que comenzó en 2014 y concluyó el año pasado, no sólo le devolvió los colores y luminosidad perdidos a través de los siglos, en los que se fueron deteriorando las decoraciones y hubo varias refacciones que empeoraron las cosas, sino que también implicó la salida a la luz de varias novedades. Una de ellas es que se descubrió, quitando un tapizado colocado sobre sus paredes en la década de 1970, que debajo había decoraciones del primer estilo “grottesco”, que indican que, como otros artistas del Renacimiento, Pinturicchio bajaba a las grutas que llevaban a las ruinas de la antiquísima Domus Aurea de Nerón, para luego copiar y reproducir esas pinturas tradicionales romanas, destacó Jatta.
Impresionante! La Sala de las Artes Liberales realizada por Pinturicchio y equipo entre 1492 y 1494 -tiempo récord-por voluntad del papa Alejandro VI, recién restaurada por el laboratorio de los @Musei_Vaticani, uno de los mejores del mundo, que este año cumplió un siglo pic.twitter.com/PFfsCevZlG
— Elisabetta Piqué (@bettapique) September 21, 2023
Otro descubrimiento fue la faceta de “empresario” de Pinturicchio, un pintor que ya había trabajado a la sombra del Perugino para la realización de la Capilla Sixtina (1481-1483), pero que ante el papa Alejando VI asumió el rol de jefe de la obra, un proyecto que tenía que terminar en tiempo rapidísimos.
“Pinturicchio fue pintor, pero también empresario y coordinó y logró la empresa de hacer trabajar con sinergia a un gran número de colaboradores de su bottega (taller), donde había pintores, artesanos del mármol, doradores, carpinteros, que trabajaban en forma contemporánea para poder terminar cuanto antres”, explicó Marco Pratelli, el jefe de los restauradores.
“La celeridad también tuvo que ver con una técnica que no era de frescos, que tardaba más en secar, sino de pintura en seco, similar a la que se usaba para pintar sobre una tabla: imaginen que hacían lo mismo que un pintor hacía sobre una tabla puesta sobre caballete, pero sobre las paredes, cuya superficie preparaban poniéndole una capa de yeso y cola blanca”, detalló.
Fabio Morresi, del departamento de investigaciones científicas, subrayó que los colores que pueden verse ahora, luego de la remoción de la suciedad y la recuperación de las pinturas originales, son muy brillantes y vivos debido a un “triunfo” de los materiales utilizados hace más de 500 años: pigmentos, lacas y colorantes orgánicos. Estos daban un efecto de luz en tiempos en que esos ambientes sólo eran iluminados por antorchas. “Las investigaciones científicas revelaron claramente la habilidad técnica impresionante de Pinturicchio y de su equipo y confirmaron que la elección de la técnica y de los materiales fue determinante para el resultado final y para que pudiera cumplir con los tiempos que le había pedido Alejandro VI”, aseguró Morresi, que coincidió en resaltar ese costado “empresario” del pintor oriundo de Perugia.
¿Cuánto cobró Pinturicchio ese encargo que terminó a tiempo, como le había prometido al papa español Borgia? “Entonces estaban en auge las grandes commissioni a los artistas y todos pagaban muy bien los encargos”, dijo a LA NACION, tras una pregunta, Biferali, que recordó que en esa época se utilizaban escudos y ducados y que, probablemente, Pinturicchio cobró, al menos, el equivalente a un millón de euros.
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