Un “robot murciélago” convierte en rompecabezas digitales obras de Berni y Frida en el Malba
Google comenzó el registro fotográfico en alta definición de 75 pinturas emblemáticas de la colección del museo y de Eduardo Costantini, para sumarlas a su plataforma cultural gratuita
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Será como observarlos con una lupa, con mayor definición de lo que se alcanza a ver al acercarse a centímetros de la obra: los ojos y las arrugas del personaje que está en primer plano, el pan que sostiene en la mano el nene que participa de la multitudinaria marcha, el cartel que se eleva hacia el fondo de la escena callejera, con un contundente reclamo: “Pan y trabajo”.
Detenerse en cada detalle de Manifestación (1934), de Antonio Berni, es lo que permitirá la Art Camera de Google que registró hoy esta pintura emblemática de la colección del Malba, para sumarla a su plataforma cultural gratuita junto con otras 74 del acervo del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires –que tiene más de 600– y de la colección personal de Eduardo Costantini. Entre estas últimas Diego y yo, el autorretrato de Frida Kahlo que marcó un récord en subastas para el arte latinoamericano.
El proceso será similar a lo que sucedió hoy en el primer piso del Malba. La cámara que llegó desde California trabajó a solas en la sala frente a la pintura, iluminada por varios proyectores, con el fin de cumplir su misión: crear imágenes de gigapíxeles. “Cada imagen digital se compone de más de mil millones de píxeles, permitiendo descubrir cada centímetro de las obras, incluso acceder a detalles demasiado pequeños para identificar con el ojo humano”, explicó Sabrina Valls, responsable de comunicación de Google Arts & Culture en Argentina.
Para no generar interferencias en la luz ni vibraciones en el piso, un equipo local de cinco fotógrafos capacitados a distancia por Google supervisó durante más de cuarenta minutos desde la sala contigua, en la penumbra, el sistema robótico encargado de dirigir el proceso en forma automática. La lente de 300 milímetros, similar a las que se usan para registrar los partidos de fútbol, se enfocó primero el centro, siguió por las cuatro esquinas y se dedicó luego a completar el resto, hasta sumar 866 fotos en alta resolución.
Equipado con un láser y un sonar, este sistema apeló al sonido de alta frecuencia –el mismo que usan los murciélagos al volar en la oscuridad– para medir la distancia respecto de la obra y asegurarse de que el foco fuera correcto en cada pincelada. Un software se encargará luego de unir en Estados Unidos las piezas en una sola imagen, como si armara un rompecabezas digital.
Esta imagen de altísima calidad será un importante aporte a “Manifestación en foco”, proyecto online lanzado hace un año por el Malba en el marco del vigésimo aniversario del museo y a cuatro décadas de la muerte de Berni, que culminará el lunes con un encuentro público y gratuito con especialistas, en el que se anunciarán los resultados de una amplia investigación.
Según anticiparon desde el museo, el uso de luz ultravioleta permitió revelar detalles del proceso creativo del artista rosarino, como los retoques que realizó a medida que avanzaba en su trabajo. Por ejemplo, tapar el ojo de un manifestante con el sombrero de otro sobre la tela de arpillera. Desde el museo recuerdan que, influido por el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, “Berni construyó una pintura mural transportable y adecuada para su época, capaz de ser mostrada en fábricas y sindicatos, grandes reuniones y situaciones de conflicto”.
La tecnología expandió esos límites. El registro de Manifestación se contará entre las versiones digitales de 75 del Malba que podrán verse desde 2023 en Google Arts & Culture, plataforma que abarca contenidos gratuitos compartidos online por más de 2000 instituciones culturales de 80 países. Para celebrar sus 15 años en la Argentina, Google decidió sumar piezas icónicas de las colecciones iniciadas por Costantini –la donada en 2001 al museo y la que comenzó entonces– a más de una veintena de instituciones culturales argentinas ya presentes en artsandculture.google.com. Entre ellas se cuentan el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y Colección Amalita.
Este proceso comenzó hace diez días, en el subsuelo del museo, por las obras de menor tamaño. La primera fue Vallombrosa (1916), de Emilio Pettoruti, y siguió una veintena hasta llegar a Manifestación. Los expertos calculan que demandará un mes completar el registro, que abarca por lo menos una obra de cada artista seleccionado. En algunos casos más de una, como ocurre con las dos de Frida Kahlo que tienen sala propia en la muestra Tercer ojo. Colección Costantini; con Berni –se sumarán La Gran tentación (1962) y Susana y el viejo (1931), entre otras– o con Jorge de la Vega. De este último se incluirán Rompecabezas (1969) y su última pintura sin terminar, interrumpida por la muerte en 1971. A partir del año próximo, tendrá una nueva vida digital.
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