Una madrugada con gritos y golpes
Tenso debate de los 60 diputados mientras se sucedían hechos de violencia en la Legislatura
Una imagen bastante lejana a un debate de ideas democrático fue la que se vio en la madrugada de ayer, cuando el proyecto que modificó las Juntas de Clasificación Docente se trató en la Legislatura porteña, en la última sesión ordinaria del año.
Por un lado, el recinto colmado con la asistencia perfecta de los 60 legisladores; por el otro, violencia, ruidos de bombas de estruendo y fuertes golpes de manifestantes que pretendían ingresar. Y, en los pasillos, efectivos de la policía arrojaban agua con mangueras para intentar disuadir a quienes pretendían entrar por la fuerza.
Victoria Morales Gorleri (Pro) presentó el proyecto de reorganización de las juntas y se manifestó "alegre" por haber llegado a un consenso. La prosiguió en el uso de la palabra el legislador del Frente por la Victoria Francisco "Tito" Nenna, quien desafió: "Que alguno de los gremios diga que está de acuerdo con este proyecto consensuado".
María Elena Naddeo (Frente Progresista Popular) dijo: "Estamos sesionando con custodia en medio de una manifestación masiva. Eso habla de un origen ilegítimo de la norma". Por su parte, el presidente del bloque de Pro, Cristian Ritondo, interrumpió numerosas veces a todos y, por la madrugada, sus efusivas intervenciones le había costado una disfonía. "Si hubiéramos mandado nosotros a la patota, no hubieran sido nuestros legisladores los agredidos", dijo Diana Martínez Barrios (Pro).
Martín Hourest (GEN) realizó una autocrítica a la forma en la que se desarrollaba el debate, que para esas horas había tocado muchas veces la violencia en el exterior, pero omitía los modos en los que se trataron los diputados. "El conflicto real es un conflicto de poder. Estamos en un modelo de te aporreo o me aporreas vos a mí . La preocupación no debería ser si son los gremios o no quienes nombran a los docentes, sino cuál es el futuro que van a tener nuestros pibes", dijo.
La kirchnerista María José Lubertino afirmó que no había "tranquilidad espiritual" para debatir cuando la policía estaba "disparando balas de goma a los manifestantes". Fue interrumpida por los gritos de los presentes e interpelada por el presidente de la Cámara, Oscar Moscariello: "¡Defienda la casa legislativa y la democracia, diputada!", mientras, a su lado, Ritondo levantaba una piedra del tamaño de un adoquín que había sido arrojada desde el exterior. Un símbolo de una noche agitada.
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