Vargas Llosa llevó el traje “verde” de tradición y la espada hecha en Toledo, como un buen caballero francés
Antes de ingresar esta tarde en la Academia Francesa, en una ceremonia aparte en un salón de la editorial Gallimard, le entregaron al escritor el arma forjada por un experto orfebre español
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El escritor hispanoperuano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura en 2010, recibió anoche su espada de flamante miembro de la Academia Francesa en un acto celebrado en la editorial Gallimard, en París. Fue entregada por la secretaria permanente de la Academia, Hélène Carrère d’Encausse; trabajada en Toledo, España, por el último artesano que fabrica a mano esas armas, Antonio Arellano, según explicó el propio laureado.
“Es la primera vez que poseo una espada”, confesó Vargas Llosa, de 86 años, en un salón de la editorial que publica sus libros en la lengua de su adorado Flaubert, desde 1970. El arma es de estilo medieval y lleva grabadas las iniciales del autor de Conversación en la catedral así como los nombres de sus “padrinos” presentes en el acto: el director de la Real Academia española, Santiago Múñoz Machado, y el presidente del Teatro Real de Madrid, Gregorio Marañón.
La revista Hola de España indicó: “La espada es completamente artesanal y ha sido forjada a mano por Antonio Arellano, que solo trabaja por encargo, es la quinta generación de espaderos de su familia y uno de los pocos que quedan en España. Vargas Llosa encargó el arma tras conocer pasada la primavera que iba a ser académico en Francia y tardó en materializarse cuatro semanas. El escritor acudió al taller con varias imágenes como referencia ya que quería una adaptación de la “excalibur”, como se conoce a la espada del rey Arturo. La entrega de esta espada se produjo el 5 de diciembre, en medio del puente de la Constitución, durante una visita que Vargas Llosa hizo al parque temático Puy du Fou junto a Isabel Preysler, Ana Boyer, Fernando Verdasco y los niños del matrimonio, Miguel y Mateo”.
“Ciertamente, algunos expresaron su queja de que usted no escriba en francés”, declaró Carrère d’Encausse ante la audiencia, en la que se hallaban la familia de Vargas Llosa y su exesposa, Patricia Urquidi. “Pero ignoran que para ser recibido en la Academia Francesa, hay que, y cito: “caer bien a Monseñor el Protector, tener buen humor, buena reputación, inteligencia... y poder servir para las funciones académicas”, recordó la secretaria permanente de la Academia fundada por el cardenal Richelieu.
Vargas Llosa fue aceptado hace más de un año y recibido por el actual “protector” de la Academia, el presidente Emmanuel Macron. “En cuanto a su reputación, conocemos ya su prestigio y extensión”, añadió Carrère d’Encausse.
No solo es el primer académico que nunca ha escrito en francés, sino que además, a sus 86 años, supera el límite de 75 que estipulan los estatutos de la Academia. En su discurso recordó que la espada era el arma de los caballeros en las novelas medievales que devoró en su juventud: “A lo largo de los siglos, la novela se ha convertido en algo mucho más realista. Pero nos sigue ofreciendo algo que nos devuelve el entusiasmo y el amor. Es decir, que nos reconcilia con el mundo tal como es”.
El traje “verde” y la espada
La tradición de la Academia Francesa, fundada en 1635, establece que los nuevos miembros, conocidos como inmortales, reciban una espada antes de la ceremonia de recepción en la célebre Cúpula del Instituto de Francia.
El porte de la espada se generalizó a partir de la Restauración, aunque en principio no se le concedía a los eclesiásticos ni a las mujeres. Históricamente, algunas académicas optaron por sustituirla por objetos femeninos (bolsos o abanicos), aunque otras sí han llevado espadas, como Hélène Carrère d’Encausse, Florence Delay, Assia Djebar, Simone Veil, Danièle Sallenave y Dominique Bona.
El “traje verde” es en realidad azul oscuro o negro, bordado con motivos de hojas de olivo verdes o doradas, de donde deriva su nombre.
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