En la nueva muestra del fotógrafo Carlos Furman, montajes de estudio recrean escenas donde a veces prevalece lo lúdico y, otras, las referencias a una realidad inquietante
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La cultura pop nos aporta un frondoso imaginario de escenas de películas, canciones y relatos en los cuales los juguetes cobran vida. Asistimos en ellos a las aventuras -o los desastres- que estas cosas son capaces de hacer en un mundo imaginario. Pero indefectiblemente la narración termina y vuelven a su estado natural: el de los objetos inanimados que son. En Historias. Sobre lugares lejanos y un sueño escondido, el fotógrafo Carlos Furman (Buenos Aires, 1960) monta una realidad paralela y perpetúa ese instante de vida para sus muñecos. Un dinosaurio desaforado hace estragos sobre una pila de autos en “El cuarto de Juan” (2022), junto a “Feliz cumple” (2016), imagen que pareciera enmarcada por la euforia mundialista y, sin embargo, fue la primera en señalar el rumbo de este trabajo solitario. Al lado, en la pista del boliche, Barbie y Kent parecieran no haberse enterado de la hazaña deportiva: no los juzguen, un “Viernes 3AM” ¡a quién puede importarle el fútbol!
Con una reconocida labor en las artes escénicas -lleva tres décadas a cargo de las imágenes del Departamento de Fotografía del Teatro General San Martín-, Furman empleó todo ese conocimiento adquirido en las salas y tras bambalinas para montarles una escena a sus propias estrellas: los juguetes que sin una razón aparente iba adquiriendo en ferias de barrio y viajes. Una vez, compró tres tiburones de plástico, de unos 20 cm, y dientes afilados, sin saber que terminarían queriéndose comer a un pequeño buzo de traje naranja y tanque plateado que provino de otro cajón. “Es cierto. Haber visto tantas obras a veinte días del estreno y entender, por ejemplo, qué falta, cómo se piensa la iluminación, fue un aprendizaje”. Porque, aquí, casi más importante que el disparo es el montaje.
“La cuestión de los objetos inanimados comienza para mí en la calle, con las publicidades al costado de la ruta”, advierte ahora el artista, en la galería Gachi Prieto, donde exhibe su muestra una semana más. Furman fue apropiándose de esos carteles como si fueran su obra. Es interesante escuchar, cuando cuenta sobre sus viajes, que aunque como muchos colegas en algún momento haya soñado con trabajar para la National Geographic, él no es un fotógrafo de paisajes, de naturaleza, sino “un fotógrafo de las cosas”. Y como las cosas de su mundo son las escenografías, la utilería, los títeres, ¿qué iba hacer cuando estuviera dos años encerrado en su casa lejos de los escenarios?
Aunque lo lúdico se juega en cada cuadro, algunas recreaciones hablan directamente de ese tiempo de pandemia en el que fueron concebidas. Esa en la que una familia de elefantes sale a recuperar su territorio en una ruta prácticamente vacía no puede dejar de relacionarse con la cantidad de asombrosas tomas que en 2020 mostraban cómo en los cinco continentes las especies se anoticiaban de que les podía estar llegando su hora de volver.
La cuarentena a veces le dio temas, pero sobre todo, le regaló el tiempo para dedicarse puntillosamente a cada idea. Quince días de bañera le llevó que la chica nadara entre delfines tal como la imaginaba.
Humedales I y Humedales II, con un pequeño ciervo mirando el fuego que se come al bosque, conquista las preferencias. “Las hice adentro de una parrilla en el Parque Saavedra”, revela el fotógrafo que, cuando vio que de ese incendio quedaron las cenizas, comprendió que tenía ahí un díptico.
No obstante Furman -que en la prehistoria de su carrera buscó referencias entre los reporteros gráficos porque “quería hacer fotos creíbles”-, cree que la más lograda es la que enfrenta a dos ejércitos en el campo de batalla. “Ese momento antes de que suceda”, señala, “¿lo ves? No era antes ni después: la batalla es ahí”.
Al fin y al cabo, si uno se enfoca en ciertas imágenes, si logra meterse como espectador adentro del cuadro, tan real como el agua, el fuego y el aire aparece ese instante de vida.
Para agendar
Historias. Sobre lugares lejanos y un sueño escondido. En la galería Gachi Prieto Arte Contemporáneo. Uriarte 1373. De lunes a viernes, de 14 a 19, y sábados, de 15 a 19, con entrada gratuita. Hasta el sábado 15 de abril inclusive. www.gachiprieto.com
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