Utopia: de ventiladores con proyecciones animadas a “pinturas-pinturas”: distinciones y hallazgos en el sector emergente de arteba
El Premio En Obra repartió una suma récord, US$25.000 entre tres stands y tres artistas
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Un artista o todos, esa es la cuestión del sector Utopia de arteBA, donde se ven las propuestas de arte más emergentes de galerías, espacios gestionados por artistas, organizaciones y otras plataformas experimentales de comercialización. Algunos con muestras individuales y otros con cantidad de artistas, hay tecnologías novedosas como el holo-fan (ventiladores con proyección animada), mucha pintura-pintura, buenas ventas y una calidad pareja.
Este año los bendecidos por el Premio en Obra fueron las galerías NN (La Plata), La Mesa (CABA) y Luogo (Rafaela), y los artistas Alejandro Rosetti (Ohno Galería), Gregorio Rubio (Hipopoety) y Clara Miño (Jamaica).
Es un espaldarazo, porque al ser no adquisición, el premio trae ventas aseguradas. “Tuvimos una recaudación récord este año de US$25.000, aportados por 36 coleccionistas, más del doble que en la última edición. Por eso pudimos dar estos seis premios. Vemos que Utopia está mejor que nunca, con la vara extremadamente alta. Muy difícil tomar la decisión. Un trabajo muy profesional, serio y comprometido”, dice Abel Guaglianone, que organiza el galardón junto con Joaquín Rodríguez.
Pintura-pintura hay en la galería Aura con paleta pastel, en obras de Fernanda Kusel (dos de sus óleos fueron comprados para el Museo Emilio Caraffa de Córdoba) y Lucía Erijimovich. Una de las adquisiciones cordobesas se titula oportunamente Todo a mi alrededor fomenta mi ilusión. En Hypopoety, que el año pasado era la más tecnológica del sector, pasaron a un clima girly: alfombra rosa, sillones de tacones y una pintura hiperfemenina de Paloma Klenik. En Atocha se destacan los lienzos de Julián Medina y Martín Kazanietz, alias Gordo Pelota.
La tecnología del momento son los holo-fans, como los que se ven en la rosarina Jamaica (del uruguayo Lulo Demarco), que en Fundación El Mirador se acompañan de esculturitas 3D danzantes de Alejandro Gabriel. “Estábamos preocupados por la situación económica, pero la verdad es que se está vendiendo muy bien”, cuenta la galerista Mariana Bersten.
La galería platense NN optó por un festival. “El año que viene cumplimos diez años y nos pareció un buen momento para revisar el camino. Tenemos ganas de nuevos desafíos, como pasar al sector principal o ir a ferias en el exterior. Entonces trajimos todo el staff, como en los primeros barrios joven, pero queríamos que se luzcan. Son ocho artistas, y se nos ocurrió hacer cada día solos o dúos”, cuenta Facundo Belén. Para disfrutarlos, este año armaron unas gradas. El primer día, Amanda Tejo Viviani tuvo muestra individual y fue sold out, con una obra ingresando en la colección del Moderno y otras a particulares. Hoy le tocará a hiperrobótica Eva Moro Cafiero, que llega al stand con dos obras vendidas antes de mostrarlas y mañana, recitales de música y poesía de Julien (la obra principal ya está vendida).
Otra estrategia es la de Grasa, que fue con una sola artista, Dana Ferrari, autora de pequeñas acuarelas obsesivas que se sublimaron y amplificaron en tela y armaron como una caja de su obra, que es todo el stand. “Queríamos que el espectador vea los detalles tal como los ve Dana cuando los está pintando. Siempre nos gusta ir mostrando distintos artistas en cada feria y que se destaquen. Se está vendiendo muy bien”, cuenta Carolina Martínez Pedemonte, galerista y artista.
Hay artistas consagrados escondidos en el antes llamado barrio joven. Esta vez, la joya son los desnudos dibujados por Carlos Gorriarena, que se consiguen por US$800 en el stand de Popa. Ahí también están las barbies vírgenes y santas de Pool y Marianela. La premiada coleccionista Amalia Amoedo se llevó una blonda Virgen de Luján.
Luogo optó por artistas que miran sus paisajes nostálgicos, porque son viajeros... de Rufino a Europa, de Colombia a Buenos Aires, de La Rioja a Córdoba. Dibujo, cerámica, pintura. “Me gusta trabajar con artistas que tengan mucho oficio en lo que hacen”, cuenta Sofía Culzoni. Satélite, de Córdoba, tuvo curaduría afín, en tonos tierra: “Se relaciona con el paisaje y los imaginarios, y resignificar las identificaciones y los oficios”.
Fulana de Tafí del Valle, Tucumán, apostó a dos artistas textiles, bien diferentes. Cecilia Villafuerte borda palabras sobre telas con historias, mientras que Karina Sztein tiñe lienzos y los sutura con hilos, ganchos y lanas. OHNO galería apostó a un proyecto con el artista paraguayo Willian Cristaldo que modela en cerámica los siete mitos guaraníes. Se ven junto a las cajitas de objetos encontrados del artista tucumano Juan Ojeda y el puntillismo de lapicera de Carlos López Álvarez (tiene su propio museo galáctico en Bell Ville, Córdoba). “Buscamos la configuración más potente que puede ofrecer la galería”, observa Benjamín Felice. Más galerías de Buenos Aires: Casa Proyecto, Gascón, Intemperie, La copia, La Mesa. También están La Arte (Salta), Pionera (Pinamar) y una internacional, Salón Comunal (Bogotá).
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