Un mapa literario del país, con "fondo de agua"
Este festival con "fondo de agua" -como se llama la primera actividad que figura en el programa, una lectura en la que nueve autores eligen y presentan los mejores fragmentos literarios escritos sobre el mar- es el cuarto en una serie que comenzó en 2012 en la ciudad de Bahía Blanca y que tiene la ambición de recorrer, lento pero seguro, todas las provincias de la Argentina.
Fundación Filba es una ONG cuyo objetivo es difundir la literatura entre todo tipo de públicos y estimular hábitos de lectura crítica y creativa. Comenzó a trabajar en el 2008, organizando junto al Malba el primer Festival Internacional de Literatura, que creció hasta convertirse en uno de los encuentros literarios más valorados por el público de Buenos Aires. Llegado ese punto, en la cabeza de los organizadores surgió el desafío de salir de la ciudad para tratar de alimentar y alimentarse con todo lo que pasa más allá de las fronteras, en el extensísimo territorio nacional.
Es difícil hablar del interior sin simplificaciones ni paternalismos (la sola elección de la palabra "interior" ya da pie para discusiones de todo calibre). Pero hay una realidad innegable y es que el 80 por ciento de las librerías del país están radicadas en Buenos Aires, así como las editoriales más grandes reportan que tres cuartas partes de sus ventas se hacen en esta ciudad y alrededores. A veces, las editoriales ni siquiera envían libros para la venta a ferias del interior porque el costo es mayor que cualquier posible ganancia. Si bien se puede comprender la lógica comercial que lleva a esa decisión, es inevitable lamentar el tremendo desequilibrio que existe entre el acceso a las posibilidades de lectura en la capital nacional y el resto del país.
Como contracara, hay focos intensos de producción literaria innovadora y de alta calidad en lugares que quizá incluso saquen provecho de su lejanía del circuito comercial. Pero es muy difícil que esa producción sea vista por lectores en Buenos Aires, situación que va en detrimento de los lectores que se lo pierden, más que de los escritores "de provincia" que también suelen sufrir porque "no llegan" a las grandes editoriales o a los medios de comunicación centrales.
Filba Nacional quiere trabajar en esa intersección incómoda, dándole al público de Mar del Plata -la ciudad elegida para este año- la posibilidad de encontrarse con una selección de los mejores autores nacionales y de escuchar debates preparados con las más altas exigencias de calidad. A la vez, pudo incluir en su programación una cantidad importante de escritores locales, que reflejan la intensa actividad literaria que se desarrolla todo el año tanto en torno a la Universidad Nacional de Mar del Plata como a un variado circuito de galerías de arte y centros culturales alternativos.
En Tensiones Regionales, una reunión de trabajo con editores y gestores culturales, se analizará la situación de la producción local para poder ir armando, de a poco, un engranaje con las otras ciudades por las que pasó y seguirá pasando el festival y buscar, así, la forma de mejorar la circulación de literatura por el país. Y, por último, las Bitácoras que escribirán ad hoc algunos de los escritores invitados al festival (en este caso, Juan Becerra, Luciana Caamaño, Juan Carrá, Rafael Cippolini, María Sonia Cristoff y Cuqui) se suman a las que ya se escribieron sobre Bahía Blanca, Santa Fe y Azul para ir generando, de a poco, un sugerente mapa literario del país.
La autora es directora de la Fundación Filba
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