Un poeta en su madurez
EL ORDEN DE LAS OLAS Por Rafael Felipe Oteriño-Ediciones del Copista-62 páginas-($11)
El mundo poético de Rafael Felipe Oteriño (La Plata, 1945) parece expandirse, en este libro, hacia planos aun más profundos y abarcadores que los brindados por su rica producción anterior. Reafirma aquí esa madurez en la que cada palabra se reviste de un tono de verdad, de balance vital tan imperioso como sereno.
Golpea, en estos poemas, la búsqueda obstinada de la transparencia textual y espiritual; se descubre la voluntad de reconstruir el mundo de las cosas y de los seres aunque sea detrás de un muro invisible, para sortear el cual hay que "mirar más hondo / más adentro de nosotros"; sorprende la lúcida comprensión de estar cercanos a "la fuente / que permite al alma ser libre"; porque si "azuzado por las moscas, / el caballo tira de la rienda / queriendo volver...", el camino se impone implacable. Y surge el dolor sobrio de constatar que somos, apenas, las sombras de esas bibliotecas que cada uno formó y perdió.
Una cualidad notable en Oteriño es la claridad expositiva que sabe aliarse, sin embargo, a un decir sugerente, cargado de misterio poético y las más de las veces elusivo. Un decir cuyas claves reticentes se brindan, en muchos casos, sólo al final del texto. La honda nostalgia presente en esta poesía no desdeña apelar a una circularidad del más puro clasicismo: el orden circular de la vida o de las olas, el circular galope del caballo del destino y de la muerte; el que "ha ocupado el latido de mi madre / y la autoridad de mi padre".
El inquietante poema "Coros" es, acaso, el bello compendio de tanto saber sentir: "Más fuerte que a Ulises, es por compasión / que te han atado. Por la seguridad de que sin techo / cae demasiado fuerte la noche sobre ti. / Es para salvarte que te han atado. Para que no llegues / al centro de la isla". No se llega, nunca; pero intentos como los de Oteriño justifican la empresa.