Una carrera hecha de crímenes
En los últimos cuatro años, el novelista de La voz del violín (Emecé) vendió más de tres millones de ejemplares de sus libros. El protagonista de sus relatos policiales, el comisario Montalbano, ya se ha convertido en un héroe popular a la manera del Maigret, de Simenon. La fuente de inspiración del escritor siciliano es su isla natal, donde recibió las enseñanzas de Leonardo Sciascia.
ANDREA CAMILLERI, nacido en 1925 en Porto Empedocle (Agrigento), es el protagonista de un fenómeno inédito en la literatura italiana: ha vendido casi tres millones de libros en los últimos cuatro años y, en las clasificaciones de los diarios, cuatro o cinco de sus novelas figuran simultáneamente entre las más vendidas desde hace ya dos años. A Camilleri lo incomoda que se hable en esos términos de su éxito descomunal. "La historia del fenómeno Camilleri es muy discutible, porque yo más bien diría que el fenómeno fue el público. Hace veinticinco años que escribo novelas, y hasta hace cuatro, prácticamente nadie había observado mis libros. Por otra parte, confirmando la historia de que nadie es profeta en su tierra, la mayor indiferencia fue la de los sicilianos. Los que, paradójicamente, me descubrieron fueron los periódicos del circuito alpino: Fiume, Trieste, Bolzano y Aosta. La única explicación posible -no siendo yo un escritor mitteleuropeo, sino todo lo contrario- es la de la lengua. Yo no escribo en italiano, sino en un mixto de italiano y dialecto siciliano; sólo quienes viven en una realidad bilingüe, como todos los italianos en zonas de frontera, eran capaces de aceptarme con mayor elasticidad y predisposición. El fenómeno, en primer lugar, comenzó con la recomendación de boca en boca por parte de los lectores; en segundo lugar, no voy a negar que, en realidad, fue luego de mis sucesivas apariciones televisivas en diferentes talk-shows , cuando el número de libros vendidos aumentó drásticamente: de 5000 copias en 1996 a 180.000 en 1997 y más de 2 millones en 1999."
El escritor siciliano no ha cambiado sus hábitos cotidianos. Vive desde hace cincuenta años con su mujer, en su modesta casa en el norte de Roma, donde los muebles, viejos y no antiguos, guardan coherentemente los signos de una vida transcurrida en familia. Camilleri prefiere resumir así su biografía: "Yo nací en Sicilia, donde transcurrió toda mi infancia y juventud. Estudié Letras en la Universidad de Palermo y, a los veinticuatro años, vine a Roma, me gradué en la Academia de Arte Dramático y comencé a trabajar como director de teatro, televisión y radio. Durante vientisiete años fui docente de Dirección en la misma escuela. Mi primera novela, Il corso delle cose , la terminé en 1968 y, durante diez años, todas las editoriales la rechazaron. No hice de esto una tragedia, pero lo cierto es que por diez años no volví a escribir una sola línea que no fuera exclusivamente para mi trabajo."
El punto de inflexión en su carrera fue la aparición de sus novelas policiales, traducidas ya a siete lenguas, que tienen por protagonista al comisario Salvo Montalbano, un hombre de mediana edad, corpulento, de rasgos mediterráneos, viril, solitario, esquivo, soltero aunque comprometido y de principios éticos a la antigua, inquebrantables. Montalbano trabaja en Vigata, un pueblo imaginario de Sicilia, donde la justicia, el Estado y la muerte adquieren nuevos significados. La fórmula del éxito, que se mantuvo fiel a lo largo de sus hasta ahora cinco historias ( El perro de terracota , La voz del violín y el volumen de cuentos Un mes con Montalbano han sido publicados en Argentina por Emecé), siguió los derroteros de la televisión italiana y acaparó en mayo de 1999 la mayor audiencia del año. Ante la pregunta de cuál es precisamente la relación del personaje con el escritor español Vázquez Montalbán, Camilleri contesta: "Es cierto que llamé a mi personaje Montalbano para homenajear a Vázquez Montalbán, a quien entonces no conocía, pero cuyas novelas (aunque justamente las que no eran policiales) yo admiraba. Por eso, mi deuda con el escritor no es por Pepe Carvalho, sino un tributo a su obra. Mientras escribía Il birraio di Preston , se me presentó un problema con la estructura de la novela. Me pregunté, entonces, por qué no seguir la técnica del escritor español en su libro El pianista , en que toda la trama está narrada inversamente desde el punto de vista cronológico. Esta fórmula fue la que yo adopté y, a cambio de ello, llamé a mi personaje Montalbano que, dicho sea de paso, es un apellido muy difundido en Sicilia."
La relación con Montalbán ha crecido: ambos se han reunido en octubre del año pasado para comenzar a escribir juntos un libro, un diálogo entre dos escritores. "Hay un punto de partida -señala Camilleri- que es la cuestión central acerca de cómo dos personas, cuya juventud estuvo signada por la dictadura, por supuesto en diferente medida, llegaron a vivir y actuar en una realidad diversa: es un libro que intenta definir a una generación."
La literatura italiana ha tenido a lo largo de este siglo varios escritores (Gadda, Pasolini, D´Arrigo y Consolo, entre otros) que, experimentando con el italiano, buscaron una lengua inédita que diera cuenta de la realidad multifome y policéntrica de su cultura. "En mis libros -afirma Camilleri- la elección del dialecto está ligada a la búsqueda de un mayor coloquialismo. El control que yo mismo ejerzo sobre ellos es oral: mi esposa, que es una santa mujer, es la primera a quien le leo mis historias. Así, me escucho a mí mismo hablando y verifico si la escansión de la prosa respeta siempre el ritmo de la lengua oral. Nada tienen que ver mis libros con los de Vincenzo Consolo, para quien la utilización del dialecto es una reivindicación política."
Pese a su evidente elección lingïística, que lo ubica claramente en el ámbito de los escritores sicilianos, Camilleri prefiere llamarse un autor italiano nacido en Sicilia, y no lo contrario. Sin embargo, le es inevitable reflexionar acerca de la sicilianidad, la condición del hombre isleño, resignado ante la violencia e impostura de la Historia, que Sciascia hizo extensiva, metafóricamente, al hombre contemporáneo. "Pertenezco al universo de la literatura siciliana, desde el momento en que he abordado los temas que preocupan a los sicilianos. Además, yo tengo muchas deudas con Leonardo Sciascia. El fue quien me instó a escribir mi primer ensayo histórico, La strage dimenticata , y me presentó a Elvira Sellerio para que lo publicara. Había tres grupos en torno a Sciascia: sus íntimos, que lo llamaban "Naná", los que lo llamábamos "Leonardo" y los que le decían "Sciascia". Yo admiraba de él su escritura, su italiano límpido, lúcido y filoso como una espada, pero yo iba por el camino contrario. Cuando a veces me flaquean las fuerzas, vuelvo a leer a Sciascia que, dicho vulgarmente, es para mí como ir al mecánico. La ironía -que comparto con los sicilianos- es un modo de ver el mundo. A esa pregunta hecha por Sciascia en su espléndida novela El consejo de Egipto , ´¿Cómo se puede ser siciliano?´, yo respondería que es posible sólo con ironía."
Perfil
- Formación: Andrea Camilleri nació en 1925, en Porto Empedocle, Sicilia. Se educó en un ambiente que, desde el punto de vista literario, estaba presidido por el recuerdo de un gran siciliano, Luigi Pirandello. También recibió la influencia de otro isleño ilustre: Leonardo Sciascia. Este escribió obras notables en las que la intriga trascendía la investigación de crímenes para convertirse en una indagación metafísica.
- Exito: Camilleri produjo para la televisión italiana la serie del inspector Maigret, sobre las narraciones de Simenon. Las influencias de éste, de Sciascia y de Vázquez Montalban lo llevaron a crear al comisario Montalbano, protagonista de relatos, que hoy vend en millones de ejemplares.
- Obras: El perro de terracota , Un mes con Montalbano , La forma del agua. En La voz del violín cuenta la historia de una mujer asesinada, de un gran artista y de un violín que encierra un enigma.