Vida de un ícono
BOB DYLAN. LA BIOGRAFIA Por Howard Sounes-(DeBolsillo)-Trad.: Marta Aguilé-606 páginas-($ 24)
Esta es la primera biografía seria sobre Bob Dylan traducida al español que se publica en la Argentina. En inglés, el primer trabajo valioso pertenece a Anthony Scaduto y se editó en 1971, cuando el cantautor estadounidense apenas tenía treinta años. Después salieron tres biografías más: la de Robert Shelton (1986), la de Bob Spitz (1988) y la de Clinton Heylin (1991). Shelton y Spitz se concentraron en el período de mayor creatividad de Dylan, en la década del sesenta, pero no le prestaron demasiada atención a lo que había ocurrido con su carrera después del accidente de moto sufrido en 1966. Heylin, en cambio, dedicó buena parte de su libro a ese período y en 2000 publicó una actualización titulada Behind the Shades-Take Two .
Howard Sounes ha optado por seguir este último camino sin descuidar la primera parte de la vida del autor de "Like a Rolling Stone" y enriquece hechos ya conocidos con nuevos datos obtenidos mediante una concienzuda investigación que contiene innumerables entrevistas a amigos, parientes, ex novias y colegas de Dylan.
¿Qué circunstancias individuales y sociales determinaron que Robert Allen Zimmerman, un chico judío nacido en 1941 en Duluth y criado en Hibbing (Minnesota), se convirtiera en una figura del rock sólo comparable a los Beatles en cuanto a impacto cultural y a logros artísticos? Sounes no pretende dar todas las respuestas ni buscar la verdad absoluta. Sí nos permite ir viendo el desarrollo de ese adolescente fascinado por el blues y el rock and roll , que luego aprendió a amar la música folk y manifestó una identificación casi enfermiza con Woody Guthrie, su primer y último ídolo. En el ambiente bohemio del Greenwich Village (Nueva York), Dylan terminó de pulir y definir su identidad artística. Adaptaba melodías tradicionales a sus propias letras, cuyas influencias literarias son muy variadas e incluyen tanto el fervor de los textos bíblicos y la austeridad lírica de baladas anónimas como el fragor visionario de Dylan Thomas, Arthur Rimbaud o el poeta beat Allen Ginsberg, con el cual mantuvo una duradera amistad. "Le interesaba escribir canciones que fuesen fruto de preocupaciones sociales -explica Sounes-, pero también estaba interesado en baladas románticas y temas cómicos. Etiquetar a Bob sencillamente como ´cantautor de protesta , algo que los periodistas hacían cada vez con más frecuencia, era desmerecerlo." Entusiasmado por la forma en que los Beatles habían reinventado el rock and roll , en 1965 decidió añadir instrumentos eléctricos y batería a la guitarra acústica y la armónica con las que había acompañado sus canciones hasta ese momento. Ellas se volvieron más surrealistas e impulsaron a toda una generación de compositores a elevar el nivel del lenguaje pop . Entonces estalló una polémica que hoy parece absurda. Sus antiguos fans lo acusaron de haber traicionado sus ideales y lo abuchearon en sus actuaciones. La biografía, entre otros aspectos, analiza en detalle la supuesta gravedad del accidente que marcó el comienzo de una etapa de reclusión hogareña, la conflictiva relación con su mánager, el retorno a los escenarios, el divorcio de su primera esposa, su conversión al cristianismo y un poco conocido segundo casamiento.
A lo largo de este recorrido vital se van registrando las actitudes de un hombre reservado, casi enigmático y ferozmente celoso de sus asuntos privados. En definitiva surge el retrato de alguien tan complejo como sus canciones. Sounes (autor también de una biografía sobre Charles Bukowski) no pretende idealizar a Dylan y le atribuye rasgos de hombre "manipulador, rencoroso, egocéntrico y machista". En su opinión, el aspecto más destacable de su talento "quizá sea el hecho de que pueda empatizar con casi todo el mundo, sea bueno o malo, y expresar esa experiencia individual en una canción". Alrededor de su biografiado brinda un sobrio marco histórico; se preocupa por ser preciso y su material descansa más en la información que en la interpretación. Sin embargo, deja en claro la categoría de Dylan, un artista que lleva más de cuatro décadas en el ruedo y siempre se ha negado a refugiarse en glorias pasadas. Con coraje y genio ha sido capaz de soportar los altibajos de su musa sin nunca darse por vencido. Así consiguió desafiar las obras maestras de su juventud (por ejemplo, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde ) con álbumes como Blood on the Tracks (1975) o Time Out of Mind (1997).
El libro llega hasta los primeros meses del 2000 y ofrece una traducción aceptable. Además, trae un útil índice onomástico y temático. Es recomendable tanto para quienes no hayan leído ninguna biografía sobre Dylan como para aquellos que ya conocen las obras arriba mencionadas y desean ahondar más en el tema. También para los que han visto No Direction Home , el reciente documental de Martin Scorsese, y se quedaron con ganas de saber cómo sigue la historia del intérprete menos complaciente del rock. "Uno no puede preocuparse por los abucheos -declaró hace unos años-. Miles Davis y Stravinsky fueron abucheados. No sos nadie si no te abuchean alguna vez." Por eso continúa renaciendo de las arrugas de su alma y las cicatrices de su voz. Y, como dicen sus versos, "en una era de fibra de vidrio" anda "buscando una piedra preciosa", convencido de que un día finalmente poseerá la belleza "que camina al filo de la navaja".