Vattimo: "La verdad se transformó en caridad"
Didáctico, afable y accesible, Gianni Vattimo, una figura de referencia en el pensamiento actual, disertó ayer en la Casa de la Cultura sobre "Etica de interpretación", en el comienzo de un ciclo sobre ética que organiza el Ministerio de Cultura porteño.
"La historia de la verdad de los últimos siglos es la historia del asentimiento", por lo cual "la verdad se transformó en caridad y supone consenso", dijo el pensador italiano, ante un público que colmó el Salón Dorado de la sede cultural.
El filósofo italiano llegó acompañado por su discípula, la española Teresa Oñate, y fue recibido por el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, y el periodista Mario Mactas, que ofició de presentador. La pensadora española trazó brevemente los lineamientos básicos del pensamiento de Vattimo, que además es eurodiputado comunista.
Considerado uno de los principales hermeneutas de la actualidad, el pensador se involucra con el arte, la religión y la política. Especialista en Nietzsche y Heidegger, propone un pensamiento débil, que es el que no se apoya en verdades absolutas, alineado con el posmodernismo.
Poder y sociedad
Vattimo habló de una ética consensuada, no bajo los lineamientos del poder (político, económico), sino de toda la sociedad y, en línea con lo que propone el pensamiento posmoderno, aceptar la diferencia. Esto es: "a los más débiles, a los desplazados, a los que no tienen voz". Su ética de la interpretación sugiere que vivimos "residuos metafísicos en la ética comunitaria, creyente de una verdad absoluta impuesta por el poder político, económico y religioso", explicó el visitante.
Opuesto a la metafísica, propone una "hermenéutica de una ética sin principios en nombre de la verdad", ya que "una ética de los principios es siempre una ética intolerante" que lleva al autoritarismo. Para Vattimo, una ética basada en "lo que ya es" se convierte en fundamentalista, ya que el otro no puede opinar diferente. "Pasa con las últimas guerras, donde un pueblo invade y mata gente en nombre de lo que ellos dicen que necesitan los otros", dijo.
"La violencia es el hecho de no respetar tu libertad. No quiero que alguien dé un martillazo sobre mis dedos, pero sí que el dentista me saque un diente que me hace mal", dijo.
Según su ética de la interpretación, no hay una verdad absoluta, porque cada uno tiene una mirada, una interpretación del mundo, y para ello citó a Nietzsche: "No hay hechos, sólo interpretaciones", y afirmó luego que "el mundo se conoce a partir de algún interés".
Como ejemplos de esa ética metafísica a la que se opone, mencionó la invasión de los Estados Unidos a países árabes y el comportamiento del premier italiano, Silvio Berlusconi, sobre todo a partir de los escándalos que protagonizó por las denuncias de algunas prostitutas italianas.