Un poco de humildad

En 2013, un estudio sugirió que los delfines desarrollaban en sus primeros meses un silbido único con el que los demás miembros de su comunidad los reconocerían. Traducido: los delfines podrían usar nombres propios. Ese trabajo fue conducido por Stephanie King, bióloga marina de la Universidad de St. Andrews, en Escocia; hoy King trabaja en SMRU Consulting, que se dedica a los mamíferos marinos. En junio, una investigación inspirada en la de St. Andrews, esta vez en la Universidad de Cornell, Estados Unidos, descubrió que también los elefantes se identifican con sonidos únicos, que los de su grupo usan para llamarlos. Ahora, el Programa de Investigación de Delfines de Sarasota, en la Florida, que lleva 50 años estudiando estos mamíferos marinos, confirmó, dentro de varios hallazgos notables, que usan silbidos únicos para identificarse y ser llamados por otros. Y en abril, el Laboratorio de Ecología Sensorial y Conductual de las Abejas de la Universidad Queen Mary, en Londres, planteó que hay una “posibilidad realista” de que insectos, pulpos y crustáceos tengan algún grado de consciencia.

Recordatorios varios de que nos haríamos un gran favor si fuéramos un poco más humildes con todo lo que vive en este planeta.

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