: Los blancos argentinos se reivindican y crecen en cantidad, calidad y variedad de uvas y estilos. Hoy se imponen la frescura y la acidez, y llegan al mercado vinos más austeros y mejor terminados. Ya quedó demostrado que las zonas frías y altas son más aptas para los ejemplares de alta gama. Según José "Pepe" Galante, enólogo de Bodegas Salentein y referente en la materia, una de las claves para lograr vinos más pulidos y frescos es subir en altura para bajar la temperatura media y así aumentar la amplitud térmica, ya que cuando se asciende el clima es más desértico y la fruta, más concentrada en aroma, sabor y estructura. Otra clave es cosechar y vinificar uvas en distintos momentos de madurez y al final hacer el corte. Así como lo necesitó el Malbec, las uvas blancas también requirieron de tiempo de investigación y mucho trabajo en viñedos y bodega. Aquí, 5 marcas que sorprenden.
Viña Las Perdices Riesling 2018
Viña Las Perdices, Mendoza, $520
Muy interesante la segunda cosecha de este Riesling serio, de alta gama y partida limitada, elaborado con uvas de Agrelo, Luján de Cuyo, a 1.030 msnm. Aromático y frutal, de perfil fresco, salvaje y con nota verde como a hierba. Muy placentero al paladar, consistente, con volumen, densidad, estructura media y notas cítricas. Tiene excelente acidez y austeridad, y es ideal para acompañar todo tipo de pescados y frutos de mar.
Doña Paula Riesling 2018
Doña Paula, Mendoza, $430
Otro Riesling de buena tipicidad y definición varietal, recién salido al mercado y elaborado con uvas de Gualtallary, Valle de Uco, a 1.300 de altura, sin roble. Muy agradable de beber, armónico y sin aristas, con aromas y sabores frutales y dejo floral, cuerpo medio, fluidez y agilidad en todo momento. Su acidez tirante lo hace vibrante. Claro que no es para aperitivo, sino más bien para disfrutar junto a un plato de comida.
Norton Grüner Veltliner 2018
Norton, Mendoza, $420
Único varietal de origen austríaco cultivado en Agrelo a más de 1000 metros de altura, por Norton, primera bodega en plantar Grüner Veltliner en suelo argentino. No es tan complejo, pero sí sobrio, señorial y limpio en aromas y sabores, con frescura natural al mismo tiempo que peso de fruta y estructura. Sorprende por su personalidad, buena acidez y final seco y persistente, y eso lo convierte en un blanco distinto y rico.
Potrero Chardonnay 2018
Vinos de Potrero, Mendoza, $390
Nuevo, joven y suelto, de aromas tropicales típicos, elaborado con uvas Chardonnay de Gualtallary a 1.200 msnm. Solo el 20% del vino tuvo 6 meses de crianza en barricas de roble francés y tiene un cierto graso que lo estructura. En boca domina la fruta blanca y un destacable equilibrio, es moderno, complejo y respeta ciento por ciento el gusto argentino. Muy apropiado para acompañar platos como sushi o ceviches.
RECOMIENDA: CLUB BON VIVIR
Finca Sophenia Chardonnay 2018
Finca Sophenia, Mendoza, $380
Chardonnay muy interesante, fresco y disfrutable, que empieza a perfilarse como un world class. Elaborado con uvas de Gualtallary, Tupungato, a 1200 metros de altura, se destaca por sus aromas intensos, paladar untuoso, equilibrado, con volumen, redondez y muy buen carácter. Al beberlo es medio alimonado, tiene frescura y madurez justa, y su acidez hace más fácil cada trago de este blanco con tensión y fuerza de fruta.
*Disponible en BONVIVIR.COM
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