Un homenaje a Joaquín Sabina, el "tanguero" español, entre música y poesía
PARA LA NACIONGabriela Origlia
CORDOBA. La Orquesta de Cuerdas Municipales, junto a poetas y cantantes homenajearon anoche a Joaquín Sabina, junto con el público que agotó las entradas del Teatro del Libertador para rendirse ante el español "tanguero". Convocó para no cantar sino para leer poemas y definirse como "un devoto de Argentina y del Cholo Simeone".
La idea fue ofrecerle, como si fuera en su casa y durante casi dos horas, un tributo en su faceta de "poeta de las ciudades" y el ritmo elegido fue el tango con el que él tiene un profundo vínculo. Lo definió como "la primera y la mejor" música urbana y como la que le gusta hacer.
Con un "funyi" marrón y campera de cuero negra, Sabina ocupó una mesa de bar en un rincón del escenario donde comenzó con un poema en el que repasó ciudades y escritores de Hispanoamérica e incluyó referencias al "Cordobazo" y a un gol de "Belgrano, Talleres o Boca".
Sur; la versión tanguera de Donde habita el olvido y Pasional abrieron el juego musical.
Del show gratuito del que participaron Adriana Varela, Silvia Lallana, Gustavo Vicentín, Marcelo Santos, Carlos Habiague y los bandoneonistas Damián Torres y Pablo Jaurena fue parte del Festival de la Palabra VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) coorganizado por Nación, Provincia, Municipalidad, la Real Academia Española y el Instituto Cervantes, entre otras instituciones.
Los cantantes fueron intercalándose en la lectura de poesías que hicieron los españoles Elvira Sastre, Luis García Montero (Instituto Cervantes) y la cordobesa Luciana Bedini.
Sabina salió al ruedo y dio inicio al show. Después fue un espectador más sentado en la primera fila hasta que regresó con su amigo Benjamín Prado, quien lo definió como su hermano y aseguró que "hiere susceptibilidades". El poeta dijo que "nada ha perdido y es el que siempre ha sido". Bromeó con que los versos sabineros son rimas " más improbables que una carta de amor de Vargas Llosa a López Obrador".
Sabina se incorporó al dueto contando cómo Argentina se metió en su corazón a través del tango. Y, allí, sin música, recitó Con la frente marchita. Prada con el poema Los camaradas cerró su homenaje al amigo-hermano.
El ida y vuelta terminó con el español diciendo su Cuando me hablan del destino. Aprovechó para agradecer el "calor hospitalario" de la gente y que tangueros de "fina estampa" hayan hecho algunas de sus canciones.
El motivo final por el que se apuntó a la cita, dijo, fue para disfrutar una vez más de su amiga "La Gata" Varela que inició con Malena y Joaquín mirándola desde el costado de la escena. Después vinieron Una canción para la Magdalena, Contigo y Garganta con arena. Fue otro espectáculo dentro del espectáculo regado con chistes y comentarios entre ellos.
Sabina y la gente disfrutaron de clásicos del tango y suyos propios interpretados por otros. Pasaron -elegidos por él- Afiches; Y sin embargo;Volver; Hace tiempo; Mereció la pena; Mano a mano y Tan joven y tan viejo.
Sabina llegó el jueves a Córdoba y por la noche se sumó al festejo íntimo de los 83 años de Mario Vargas Llosa en un restaurante gourmet de esta ciudad. Ayer por la tarde disertó en el CILE en el mismo teatro donde fue su homenaje y que él elogió por su arquitectura y acústica. Pocos minutos de la medianoche se fue "abrazado" por todos los tangueros haciendo, junto a él, Con la frente marchita.
Por Gabriela Origlia
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