Volvieron los ataques vandálicos: ambientalistas atacaron el monumento en la plaza del Duomo de Milán
Activistas del grupo Ultima Generazione rociaron con pintura amarilla la estatua de Vittorio Emanuele II; el modus operandi es el mismo con el que el año pasado hicieron campaña en contra del petróleo usando obras de arte como blanco
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Como si hubiera mediado una tácita tregua, justo antes del Mundial de Fútbol cesó el año pasado una saga de ataques en continuado contra obras de artes en museos y espacios públicos que movilizó a toda Europa y la opinión pública mundial, cuando grupos de ambientalistas tomaron importantes pinturas y esculturas célebres como efectivo blanco para lograr visibilizar sus reclamos. Ahora, que la modalidad estaba empezando a parecer cosa del pasado o una vieja herejía, militantes de Ultima Generazione recordaron cómo era el asunto: rociaron con pintura amarilla, a plena luz del día y en el centro de la ciudad, una monumental estatua en la Plaza del Duomo de Milán. Y enseguida, a través de las redes sociales, completaron la operación: viralizaron un breve video que registra el hecho con la leyenda: “Italia está hecha, todo está a salvo -en alusión a la unificación italiana, en palabras del moribundo conde Camillo Benso-. No, las proclamas no son suficientes. En 1861 como hoy, las declaraciones de quienes gobiernan pueden ser completamente inconsistentes con la realidad”.
El monumento a Vittorio Emanuele II, un enclave de la historia italiana, fue atacado ayer por este grupo de activistas que a la vista de todos sortearon un vallado de seguridad y logró acceder a la base, desde donde emplearon una suerte de matafuegos para arrojar el líquido coloreado sobre la estatua. Luego de la acción, se dedicaron a repartir panfletos, hasta que llegaron los carabinieri y los desalojaron.
”Se siguen asignando miles de millones a la industria de los combustibles fósiles, mientras solo llegan centavos para proteger nuestros territorios”, ese es el reclamo que difundieron junto con el video de la intervención, que se inscribe en lo que llaman “campaña de desobediencia civil no violenta”.
Entre sus manifestaciones de este estilo, en 2022 Ultima Generazione atacó también varias obras de arte en otras ciudades europeas. Fueron ellos los que lograron impresionar a la audiencia cuando rociaron con un líquido negro que simulaba ser petróleo un cuadro del pintor Gustav Klimt en el Museo Leopold de Viena. También un cuadro del impresionista francés Claude Monet -el cristal que lo protege- quedó enchastrado con puré de papas. Ya para fin de año fueron noticia cuando en Milán vaciaron bolsas de varios kilos de harina sobre un BMW M1 pintado en 1979 por Andy Warhol al grito de “‘¡No habrá más comida ni agua, hay un colapso ecológico!”, en el marco de una exposición.