La ruta para venerar a los apóstoles
La tumba del apóstol Felipe, uno de los primeros discípulos de Jesús, fue localizada la semana última en Pamukkale, la antigua Hierápolis (actual Turquía), donde según la tradición murió crucificado. Si bien sus reliquias se conservan desde el año 561 en la iglesia de los Santos Apóstoles, en el barrio Trevi de Roma, una misión arqueológica comenzó hace 54 años los trabajos para ubicar el lugar donde había sido enterrado y venerado. Hace tres años había salido a la luz la calle que recorrían los peregrinos para llegar al sepulcro, cuyo sitio exacto ahora ha sido develado.
Natural de Galilea, Felipe formaba parte del grupo reducido que rodeaba a Jesús y los cuatro evangelistas lo mencionan siempre en quinto lugar. En la misma iglesia romana se conservan restos de Santiago el Menor, que predicó en Jerusalén.
Este hallazgo recuerdan la proeza arqueológica que permitió reconstruir el camino a la tumba de Pedro, que se conserva en Roma, debajo de la Basílica de San Pedro, y a la que hoy se llega tras recorrer tumbas de los siglos I y II. En la nave principal están las tumbas de los apóstoles Simón y Judas Tadeo (tomó ese nombre, que significa "valiente", para diferenciarse de Judas Iscariote, que traicionó a Jesús). Santiago el Mayor, decapitado en la pascua del año 44, fue el primero que padeció el martirio. Sus reliquias se conservan en la basílica de Santiago de Compostela y su autenticidad fue proclamada por el papa León XIII, en 1884.
Andrés, hermano de Pedro y el primero en ser llamado por Jesús, murió crucificado entre los años 60 y 63. Sus restos se encuentran desde 1208 en la cripta de la catedral de Amalfi, a 40 km de Nápoles. El cuerpo de Mateo, recaudador de impuestos y el primer evangelista, se conservó hasta el siglo XI en Nadabar y luego fue trasladado a la catedral de Salerno. Su cabeza se venera hoy en la catedral de Chartres, en Francia.
Bartolomé evangelizó en la India y sus restos descansan en Roma, en la basílica que lleva su nombre. Tomás, a quien le costó creer cuando Jesús resucitó, predicó en la India y en China. Pero se lo venera en la catedral de Ortona, sobre el mar Adriático. Matías es el apóstol elegido tras la traición de Judas. Parte de sus reliquias se conservan en la imponente iglesia de Santa María la Mayor, en Roma.
Juan, el único apóstol que acompañó a Jesús al pie de la Cruz, murió casi centenario en Efeso. Sus restos no se conservan ni se sabe cuándo se perdieron.
mvedia@lanacion.com.ar