Una escena con grandes actores
Cinco años atrás se podía encontrar a Robert Storr, director general de la Bienal de Venecia 2007, comiendo un bife en Recoleta. Ahora camina por las calles porteñas Carolyn Christov-Bakargiev, directora artística de Documenta 13, una de las principales muestras de arte contemporáneo del mundo. Buenos Aires atrae a coleccionistas internacionales y a algunos de los curadores más influyentes del planeta; sobre todo en estos días, en que arteBA celebra sus veinte años. Bien lo saben los artistas que llegaron desde Egipto, Japón, Suiza, Noruega, Gran Bretaña, Irlanda, Alemania y Francia, entre otros países, para exponer en el Cceba y participar de las residencias URRA. "La escena artística e institucional de Buenos Aires creció mucho gracias a arteBA", aseguró Mari Carmen Ramírez, del Museo de Bellas Artes de Houston, quien acaba de dictar un seminario en la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes. Ella viajó por primera vez a la Argentina en 1986 y fue testigo de la evolución de la feria. Ayer habló en el auditorio, que reúne a otros importantes curadores como Abaseh Mirvali (a cargo de U-Turn Project Rooms, un nuevo espacio de arteBA con galerías de Alemania, Brasil, México, Colombia y la Argentina), Julieta González (Tate Modern, Gran Bretaña), Michel Blancsubé (Jumex, México), Cecilia Fajardo-Hill (Molaa, Estados Unidos) y Jochen Volz (Inhotim, Brasil).
También Gabriel Pérez-Barreiro, director de la Colección Patricia Phelps de Cisneros, habló ayer en el auditorio, considerado por arteBA Fundación "imprescindible para la identidad de la feria".