“Utopia”, el barrio joven de arteba donde reinan la experimentación y los nuevos lenguajes
El Premio en Obra repartió 13.800.000 pesos, un récord para la feria; también, hubo importantes compras institucionales y stands que vendieron todas las obras exhibidas
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“Utopia” es el sector del llamado “arte joven” de arteba, aunque ni los artistas ni los galeristas tienen límite de edad. Los looks son más arriesgados, las diversidades florecen, pero la juventud es de los proyectos galerísticos, el tipo de obra, las formas de autogestión, las estrategias de supervivencia y circulación. Se respira un espíritu libre. El arte de esta sección también se permite salirse del bastidor y hay más experimentación y lenguajes nuevos. La novedad es que las ventas no son cosa de chicos: grandes coleccionistas y museos de peso llenaron su carrito de compras y dejaron a las galerías sin stock. Antes de abrir las puertas de la feria al público general, muchas ya habían vendido toda la primera colgada, tal como sucedió en la sección principal.
Los museos aceitaron las ventas de este sector. El Basilio Donato de Sunchales compró obra en la galería de un pueblo vecino, Luogo, de Rafaela, de Sebastián Bona y Sofía Rossa. El Moderno se llevó seis dibujos de Porkería Mala y Colchón antifascista, de Marta De la Gente, de la Galería NN; Malba y el Denver Art Museum llevaron obra textil de la artista indígena Claudia Alarcón de Remota, galería de Salta. La Corporación América compró una obra de Emilia de las Carreras, en Grasa.
La gran noticia más esperada en este barrio es siempre el Premio en Obra, que este año fue para los espacios Valeries Factory, de Mendoza, y Moria, de Buenos Aires (3.200.000 pesos cada). “Siempre visito Valeries Factory porque creo que su galerista, Jimena Lusi, logra crear un sentido de comunidad muy fuerte entre sus artistas. Se nota en los montajes y en la frescura de lo que hacen”, dice Raúl Flores, uno de los jurados del premio, junto con las coleccionistas Nicole Moises y Claudia Akian. Sofía Castro, una de las artistas, vendió toda su obra antes de la inauguración de la feria (cuatro versiones de un cartel de luces de neón con la leyenda “Toda gente bárbara”). Valeries es una galería nómade y está en transición de tener una trastienda en Villa Crespo. En cambio, Moria está bien asentada en ese mismo barrio. En arteBA, recreó el living de una casa. “Trajimos obras de Celina Eceiza, Cotelito, Laura Ojeda Bär y Santiago Paredes”, cuenta Lucía Evangelista, la galerista.
Joaquín Rodríguez y Abel Guaglianone impulsan el premio desde 2014, pero fue fundado antes, en 2008, por Juan Cambiaso. Este año llegó a un monto récord (como todos los años) de 19.000 dólares (o 13.800.000 pesos) para repartir y festejar su quinceavo aniversario. Además de los dos espacios, hubo cuatro premios de 1.800.000 pesos cada uno, y fueron para los artistas Yuyyu Puleston de NN, Sofía Rossa de Luogo, Eva Cafiero de Aura VTV y Casa Proyecto, de Buenos Aires.
“Es el premio no adquisición más grande del país. Los premios adquisición son compras con estruendo. Bienvenidos, pero no hay que confundir”, señala Cambiaso. Es dinero es aportado por coleccionistas (los tres primeros donantes fueron Andreas Keller, Sebastián Miranda y Francisco Bosch) y se otorga en mano a los espacios y los artistas elegidos por un jurado independiente, sin rendición de cuentas. “Hemos hecho una gran campaña de recaudación, y que fuera una edición aniversario ha sido un incentivo para sumar donantes”, dice Rodríguez.
Rodríguez y Guaglianone, además, lo volvieron federal, con la versión Premio In Situ, desde 2022, cuando empezó a otorgarse también en las ferias de Mendoza, Salta, La Plata, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Rosario y Resistencia. A lo largo de los años, lo merecieron 72 artistas y 25 proyectos galerísticos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay. “Creemos que el premio ha contribuido a la profesionalización de las galerías jóvenes. Incentiva el desarrollo de los proyectos y su difusión”, dice Rodríguez.
Hay muchos doble-agentes por este barrio: artistas y galeristas a la vez. Guido Yannitto, representado por Gachi Prieto en la sección principal, es galerista de Remota. Facundo Belén, por ejemplo, artista de la galería El Mirador, atiende como galerista en diagonal a su obra, en NN de La Plata. El jueves tuvo que volver a buscar una nueva exposición. Había vendido las catorce que tenía colgadas. “Siempre trabajamos con artistas que hacen su primera exposición. Nuestra idea es ser catapulta de carreras”, cuenta Mariana Bersten. Hay también galerismo fluido: artistas premiados como Trinidad Metz Brea, que mereció el Premio en Obra en 2022 en esa galería, está en esta edición en la galería especializada en tecnología Aura VTV (otro best seller, que en su segundo año en la feria vendió casi todo lo que llevó).
Entre artistas de trayectoria consolidada, como Ale Mizrahi (en Interperie), Mariana Pellejero (Grasa) o Cotelito (Moria), surgen espacios muy jóvenes, como Hipopoety (Buenos Aires) y Pionera (Pinamar). El federalismo se da dentro de las propuestas de cada espacio, pero las becas Mica permitieron llegar a la feria a seis galerías emergentes, que no tuvieron que afrontar los gastos de sus stands: Chorizo Galería (Resistencia), Galería Komuna (Buenos Aires), Jamaica ATR Gallery (Rosario), Laguanacazul (Calafate), Remota (Salta) y Satélite (Córdoba). Dice presente una sola galería internacional, El Sielo, de Barcelona. “Somos la primera galería de Santa Cruz que llega a arteBA, gracias a esta beca. Estamos presentando Cuero, la primera red de espacios de arte de Patagonia”, cuenta Toia Ibañez, de Laguanacazul. Obras de papel plegado de Melisa López se vendieron a colecciones de Houston y Colorado.
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