Una visita al Chelsea porteño
Las muestras de Rosalba Mirabella, Ramiro Oller, Juan Montes de Oca y Fernanda Cohen coinciden en la calle Humboldt
En la calle Humboldt, donde Palermo se convierte por un rato en un Chelsea porteño, hubo dos inauguraciones en los últimos días: coincidieron en la misma cuadra, en las galerías Braga Menéndez y Elsi del Río.
El modus operandi de Braga Menéndez es exhibir conjuntamente la obra de tres artistas en distintas salas. A la entrada, la tucumana Rosalba Mirabella (1975) recrea escenas familiares y de pequeños acontecimientos con un registro retro. Con minucia de relojero construye maquetas y muñequitos con masilla epoxi a las que luego fotografía, en un procedimiento en el cual la ficción interviene de manera doble: nada es real y todo se asemeja a lo real. Señoritas vestidas con trajecitos y pelo batido posan junto a monjas en un patio de escuela; una pareja de recién casados con la parentela frente a una mesa con mantel a cuadros; un cumpleaños infantil con globos y guirnaldas y niños desobedientes. Artificios de un álbum familiar probable, imágenes de la memoria colectiva de una generación con reminiscencias a las telenovelas de la década de 1960.
En la sala grande, en amplio contraste con la muestra de Mirabella, están los trabajos más recientes de Ramiro Oller (Buenos Aires, 1982), importantes planos y una obra que avanza en el espacio con vidrios recortados. Se perciben varias búsquedas en Oller: la de la geometría obsesiva, la reflexión sobre el espacio expositivo con respecto a la obra, el papel del espectador. Oller construye sus figuras geométricas a través del corte y pegado de vinilos, restos de papel fotográfico, material para polarizar los vidrios. El artista se vale de estos materiales, que reflejan y esconden a la vez, para realizar composiciones más rigurosas en su forma y en una paleta baja acotada a los negros, grises y ocres.
En la pequeña sala de arriba hay un Gabinete de curiosidades , a la manera de los gabinetes del siglo XVII, de Juan Montes de Oca (Buenos Aires, 1967). Lo maravilloso irrumpe en lo cotidiano, hay hombres-pájaro y lugares curiosos, bichos y novias en un conjunto inclasificable, salvo en el mundo de los sueños. Mucho de la tradición surrealista, pintura de caballete y temas tradicionales como el retrato, son abordados con humor e ironía.
A media cuadra de allí, en Elsi del Río, Fernanda Cohen (Buenos Aires, 1980), ilustradora de prestigio y con una trayectoria envidiable, exhibe sus últimos trabajos. Festivos y traviesos, los dibujos representan mujeres, mujeres y mujeres.
A la rigurosidad de la línea contrapone el salpicado que simula ser papel picado y los hilos que conectan a las participantes de esta danza que celebra la vida. Autorreferenciales y catárticos, los dibujos de Cohen se instalan en un lugar más cercano a lo íntimo y a la libertad de expresar los sentimientos a través de la línea.
Ficha. Rosalba Mirabella, Ramiro Oller, Juan Montes de Oca en Braga Menéndez (Humboldt 1574). Fernanda Cohen en Elsi del Río (Humboldt 1510), hasta el 20 de julio
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