Un oasis en el microcentro: el Centro Cultural Borges propone imaginar horizontes “sin límites”
Desde un documental sobre León Ferrari hasta una escultura monumental de Elba Bairon, el circuito gratuito de muestras que abre la programación 2025 abarca múltiples disciplinas
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“En un momento decíamos que el arte no se medía por la belleza, sino por la eficacia del mensaje. Ahora digo que el arte no se puede definir. Lo que sé es que no tiene límites, que no tiene reglas. Me interesa decir cosas y usar el medio que sea para ese fin”, dice León Ferrari en Civilización (2012), documental dirigido por Rubén Guzmán. Premiado en el Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, el film sobre el artista reconocido con el León de Oro en la Bienal de Venecia puede verse ahora en el Centro Cultural Borges, donde cinco nuevas muestras se suman a otras para reflejar esa disolución de las normas en el proceso creativo.
Basta circular en torno al ave de grandes dimensiones ubicada en el espacio ortogonal que conecta la diversidad de todas ellas, con acceso gratuito, para coincidir con lo que busca Elba Bairon con esta escultura: “revelar la potencia del misterio en su máxima expresión”. La luz cambiante que atraviesa la cúpula de vidrio aporta un clima propicio para encontrar paz en este oasis urbano, ubicado en el corazón del microcentro.

Ya desde la entrada, sobre Viamonte y San Martín, la instalación de Augusto Zanela titulada S/T #2 (El primer día) invita a entrar en otra dimensión. Los tubos de luz que cuelgan del techo esconden “una lectura contemporánea del Génesis”, que sólo podrá ser descifrada al salir, desde lo alto de las escaleras. Un enigma similar propone en el primer piso Marcolina Dipierro, con su muestra llamada Hacia. Curada por Fernando Farina, simula con diversos objetos “ambientes potencialmente habitables”, construidos en “la frontera entre el arte concebido de forma autónoma y el aplicado/funcional”.

Justamente, Frontera se titula la exhibición de fotografías presentadas en ese mismo piso, y seleccionadas por Mercedes Claus. Reúne obras de Erica Bohm realizadas durante su residencia en la Antártida Argentina en 2015, en diálogo con el proyecto La línea imaginaria de Darío Schvarzstein, con imágenes tomadas del Archivo de la Comisión Demarcadora de Límites con Chile de la Cancillería Argentina (1892-1906). Durante todo el año, este espacio se destinará a exhibir trabajos de artistas contemporáneos que “revisan la utilización del dispositivo fotográfico como instrumento para la dominación de lo humano sobre lo no humano”.

Hay que subir un piso más para perderse en el recorrido azaroso propuesto por Cynthia Carllinni. Tiene que haber algo mejor después del horizonte se titula esta muestra interactiva que despliega instalaciones inspiradas en “las migraciones y las hibridaciones transfronterizas”. “Es una escenificación automatizada pero densamente humana sobre las relaciones sociales, personales y amorosas en el mundo del trabajo –señala el curador, Joaquín Barrera-. El espectáculo de variedades, el freak show, la serie sobre su abuela inmigrante y peluquera y la mesa larga llena de papas conviven en sala con canciones de una nostalgia pagana, con palabras balbuceadas que suenan a una promesa rota, con la ilusión de una llamada que aproxime todo lo que se ve tan distante. Llorar, pero trabajando”.

El anhelo por un ambiente más amable atraviesa también las obras del Palais de Glace presentadas en diálogo con otras del Museo Nacional del Grabado en Temporada alta, muestra que aporta una posible definición de “verano” a través de múltiples disciplinas. Entre los artistas representados se cuentan Carlos Arnaiz, Marina De Caro, Gabriela Golder, Mónica Heller, Adolfo Nigro, Oscar Pintor y Marcela Sinclair.

Otro tipo de pasaje, el que va de la vigilia al sueño, inspira la exposición titulada Un mundo que no consigue dormir. Curada por Fernando Farina y Elisabet Cabeza, abarca dibujos, pinturas, instalaciones y elementos de diseño de una docena de artistas que incluye a Eduardo Basualdo, Leo Battistelli, Daniel García, Verónica Gómez, Sebastián Gordín, Laura Ojeda Bär y Mariana Telleria.

No es menor el hecho de que este circuito se complete con esculturas, grabados, pinturas, dibujos y bocetos de Líbero Badíi cedidas por el Museo Nacional de Bellas Artes, con la programación del Museo Nacional de Arte Oriental e incluso con Amantes, obra de Román Vitali exhibida en la vidriera del centro cultural. Tejida con 147.842 cuentas acrílicas facetadas, esta última integra la estructura de una cama y la pieza textil que la cubre. Una forma ideal de despertar al salir, ya de nuevo entre las bocinas que suenan sobre la calle Viamonte.

Para agendar:
Apertura de la temporada 2025 en el Centro Cultural Borges (Viamonte 525), de miércoles a domingos de 14 a 21. Entrada gratis. Programación completa en centroculturalborges.gob.ar.
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