Van Gogh en 360: un universo virtual para escapar del desasosiego de la pandemia
En épocas de desasosiego por el coronavirus, el arte más que nunca se convierte en refugio preciado. 360Stories, una comunidad en línea que presenta historias de viajes generadas por los usuarios en alta definición de 360 grados, invita a hacer una visita virtual por el Museo Van Gogh en Amsterdam, con una colección que incluye más de 200 pinturas, unos 400 dibujos y la mayoría de las cartas escritas por el artista.
Entre las principales obras se encuentran La habitación en Arlés, una versión de Los girasoles y Los campesinos comiendo patatas, una de las obras claves de la primera etapa de su producción. "He tratado de expresar la idea de que esta gente, que come patatas a la luz de su lámpara, había cavado la tierra con las mismas manos que ahora ponen en sus platos y así aludir al trabajo manual y a la forma honesta de ganarse el pan", le escribió Vincent a su hermano Theo. Para enfatizar la dura vida en el campo, hizo personajes con rasgos toscos y manos huesudas, percudidas por el trabajo.
En la página de Instagram (@vangoghmuseum) –que contiene muy buena información sobre el artista y fragmentos de sus cartas– el museo compartió una obra inspirada en Los campesinos comiendo patatas que hizo un usuario y que posteó junto con la original del artista. En la versión actual, en la pandemia, los comensales son todos hombres, desquiciados y atemorizados, que engullen con desconfianza, mirándose con recelo. "¿Cómo pasar el fin de semana en tiempos de distanciamiento social?", añade el museo con el posteo de la imagen. Invita a inspirarse en esta obra (que compartió en su página un usuario) para personificar diferentes personajes de las pinturas deVan Goghy compartir en la aplicación.
Además, la página web del museo incluye datos curiosos, anécdotas y derriba algunos mitos. Por dar un caso, explica que casi todo lo que sabemos de la apariencia de Van Gogh es por sus propias pinturas: hay más de 35 autorretratos, pero solo una foto suya, de cuando tenía 19 años. Van Gogh, señalan desde el museo, no pintó autorretratos por vanidad sino porque no tenía dinero para contratar modelos. La mayoría de sus retratos los terminó mientras estaba en París (entre 1886 y 1888) y no tenía dinero: optó por la solución más simple y se pintó a sí mismo. Además, mientras muchos creen que Van Gogh era un hombre solitario, reacio a sociabilizar, él mismo desmiente esta creencia en una carta que le envía a Theo: "Como todos los demás, necesito relaciones de amistad o de afecto o compañía de confianza; no soy como una bomba de agua o una lámpara de piedra o hierro".
La colección del museo reúne la mayoría de las cartas –escritas en holandés y francés, con bocetos y dibujos– que Vincent le enviaba a Theo, su hermano menor que lo impulsó a pintar, confidente, apoyo moral y sostén económico. A cambio de la ayuda financiera, Vincent le entregó sus obras, pero Theo nunca logró venderlas. La correspondencia entre ambos –solo se conservan las cartas escritas por Vincent gracias a que Theo las guardó– comenzó en 1872 y siguió hasta su muerte, cuando encontraron en su bolsillo su última carta.
Cuando se inclinó por la religión, sus cartas detallan servicios religiosos, sermones y citas bíblicas. Hijo de un ministro protestante, si bien no pudo estudiar religión formalmente, en Bélgica trabajó en una misión como predicador laico. Y en Borinage, a Vincent –ese hombre de cabellera roja, ojos verdes agua y expresión algo adusta, que solía usar ropa de trabajo azul– lo llamaron, por su generosidad con los enfermos, el Cristo de la mina de carbón.
"En lugar de dar paso a la desesperación, tomé el camino activo de la melancolía siempre que tuviera fuerzas para la actividad, o en otras palabras, preferí la melancolía que espera, aspira y busca a la melancolía que desespera, triste y estancada", escribió en una de sus cartas que puede leerse en la página del museo en Instagram. Un año después se preguntó "¿Qué será de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?". Hoy, en épocas de pandemia, sus palabras alivian. Interpelan
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