Una odisea por amor al arte: de Rosario a Lima en auto, para estar en la feria Pinta PArC
Los directores de la galería rosarina Subsuelo decidieron viajar por tierra con las obras de los artistas que exhiben hasta el domingo en Perú; crearon una cuenta de Instagram para registrar la aventura
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LIMA.- “Hicimos 4000 kilómetros en seis días, y en cada badén o loma de burro sufríamos un poco”, dice a LA NACION Daniel Pagano, galerista y arquitecto rosarino, recién llegado a Lima. En la capital peruana se acaba de inaugurar la 11ª edición de la feria Pinta PArC y su galería, Subsuelo, es una de las 14 argentinas participantes. Pero él y su socio, Daniel Andrino, fueron los únicos que decidieron viajar en auto, cargado con obras de María Crosetti, Beatriz Trepat, Abel Rodríguez y Belén Rimini.
Con esas fotografías, cerámicas, dibujos y pinturas enmarcadas con vidrio anduvieron por Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca. Se turnaron para manejar con su amiga María Cecilia Roggero, a quien apodaron “Carola Casini” por el personaje interpretado por Araceli González en la novela de fines de los ‘90.
De nada sirvió su afán por pisar el acelerador, sin embargo, cuando cruzaron la cordillera por el Paso de Jama, a 4200 metros de altura. No tuvieron en cuenta que los autos también se apunan. “El dueño de un hostel nos explicó que, cuando se ralentiza, hay que dejarlo en punto muerto y acelerar para descarbonizarlo”, dicen ahora, ya relajados con su stand montado en Casa Prado.
Otra experiencia inesperada fue la “muestra” que tuvieron que improvisar alrededor de la Kangoo, cuando las autoridades peruanas de migraciones comenzaron a indagar qué eran esas “obras de arte” que habían declarado. Después de siete horas de trámites y el pago de una caución, lograron que les sellaran los pasaportes. “Las obras se encontraron con nuevos espectadores, en un ámbito que nada tiene que ver con el comercio”, recuerda divertido Andrino. “Anteriormente lo habíamos hecho en avión –agrega Pagano- y es bastante más sencillo”.
¿Por qué decidieron embarcarse en semejante aventura, entonces? “Un poco para descomprimir el efecto de la feria, que siempre es muy caótico y vertiginoso. Este traslado propone otros tiempos. Es una especie de vacación previa y posterior a la feria. Un poco eso fue, una locura”, explica este último, que tiene tatuado el recuerdo de un viaje similar: la imagen de la camioneta Volkswagen en la que viajó con un grupo de amigos a Brasilia, en 2008. Gracias a esa experiencia pudo conocer a Oscar Niemeyer y ver cómo, a los 102 años, fumaba habanos que le había regalado Fidel Castro.
Algo de ese espíritu recuperó en los últimos días, en la ruta, mientras escuchaba en la ruta playlists con música de Louta, Charly García y Fito Páez. Si bien registaron todo en una cuenta propia de Instagram, @rosarinos_por_el_mundo, decidieron hacer el recorrido de una manera “analógica”. Es decir, sin reservas previas en los lugares donde se hospedarían.
“Eso nos permitió tener más flexibilidad –agrega Pagano-, ver nosotros mismos dónde podríamos tomar una ducha, descansar y luego salir nuevamente a la ruta al día siguiente. Pudimos hacer poco turismo, pero recorrimos las Líneas de Nazca y visitamos la Laguna de Huacachina en Ica, Perú. Fue un gran logro llegar con todas las obras intactas”.
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