Volver al futuro: FOLA celebra sus cinco años con fotografía histórica 3D
Un grupo de mujeres tira de las cintas de una torta de casamiento, en busca del anillo escondido. Una pareja de adolescentes baila con timidez en una fiesta; otro celebra su Bar Mitzvah. Un equipo de médicos examina a un paciente en el quirófano y una señora nos mira de frente, desde una silla junto al mar.
Esas fotografías en blanco y negro, entre varias otras tomadas hace décadas, tienen algo en común: son recreadas ahora en tres dimensiones, como parte de un fascinante viaje en el tiempo destinado a celebrar los cinco años deFototeca FOLA. El festejo se completa con una muestra del legado en color de Vivian Maier, la misteriosa niñera cuyo talento se reveló tras su muerte.
"Hicimos especialmente los anteojos, los visores, todo", dice entusiasmado Gastón Deleau, fundador de FOLA y orgulloso de rescatar el escaso patrimonio de fotografía estereoscópica en la Argentina. Esa tecnología nacida a mediados del siglo XIX, que produce un efecto 3D a partir de dos imágenes levemente distintas, regresa en tiempos de realidad virtual con el encanto de los recuerdos vintage.
El encargado de reunirlo fue Esteban Pastorino, fotógrafo argentino con formación internacional y especializado en técnicas fotográficas alternativas. "La intención es intentar revivir esta técnica y este protolenguaje, que me interesa desde que era chico", señaló a LA NACION. Nacido en 1972, recuerda haber usado en su infancia los View-Master, estereoscopios que se usaron como juguetes para reproducir imágenes infantiles.
"Las cámaras estereoscópicas tienen dos lentes que registran la imagen desde dos puntos de vista ligeramente distintos –explicó–. Para conseguir la visión en tres dimensiones se usa el estereoscopio, que permite ver ambas imágenes a la vez. El cerebro las integra y crea la ilusión de profundidad".
En la Argentina, la mayoría de las fotografías estereoscópicas fueron producidas por fotógrafos aficionados. Entre ellos se contaron los que crearon el material reunido en esta muestra, que registraron escenas de la vida cotidiana, retratos familiares y viajes por Europa y la Argentina, especialmente a Mar del Plata.
Entre las más logradas se cuentan las tomadas por Alberto Constancio González, que registró en 1910 los festejos del centenario de la Revolución de Mayo y la inauguración del Tren Trasandino.
También llama la atención el legado de José María Jorge, reconocido traumatólogo que fotografió la vida cotidiana de su práctica médica. Con el tiempo desarrolló un sentido de la composición espacial y comenzó a incluir elementos en primeros planos, para crear una mayor ilusión de profundidad.
"En los años sesenta la fotografía estereoscópica tuvo un auge en fotografía social, como servicio extra en registros de fiestas. Te ofrecían los visores para ver las imágenes en 3D", recordó Pastorino, y agregó que "hoy prácticamente no se usa, aunque la técnica es muy simple".
Por entonces, en Estados Unidos, Vivian Maier trabajaba como niñera y acumulaba decenas de miles de negativos sin revelar. Tras su muerte, en 2009, se hallaron unas 150.000 imágenes que recuerdan a grandes fotógrafos callejeros comoDiane Arbus, Garry Winogrand o Lee Friedlander. Muchas de ellas se exhibieron en 2017 en FOLA, que ahora presenta sus trabajos en color.
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