Una parrilla de Balvanera se transforma en galería de arte con obras de los Mondongo, Daniel Santoro y Marcia Schvartz
El galerista Eneas Capalbo invitó a sus amigos a exponer en Chicho’s, entre banderines y almanaques, trabajos de reconocible impronta popular
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Disfruta, come y bebe que la vida es breve. A media cuadra del Centro Gallego de Buenos Aires y de la Basílica Santa Rosa de Lima está ubicado el bar Chicho’s (Pasco 357), donde hasta fin de mes se exhiben, entre el típico decorado de un bar-parrilla porteño, obras de artistas argentinos contemporáneos. Daniel Santoro, Marcia Schvartz, los Mondongo, Gustavo Marrone, Emiliano Miliyo y Guadalupe Fernández exponen pinturas y cerámicas en un lugar elegido por transeúntes, taxistas y vecinos del barrio de Balvanera.
Las obras se fusionan con fotografías (en una de ellas, Chicho, el dueño del local, posa junto al presidente de la AFA, Claudio Fabián “Chiqui” Tapia), almanaques, banderines, relojes, espejos y botellas de vino, whisky y licor que adornan el bar.
Quien tomó la iniciativa de convocar a los artistas -con trabajos de reconocible impronta popular- es Eneas Capalbo, a cargo de la galería neoyorquina The National Exemplar y con sedes improvisadas en rincones de la ciudad de Buenos Aires. La entrada a Chicho’s es libre y gratuita y, de 10 a 21, los visitantes pueden aprovechar la recorrida para tomarse un café, una copa de vino o saborear el plato del día.
“Como me estoy quedando en Buenos Aires por un tiempo, organicé acá algunos shows con artistas que me interesan -dice Capalbo a LA NACION-. Me mudé hace unos meses a un departamento antiguo sobre la calle Pasco y Chicho’s es el bar que está abajo y se conecta al edificio por un pasillo. Cuando mis amigos vienen a verme, bajamos a Chicho’s. Es como mi living”. A la inauguración de la muestra, días atrás, asistieron amigos de Capalbo, coleccionistas y otros artistas. El juez, influencer y coleccionista Gustavo Bruzzone registró el evento en un video que se puede ver en su cuenta de Instagram.
“A estos artistas les gustó ir ahí, y se me ocurrió hablar con Chicho -cuenta el galerista-. Le gustan las pinturas y aceptó la idea de ver unos cuadros expuestos en el lugar”. La elección final de las obras se adecuó al ecosistema del bar. “Marcia Schvartz trajo uno de esos cuadros que ella había impreso en plástico para mostrar en un mercado de Tilcara y que acá nunca se habían visto; de Daniel Santoro, elegimos una Evita sobre un tejado; de Gustavo Marrone, dos cerámicas de un hombre tomando mate”. Una de las habitués de Chicho’s todas las tardes lleva su mate y su bombilla, pide agua caliente y merienda.
De Emiliano Miliyo, se exhibe una acuarela, Fernando, que rinde tributo al popular trago de Fernet con cola, y (para demostrar que la emergencia social en la Argentina nunca termina) otra de una caja del Plan Alimentario Nacional (PAN) impulsado por el alfonsinismo en la década de 1980. De Guadalupe Fernández, se muestra un paisaje urbano en dos tiempos, con pósteres de Maradona (en el bar no falta una imagen del ídolo deportivo). Mondongo llevó un microrretrato de Sergio De Loof, que también tuvo bares. “Era mi más viejo amigo de la Argentina y gran amigo de los Mondongo”, dice Capalbo.
Hay que aguzar la mirada para descubrir las obras. “No vaciamos las paredes, sacamos algunas cosas para colgarlas en los mismos lugares donde estaban. La escala de las objetos también la respetamos. Si las ves, no te das cuenta de que esto es algo montado; podrían perfectamente estar ahí desde siempre”, observa el galerista. A Marcel Duchamp le hubiera encantado la propuesta.
Los horarios de la galería son los del bar y las obras no están a la venta. “Es para ir, comer o tomar algo y ver esto de la misma manera que la gente mira los banderines o las fotos que hay en cualquiera de estos típicos lugares porteños”, concluye Capalbo. Hasta fin de mes, los amantes del arte, la amistad y los bares pueden programar una visita.
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