Volar sin combustibles, el sueño cumplido de Saraceno
En una protesta contra la contaminación, el artista estableció nuevas marcas de altura y distancia en las Salinas Grandes; participó una banda surcoreana de K-pop
PURMAMARCA. – Ayer, a las 10 de la mañana, en la pampa blanca y espejada de las Salinas Grandes, Tomás Saraceno, artista argentino radicado en Berlín, hizo realidad el sueño de volar con los pies sobre la tierra. Lento pero seguro, el enorme globo negro despegó tripulado por la piloto Leticia Márquez, experta en globos aerostáticos, con base operativa en Los Cardales.
Decidida y sonriente, dejó que el aire y el sol la llevaran a las alturas. Es curioso, Leticia confesaría después, a la hora de las empanadas y el locro, que sufre de vértigo. No se asoma a un balcón por nada del mundo, y sin embargo, contaba, fue feliz volando en Aerocene Pacha.
Se cumplía el sueño de Saraceno y el capítulo argentino del proyecto Connect BTS, sellado con la banda surcoreana de K-pop, el curador DaehYung Lee y cuatro artistas, en Berlín, Nueva York, Buenos Aires y Seúl. Créase o no, Argentina es uno de los países con más fans de BTS. La banda que llenó dos estadios de Wembley cuenta con un regimiento de fans locales enrolados en Army. Un nutrido grupo, procedente de Salta y Jujuy, estuvo ayer en las Salinas para celebrar a sus ídolos, a quienes "adoran", literalmente. Imitan peinados, ropa y "coreos". El fenómeno tiene una app propia y 23 millones de seguidores en Twitter.
Acostumbrados a acumular éxitos en ventas y rankings, los siete integrantes de BTS, que comenzaron a los quince años y rondan ahora los veintipico, enfrentan en estos días un doble desafío: volver a su país, Corea del Sur, para cumplir con el servicio militar y establecer nuevos puentes de contacto con sus fans. El arte contemporáneo fue el camino elegido. Sus coreografías llenas de glam, hiperestudiadas y diseñadas, inspiraron una performance inaugurada ayer en el domo de Seúl, increíble edificio y uno de los últimos proyectos de Zaha Hadid.
Cosas de la vida, o, mejor aún, cosas del arte, Tomás Saraceno tomó la licencia que le da su lugar en el mundo; la prerrogativa del artista, para ejecutar una pirueta audaz, a mitad de camino entre el deslumbramiento visual, la precisión técnica y el compromiso político.
Al equipo de más de cincuenta colaboradores, muchos de ellos llegados de su estudio de Berlín, se sumaron líderes de los pueblos originarios integrados al proyecto Aerocene Pacha. Consideran, lo dijeron ayer durante una emotiva ceremonia de ofrendas a la Pachamama, que el proyecto Connect BTS será un altavoz para potenciar la defensa de la tierra, en contra de la explotación indiscriminada del litio, que pone en serie riesgo las reservas acuíferas. Una batalla a la que consideran despareja y que toma como propio el territorio de sus antepasados, que, anhelan, sea también el de sus herederos.
El programa de vuelo arrancó a las 5 am en Purmamarca. Madrugadores o insomnes, más de un centenar de personas entre familia, amigos, coleccionistas, galeristas, prensa internacional y técnicos, emprendieron el camino hacia las salinas. Una hora y media de viaje por un camino de montaña, hasta los 4000 metros, para, después, en la última pendiente enfrentar el océano blanco de las salinas, casi una alucinación en la media luz del día que nacía.
El inmenso salar silencioso está cargado de mensajes; palabras que el artista recogió como un interlocutor sensible. "El litio no vale más que el agua", reza la leyenda inscripta en el gran globo de tela negra ultraliviana. Saraceno toma la licencia que el arte le permite para adentrarse en un universo sin fronteras, sin límites.
"La Pachamama nos dio una mano –dice el artista cuando el vuelo exitoso llega a su fin–. Ha sido un día extraordinario de sol y con las condiciones perfectas para hacer volar Aerocene. Hemos batido marcas de altura y de distancia, además de contar con la excelencia de la piloto Leticia Márquez para el vuelo tripulado".
Volar sin combustibles fósiles, sin gas, ni baterías, ni litio, ¿es un cambio de paradigma?
"No será ya, pero hemos plantado bandera, no podemos cambiar el clima pero podemos cambiar los hábitos. Los Mongolfier hicieron volar globos pero quemando combustible. Ya basta".
La experiencia ha terminado. Queda el registro. El canal Encuentro y equipos de filmación locales e internacionales grabaron el emocionante y poético vuelo.
Esta prevista una rueda de prensa el viernes en el Centro Cultural Kirchner, seguida de la proyección en el auditorio de un tramo de esta experiencia que empezó ayer de madrugada, pero seguirá en la conciencia de muchos, impulsada por el altavoz de Aerocene Pacha, conquistador de récords en todos los campos.
El proyecto ideado por un argentino nacido en Tucumán, criado en San Luis, vivió días de gloria en el blanco paisaje de la Puna jujeña. Lo acompañó el buen clima en el momento deseado y el entusiasmo de los colegas coreanos; allí estuvieron el curador DaeHyung Lee y el joven Abe Tchung, un indispensable.
Itinerario
- Tomás Saraceno nació en Tucumán, en 1973. Luego de graduarse de arquitecto en la UBA (1999), integró el grupo de estudios formado de Staatliche Höchschule, Fráncfort, con Daniel Birnbaum (Estocolmo 1963). Nombrado director de la 53 Bienal de Venecia, Birnbaum eligió la obra de Saraceno para el espacio central del Padiglione.
- Sus esculturas flotantes conectan la práctica artística con su preocupación por el medio ambiente cristalizada en el proyecto Aerocene. En 2009, participo del programa de Estudios Espaciales de la NASA, en Silicon Valley, siendo distinguido con el Premio Calder.
- Expuso en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires la muestra "Como atrapar el universo en una telaraña", curada por Victoria Noorthoorn. En 2012 mostró sus intrépidos "Clouds "en la terraza del Met de Nueva York. En 2019 estuvo de nuevo en la Bienal de Venecia
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