Una marea de lectores, entre historias al paso y ofertas, en la Noche de las librerías
Con varios escenarios sobre la avenida Corrientes y con un nuevo circuito barrial de Villa Ortúzar a Boedo, la tradicional jornada volvió a convocar a miles de personas en busca de promociones y charlas de autores
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Para LA NACIONCecilia Martínez
La avenida Corrientes, con su eterna vitalidad, volvió hoy a transformarse en un inmenso paseo literario en la Noche de las librerías. Entre Callao y Cerrito, las palabras fueron las protagonistas en una nueva edición de esta fiesta cultural que celebró la literatura con charlas de autores, actividades, grandes ofertas y libreros consultados satisfechos con la afluencia de público y las ventas.
Un público curioso y a la búsqueda de oportunidades recorrió la emblemática avenida, este año cortada al tráfico entre Cerrito y Callao en un solo carril (salvo en la cuadra de Cerrito y Libertad; los años anteriores el corte se realizó en todo el trazado y en ambas manos), en busca de ofertas y lecturas recomendadas.
El Ministerio de Cultura porteño estimó que cerca de 90 mil personas participarían del evento hasta la madrugada, especialmente tras sumarse este año al programa distintos circuitos barriales como San Telmo, Palermo, Villa Crespo, Colegiales, Parque Chas y Villa Ortúzar. Según las primeras estimaciones, el caudal de ventas superó el de un sábado habitual ante la oferta de libros con descuentos y pagos con reintegro.
“Es una noche especial que los libreros esperamos siempre con ansias”, señalaron en una de las 60 librerías participantes. A lo largo de todo el recorrido el público rodeó desde temprano mesas rebosantes de ejemplares con valores a partir de $2.500 para ediciones en tapa dura de personajes de la antigua Grecia o mujeres de la historia como Clara Campoamor o Indira Gandhi, además de clásicos de Shakespeare, Cervantes, Lovecfrat, Dumas o referentes como Paul Auster.
En mesas de usados de otras librerías, por valores similares, algunos compradores optaron por obras de Hemingway, Sábato o Borges, junto a libros de arte, tecnología o historia. Ediciones nuevas de bolsillo de Neruda, Hesse, García Márquez, Philip Roth y John Connolly, así como algunos hits de la literatura rusa o de poetas como Rimbaud o Whitman, Octavio Paz o Alfonsina Storni, también se hicieron hueco a precio en ofertas, junto a propuestas infantojuveniles, como ediciones pocket de Elige tu propia aventura ($6.000), o ejemplares didácticos para aprender a contar, conocer el cuerpo humano o colorear por $2.200.
En paralelo, los escenarios emplazados a lo largo de la avenida ofrecieron una variada programación. Junto al Obelisco, figuras como Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri y Florencia Canale compartieron sus perspectivas sobre las lecturas y la escritura. Allí, una gigantesca Mafalda, recién llegada de su gira por Estados Unidos, invitó a los asistentes a sacarse selfies que parecían salidas de una tira cómica. Junto al inflable, la periodista Cecilia Bona relató frente a numeroso público los distintos “viajes y sueños cumplidos” por el personaje de Quino, como su visita a la sede de la ONU o su participación en los Premios Emmy, en el año en que la gran creación del dibujante cumple 60 años. “Detrás de Mafalda estamos nosotros: la Argentina”, apuntó la relatora.
Liliana Heker y Julia Coria compartieron más tarde reflexiones sobre su experiencia con la lectura. “Mi manera de concebir el sueño era que me leyeran”, contó Coria, que recordó uno de los libros que recibió de regalo en su infancia: una versión infantil del Quijote. Una maestra le hizo leer entera la colección Robin Hood y aquello le “generó un vicio”. Luego vendrían otras influencias, cimiento de su futuro como escritora. “Si uno sobrevive a las lecturas que les dan los malos profesores de literatura en el colegio, ya es un lector”, ironizó Heker, quien compartió que con solo 12 años llegó a su manos Los Miserables. Tras lecturas “desordenadas”, llegaron autores como Sartre, que ordenaron su “visión del mundo”, y conoció a Borges, Arlt y Marichal, “fundantes de nuestra literatura”. Para Heker, “uno está hecho de muchos autores, y releer es releerse”, idea que Coria completó citando a Fabio Morábito: “Él marca los libros con la intención de volverlos a leer dentro de 40 años”.
Otros referentes de las letras, la enseñanza y la música también eligieron textos que dejaron huella en su formación, como Hilda Lizarazu, Jorge Consiglio, Guillermo Piro y Gaby Comte, quien leyó un fragmento de uno de los textos que más se han leído en Argentina “y que formó parte de muchas generaciones”: el libro de Doña Petrona. Alejandra Laera, investigadora el Conicet, leyó uno de los títulos que han estado en el centro de la polémica en las últimas semanas: Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara.
En la avenida Corrientes, que recibió la visita del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y la ministra de Cultura de la Ciudad, Gabriela Ricardes, que intercambiaron palabras con los libreros, centenares de jóvenes, niños y adultos disfrutaron de otras actividades en el sector Audiorama, donde con auriculares y en reposeras escucharon audiolibros. En otros stands, los más chicos intervinieron fotos con collage y bordaron diseños y títulos de libros.
En el Escenario Lavalle, la música y la literatura se fusionaron en un tributo al jazz de Charlie Parker y las letras de Julio Cortázar, presentado por el Yamile Burich Trío. También destacó la charla con Cucuza Castiello sobre tango y rock, y una entrevista a Luis Novaresio, quien debutó como novelista este año.
El circuito incluyó estaciones temáticas como la Estación Rayuela, donde los thrillers contemporáneos y la literatura coreana captaron la atención de los lectores, y la Estación Adán Buenosayres, que cerró con un intercambio entre Hugo Alconada Mon y Cristina Mucci sobre los inicios de la investigación criminal en la ficción. Los más pequeños tuvieron su espacio en las actividades de la mano de Lula Bertoldi, quien presentó su primer libro infantil.
Además, en los stands del gobierno porteño, los lectores pudieron asociarse sin costo a la Biblioteca Pública Digital Jorge Luis Borges.
Todavía quedan varias horas para el cierre de la jornada, previsto para la 1 de la madrugada.
Por Cecilia Martínez
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