“Una vida de poesía”: una antología de poemas sobre los recuerdos, los hijos y el amor
El autor e ingeniero químico presentó su nueva obra, una edición que marca su ingreso a un grupo editorial; “es un libro delicioso, lleno de evocaciones pero también de futuro”, dijo la representante de Planeta
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“Siento que estoy jugando en primera”, dijo Eduardo Kovalivker en la presentación de su nuevo libro, Una vida de poesía, que representa su ingreso en la editorial Planeta. La publicación de la antología de poemas ordenada por temáticas (homenajes y recuerdos, gritos y protestas, hijos, amor) se presentó ayer en una librería en Palermo.
Kovalivker es escritor e ingeniero químico recibido en la Universidad de la Plata. Vivió en Israel y en Francia antes de regresar a la Argentina en 1973. “Siempre me gustó escribir poesía. Me vino del lado de mi madre que me leía canciones épicas, recuerdo la Marcha triunfal de Rubén Darío”, dijo a LA NACION.
“Estamos muy felices en Planeta de reeditar parte de la obra de Eduardo”, dijo en nombre de la editorial la gerente de negocios, Alejandra Gabriela Ramírez. “Planeta no es una editorial específicamente de poesía, y los poetas suelen editar su obra en editoriales especializadas. Es un libro delicioso, lleno de evocaciones pero también de futuro. Eduardo es un visionario, ha andado muchísimo y sigue andando. Gracias Eduardo por confiar en nosotros”.
También participó Antonio Requeni, escritor miembro de la Academia Argentina de Letras y amigo de Kovalivker, quien escribió la contratapa del libro. Llegado su turno, dio un afectuoso discurso para homenajear al poeta : “Con mi antiguo amigo Eduardo Kovalivker tengo gustos comunes y compartimos similares veneraciones literarias. Yo admiro en él su calidez humana y su generosidad. En el plano literario, como podrán comprobar quienes se acerquen al libro, se trata de una combinación de realidad, fantasías y sentimientos e intenciones de denuncia. Todos sus versos respiran sinceridad. Es preciso señalar en él un implícito mensaje de humanidad”.
Requeni aprovechó la oportunidad para reivindicar el lugar de la poesía en la sociedad: “Tengo para mí contra lo que muchos creen, que la poesía cumple una función social que no es otra que la de sensibilizar, espiritualizar, despertar la música que todos llevamos en el alma, hacer al hombre más humano. Cuando la violencia y la frivolidad procuran adueñarse del presente, desprecian el pasado y se desentienden del futuro puede parecer un tanto ingenuo escribir poemas y sentarse ante una mesa para presentarlos. Sin embargo, los poetas, como los pájaros, continúan cantando; insisten en desafiar la hostilidad y la indiferencia y algunos, además, consiguen hacer de sus vidas un armonioso testimonio de amor y solidaridad”.
En un clima de familiaridad, Kovalivker interrumpió la presentación para aplaudir al capitán Roberto Curilovic. Durante la guerra de Malvinas, el piloto Curilovic lanzó desde su avión uno de los misiles que provocó el hundimiento del buque inglés Atlantic Conveyor. También asistió a la presentación Eduardo Belgrano Rawson, quien leyó uno de los poemas de Una vida de poesía.
Por último, Guillermo Piro cerró la presentación hablando sobre la poesía como herramienta para evitar un suicidio. “Es una misión muy alta de la poesía. No sé si Eduardo escribió ese poema, pero creo que él conscientemente se dirige en esa dirección”. Luego parafraseó a Jean Rhys y agregó el nombre del homenajeado: “Todo lo que escribimos es un lago. Hay grandes ríos que alimentan el lago, como Tolstói o Dostoievski. Y también hay hilos de agua, como Eduardo Kovalivker. Yo no importo. Lo único que importa es alimentar el lago”.
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