Una colección de obras al aire libre transforma una isla del Tigre en un espectáculo de luz y arte
En 3D, con hologramas o en un mapping, el trabajo de artistas como Julio Le Parc, Gyula Kosice y Rogelio Polesello revive de noche en los jardines de El Descanso; un circuito entre esculturas reales y virtuales
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Una sensación intensa invade el cuerpo en XReal, experiencia que conjuga arte físico con arte digital a cielo abierto, como en una especie de museo ideal para recorrer en pandemia. La novedad es convertir obras emblemáticas de grandes maestros cinéticos en piezas virtuales, cuyo peso en el mercado del arte está alcanzando récords. Así, tras la puesta del sol en la isla El Descaso, en el Tigre, este espectáculo sumerge al público en hologramas flotantes que recrean trabajos de Gyula Kosice, Martha Boto, Eduardo Mac Entyre, Ary Brizzi, Rogelio Polesello y Perla Benveniste, entre otros. Y un lugar especial está reservado para la proyección del mapping con obras digitalizadas de Julio Le Parc, que integró el gran homenaje en Buenos Aires al maestro de la luz y el movimiento.
Proyectado sobre la vegetación y en un árbol, y con el tenue sonido de los grillos de fondo, la intervención de Le Parc resulta absolutamente diferente de la que se vio en el Obelisco en 2019. Los colores devienen fulgurantes. Se aprecia en detalle y con nuevos matices la sincronía entre el movimiento de las formas y la música. Suenan tangos de Piazzolla, Pugliese y Troilo; partituras clásicas (Wagner, Beethoven, Bach y Stravinski, Debussy); Gershwin, Paco de Lucía y Chet Baker. Yamil Le Parc interpreta en una grabación “Vuelvo al sur”; en otro momento, en diálogo con LA NACION, el hijo del maestro radicado en Francia anticipa que un mapping con obras de su padre -que ya se aplicó las dos vacunas contra el coronavirus- se realizará sobre el Cristo del Corcovado durante el Rio Light Festival, en octubre.
En un terreno de 40 hectáreas ubicado en las márgenes del río Sarmiento, la pareja de coleccionistas conformada por Claudio Stamato y Felipe Durán, dueños y anfitriones de este espacio, unieron vida y arte. Alma mater del proyecto, Stamato comenzó a comprar las primeras parcelas en la isla hace 30 años; Durán lo acompaña hace doce. Antes de la pandemia, el lugar era visitado por turistas extranjeros y se alquilaba para eventos corporativos y fiestas. Ahora, hay un nuevo restaurant y como alternativa a la exclusiva experiencia XReal se suma también la posibilidad de visitar el predio para realizar caminatas por el jardín entre las esculturas.
“Gracias a los acuerdos con las familias y herederos de los artistas podemos representar más de 700 piezas que ellos dejaron en vida y convertirlas en 3D, exponerlas en el parque y luego llevarlas para que se vean en jardines botánicos de todo el mundo”, explicó Durán, quien impulsó esta iniciativa junto con Beto Resano y Gustavo Errico, tras desarrollar la aplicación UXart.
Durán está convencido: “Ahora las obras de los artistas pueden tener un alcance masivo y simultáneo para que las personas de todo el mundo puedan recibir y adoptar este nuevo tipo de arte en sus vidas”. En las distintas ediciones de XReal, que se harán durante diez sábados, se irán agregando nuevos hologramas.
“Empezamos a desarrollar esta muestra virtual a cielo abierto al darnos cuenta de que el grupo GRAV, que lideró Julio Le Parc, y el movimiento cinético argentino habían escrito en sus manifiestos que ellos siempre consideraron al arte como algo etéreo, algo que debería ser masivo y alcanzar a todos”, señala Durán. También tuvo en cuenta el “museo sin muros” que propuso Malraux.
Esta sintonía maravillosa entre arte y naturaleza habita también en Pinamar, con una galería a cielo abierto de esculturas en la costa –algunas de artistas que también tienen obra en El Descaso—, y en el PEP, el Parque Escultórico de esa ciudad en los jardines y links del Golf.
Un circuito paso a paso
En los lagos de El Descanso se reflejan cerezos de flor, glicinas y fresnos dorados. Durante una caminata se encuentran praderas silvestres creadas especialmente para atraer mariposas y llegar al puente del ángel del amor. Hay colibríes, especie de pájaro real y virtual: como en una pompa de jabón, la luz rebota en sus plumas iridiscentes creando una paleta de colores vibrantes única. Inspirados en los jardines de Claude Monet en Giverny, es posible transitar por los puentes del agradecimiento, de la aceptación, la paz, la abundancia y la prosperidad. Entre más de 5 mil especies de árboles, plantas y flores, se erige un templo dedicado a la fe ecuménica, donde, cuenta Stamato, “son bien recibidas las personas de todos los credos y suelen realizarse bodas”.
De composición octogonal, hay una pieza de más de once metros de alto de la serie De la Ribera, de Bastón Díaz, hecha con fragmentos de embarcaciones: el artista crea la ilusión de haber rescatado esos cascos oxidados del fondo del agua. Por la noche, iluminada con una luz resplandeciente color carmín, la obra se transforma: parece una forma futurista, una construcción extravagante salida de una pintura metafísica, que se une conceptualmente a los juegos de luces láser.
Frente a un espejo de agua, se encuentra A toda orquesta con la naturaleza, una versión de la instalación del artista Carlos Gallardo que puede verse en la plaza frente al Teatro Colón. Se trata de un conjunto de atriles con tierra, vegetación y hasta nidos de aves reales, en simbiosis perfecta con el hábitat.
Está también la monumental placa de hierro de Marie Orensanz, con letras caladas, que permiten un juego con la luz, y cuyo texto dice: “Tenemos el poder de elegir”. Una versión del Tritón de la artista argentina Vivianne Duchini cobra vida cuando hay sudestada y la figura, que alude a la legendaria criatura mezcla de hombre y pez, queda semisumergida en las aguas.
Las sillas de la armonía es una obra de Pablo Reinoso en la cual el espectador puede subirse, parado, e impulsarse de modo parecido a un columpio.
La colección se completa con piezas escultóricas de Pablo Curatella Manes, Alicia Penalba, Edgardo Madanes, Antonio Canova, Jorge Gamarra, Julio le Parc, Juan Pablo Marturano y dos torsos de José Fiorovanti, que pueden apreciarse en una visita, sin necesidad de reserva.
En cambio, XReal conjuga la intervención escultórica in situ con una experiencia digital vertiginosa: los hologramas dan la impresión de flotar en la noche.
Para agendar
- Caminata de circuito chico, con salida estación desde la fluvial, muelle Sturla. El recorrido guiado es de una hora, incluye snack y regreso a la Estación Fluvial. De miércoles a domingos y feriados, a las 11.30; 14.30 y 15.30. No requiere reserva. El precio es $1650.
- El ciclo XReal contará con 10 fechas; la próxima experiencia es el sábado 20. El tiempo de viaje desde la estación fluvial hasta El Descanso es de 20 minutos en lancha. Con transporte náutico ida y vuelta desde Puerto de Tigre (Sturla), recorrido guiado, exhibición lumínica y virtual, comida y barra libre (restaurante a cargo del Chef Daniel Hansen, ex dueño de La Pécora Nera), el precio de la experiencia es $7800. https://livepass.com.ar/events/x-real
- También se pueden consultar por los Summer lunch (recepción, almuerzo con vino libre, recorrido con guías antes y después del almuerzo y transporte incluido). De miércoles a domingos y feriados.
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