Visita guiada al nuevo Apple Store de Roma, el más grande de Europa, sorprendente como un museo lleno de arte
Recién inaugurado en un palazzo histórico de la ciudad que volvió a relucir su esplendor, pasó por una imponente restauración y exhibe obras de gran valor
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ROMA.- Desde el 27 de mayo hay algo más para visitar en la ciudad eterna: el nuevo Apple Store de Vía del Corso, el más grande de Europa, lleno de arte e historia. Tanto es así que, con barbijo y en grupos reducidos, ofrecen visitas guiadas gratuitas en las que, en medio de computadoras, teléfonos, relojes y demás objetos high-tech, muestran sus tesoros: salones monumentales con espectaculares frescos en sus techos, impecables mármoles de Carrara y hasta paneles de grafitis creados en 1950 por Afro Basaldella, famosísimo artista italiano del siglo XX, dedicados a las grandes ciudades italianas: Roma, Pisa, Florencia, Venecia, Turín, Palermo…
El megastore se encuentra en Palazzo Marignoli, elegante edificio construido en 1873 por el arquitecto italiano Salvatore Bianchi para los marqueses homónimos, que con el tiempo fue modificado, albergó un bar histórico, luego pasó a ser sede de oficinas, hasta ser objeto de una imponente restauración por parte de la empresa de Cupertino. La refacción, que duró más de un año y que tuvo lugar en el período de lockdown en el que Roma parecía una ciudad fantasma –sin turistas, desolada-, estuvo a cargo de importantes estudios de arquitectura italianos, acompañados por el del arquitecto británico estrella Norman Foster, uno de los principales exponentes contemporáneos y muy reconocido por su restauración del Reichstag de Berlín, entre otras torres, edificios y puentes en todo el mundo.
Como todo lo que hay en Roma, el Palazzo Marignoli fue un residencia patricia construida sobre lo que muchos siglos antes, en el 270 después de Cristo, era un Templo dedicado al Sol. Durante el Renacimiento, en cambio, allí existió un histórico monasterio de Santa María Maddalena delle Convertite, donde solían convertir a las “ragazze di strada”, las chicas de la calle, según explican en la visita. Del monasterio queda un delicioso claustro interno, patio donde gracias a la empresa fundada por Steve Jobs fueron plantados árboles de alcanfor y que es visible desde el exterior a través de los amplios ventanales del local e iluminación perfecta.
Al margen de pertenecer al marqués Filippo Marignoli, el Palazzo de la Vía del Corso es legendario por haber hospedado en su planta baja el Caffè Aragno, que funcionó desde fines del siglo XIX hasta 1955 (luego se convirtió en Alemagna, más tarde, Autogrill, hasta que cerró y quedó abandonado en los últimos años).
En el Caffé Aragno se juntaban artistas, escritores, actores, intelectuales políticos –el Parlamento queda a un paso- e intelectuales, entre los cuales se recuerdan Filippo Tommaso Marinetti –el fundador del movimiento futurista- y el poeta Giuseppe Ungaretti.
También este lugar fue totalmente refaccionado. Y volvieron a todo su esplendor los graffitis del prestigioso artista Afro Basaldella que, increíblemente, según contaron a LA NACION, habían quedado ocultos. “Un equipo de siete personas logró volver a limpiar las obras, con 8000 horas de trabajo”, destacaron.
Basaldella, llamado en arte Afro (1912-1976), es considerado uno de los más importantes artistas de la posguerra y entre los principales exponentes del arte informal junto a Lucio Fontana. Perteneció en los años Treinta a la escuela romana de Giorgio de Chirico y Renato Guttuso, y sus obras se encuentran en diversos museos de Estados Unidos y son parte de la Peggy Guggenheim Collection.
En ese mismo salón, mirando hacia arriba pueden contemplarse dos frescos realizados en 1900, también recuperados, limpiados y puestos a nuevo. Se trata de Alba (amanecer), de Fabio Cipolla y Crepuscolo de Ettore Ballerini, que eran los horarios de las tertulias que compartían quienes frecuentaban el Caffé Aragno, según explicaron. “Así como ocurrió con restauraciones anteriores como las del Apple Champs-Élysées en París, Regent Street en Londres y Carnegie Library en Washington, D.C., Apple y un equipo de restauradores locales colaboraron para crear en Vía del Corso una combinación balanceada de elementos arquitectónicos históricos y contemporáneos”, destacaron.
También es imponente la escalera de marmol de Carrara, monumental, realizada en 1888, que lleva al segundo piso, hacia las zonas en las que estaba el salón de baile del marqués Marignoli. De nuevo mirando hacia arriba, llama la atención un lucernario rodeado por escenas del zoodíaco y el escudo de la familia patricia.
El nuevo #Apple Store de Via del Corso, vale una visita guiada #Roma pic.twitter.com/SPK9oq99J2
— Elisabetta Piqué (@bettapique) June 8, 2021
En el segundo piso el visitante se queda boquiabierto con los frescos coloridos pintados en el techo, que lograron ser restaurados pese a que debía instalarse un sistema antiincendios -que es prácticamente invisible-, según precisaron. Otro salón, que cuando lo permitan las normas anticoronavirus servirá para reuniones de creativos y artistas, ostenta techos abovedados de nueve metros de altura. Sus paredes fueron recubiertas con una pintura especial, también blanca, que absorbe los ruidos, ideal para esos encuentros.
Tanto en la parte exterior del edificio, como interior, los arquitectos mantuvieron los antiguos carteles que indican que allí también funcionó la “Riunione Adriatica Sicurtá” (RAS), histórica compañía de seguros italiana, fundada en 1838 en Trieste, que desde 2007 pasó a ser parte de Allianz. Otra demostración de que las grandes marcas ganan prestigio cuando hacen alianza con historia y arte.
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