Un recorrido sobre el arte surrealista
Hoy abre una muestra con obras del movimiento surgido en los años 30 en la Argentina
El surrealismo "busca la liberación del hombre", según palabras de Aldo Pellegrini, crítico de arte e impulsor infatigable del movimiento surrealista en nuestro país. Esa vocación puede apreciarse en la muestra Surrealismo argentino. Presencia y avatares , que se inaugurará el jueves, a las 18.30, en el Pabellón de las Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina (UCA).
La exhibición reúne 155 obras, entre pinturas, grabados y esculturas, que pertenecen a la colección del psiquiatra y crítico de arte Mauricio Neuman. La muestra se propone mostrar no sólo a los referentes paradigmáticos del movimiento de vanguardia que se inició en nuestro país en la década del 30, como Juan Batlle Planas y Roberto Aizenberg, sino también a quienes tuvieron alguna etapa surrealista, como Antonio Berni. Y, además, artistas en cuya obra se advierte la influencia del movimiento.
En 1924, el francés André Breton firmó el Manifiesto Surrealista, obra fundamental del movimiento que "siente la influencia del psicoanálisis y pretende utilizar las pulsiones y los sueños por medio de técnicas indirectas, como la escritura automática", explica Neuman en el catálogo de la muestra.
La obras presentan un desafío al espectador: ensanchar los límites de la imaginación, que es lo que se propuso el surrealismo. Así, cada pieza se vuelve un mundo de elementos que permiten múltiples vinculaciones, significados y formas. A su vez, la exposición persigue "un carácter didáctico", explicó a LA NACION la directora del pabellón, Cecilia Cavanagh.
En el óleo de Berni Naturaleza muerta, es difícil no vincular la cuchara con las imágenes plásticas de Salvador Dalí, figura clave del surrealismo, señaló Cavanagh. En tanto, los grabados de Pompeyo Audivert, como el de la Serie de los reyes , reúnen objetos disímiles, como un enorme ojo, el rey de oros, la silueta de un esqueleto, característico del movimiento.
También hay cuadros de Víctor Chab, que se orientó hacia el surrealismo en los años 50, como Proyección de la nada , de 1973, entre otras. Las obras de Ideal Sánchez, miembro del Grupo Orión, que nació en 1939 con una estética surrealista, dan cuenta de las ramificaciones que el movimiento tuvo en la Argentina.
El humor, como una de las expresiones a través de las que se manifiesta el inconsciente, también caracteriza al surrealismo. La obra Es negocio comprar arte, de Fermín Eguía, es uno de esos ejemplos.
La precisión formal de Aisenberg, discípulo de Batlle Planas, se despliega en cuadros y en esculturas. Obras de artistas de distintas generaciones como José Planas Casas, Mildred Burton, Juan del Prete, Raquel Forner, Guillermo Roux, Juan Carlos Liberti, Carlos Agüero, Marcelo Bonevardi y Aída Carballo, entre muchos otros, permiten transitar por los temas característicos del surrealismo que anclaron en nuestro país y que se propagaron en las obras de muchos artistas que hoy son parte fundamental de nuestra historia del arte.
Por Laura Casanovas
De la Redacción de LA NACION
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